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Siembra agua y cosecha desarrollo

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 19 junio, 2018


Reflexiones

Siembra agua y cosecha desarrollo

Durante los últimos dos años, el proyecto regulación, innovación y ambiente (REINA) que coordino en la Universidad Nacional, se ha estado ocupando de estudiar el sector de agua potable. En este último sector, los desafíos país son grandes, sobre todo por el déficit de inversión pública y el deterioro ambiental, que pone en peligro el abastecimiento de este vital líquido a la población y que en el marco de los desafíos climáticos y de gobernanza de este, genera grandes conflictos comunales, locales y regionales. Es por eso que el proyecto se ha dado a la tarea de estudiar casos exitosos en la gestión local del recurso, intentando motivar y crear efectos espejo en otras localidades y regiones del país. Paso a describir el caso de la siembra de agua, proyecto de la Federación de Asadas de la Zona Protectora el Chayote FEDAPRO, en las montañas de Naranjo de Alajuela.

Sembrar agua y cosechar desarrollo así describe, Manuel Montoya presidente de la FEDAPRO, el proceso que desde 2002 realizan en Naranjo y que ha venido consolidando una Zona Protectora El Chayote, de recarga de recursos hídricos en un cantón que tiene más de 147 nacientes de agua, de los cuales se abastecen la población y las regiones aledañas. Ciertamente, los ojos de agua que nacen en las laderas del cantón de Naranjo y de otros alrededores, son producidos por el frágil ecosistema del bosque en las partes altas de la Zona Protectora El Chayote. Empero, la protección de los bosques, el manejo muy cuidadoso de la agricultura o la ganadería y en general, el cuidado del suelo en la zona alta del cantón es esencial para mantener el ecosistema del agua en un funcionamiento adecuado, para la presente y las futuras generaciones.

Si bien hacer consciencia de la protección ha hecho importantes aportes de personas dueñas de terrenos en las partes altas, la mejor forma de proteger el recurso es la compra y el uso comunal de dichas tierras, tal como lo ha hecho la Municipalidad de Naranjo y FEDAPRO, actores que ya han comprando el equivalente al 15% de la Zona Protectora el Chayote. Los recursos para comprar la tierra han venido de los usuarios de las ASADAS de la parte baja de Naranjo y San Ramón, organizaciones que claramente tienen un propósito de gestionar el recurso hídrico y de brindar el servicio en cantidad y calidad del agua para dichas comunidades. Con apoyo de NECTANDRA, una organización no gubernamental con sede en San Ramón de Alajuela, se han logrado créditos ambientales cuya tasa de interés es el cuido y garantía de que las tierras cambiaran su uso a protección. Este interés ambiental también ha venido colaborando con las cuencas en Zarcero y ha permitido la compra de tierras en las cercanías de las fuentes de agua de otras comunidades, así como la educación ambiental y el fomento y protección de la flora y fauna locales en dicho cantón.

Es urgente el que ARESEP pueda aprobar la tarifa ambiental del agua, de tal manera que las ASADAS y otras tantas organizaciones puedan poner a derecho los ejemplos positivos de innovación y protección del ambiente que han venido realizando, es urgente crear consciencia en los usuarios del agua potable que se trata de un recurso económico escaso cuya protección no es gratis y requiere sumas importantes para comprar, vigilar y gestionar el ciclo hídrico que tenemos en el país. Es vital entender que las lluvias del inverno son la fuente de agua y que sembrar agua en el inverno en bosques como lo hace FEDAPRO en Naranjo, permitirá cosechar agua en verano y sobre todo, calidad y cantidad de agua para nuestra salud y desarrollo. Aprender de esta y de otras experiencias locales es vital para mejorar la gestión de los acueductos rurales llamados ASADAS y disminuir la presión ambiental que hemos venido teniendo sobre nuestro recurso más valioso y frágil, el agua.

Para los habitantes del cantón de Naranjo, felicidades por contar con organizaciones locales ejemplo para el país. FEDAPRO y las ASADAS de la parte baja de Naranjo son claramente una opción de organización social sin fines de lucro que le da vida a la protección de las cuencas de ese cantón. Sin embargo, la tarea de vigilancia ambiental debe continuar. La siembra de papa y de vegetales en la parte alta del cantón pone en riesgo el camino andado, pone en entredicho los recursos hídricos, por la contaminación de sus mantos de agua subterránea. La agricultura intensiva lleva al uso abusivo de pesticidas y podría significar la contaminación de los mantos acuíferos kilómetros abajo. Proteger el recurso de sus nietos, los obliga a continuar comprando y protegiendo la zona más alta del Chayote y vigilar para evitar la deforestación y el cambio de uso de suelo de la parte alta de este bello cantón. Sigan adelante con este esfuerzo por proteger el ambiente y gracias vecinos de Naranjo, por ser un ejemplo de innovación, regulación y gestión ambiental del agua.

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