¿Se ha hecho el sistema energético nacional más vulnerable y más expuesto a eventos internos y externos? (I)
Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 08 agosto, 2022
El análisis realizado en la columna anterior demostró que, contrario a lo que muchos esperaban, el sistema energético mundial se volvió más vulnerable y más expuesto a los impactos de eventos internos y externos.
Parte del problema se debe a las serias deficiencias con la transición energética que se venía llevando a cabo en muchos países del mundo que condujo a limitaciones en el abastecimiento de las principales fuentes de energía, tanto renovables como no renovables (particularmente petróleo y gas natural).
En lugar de crear abundancia energética, se creó un importante desequilibrio entre la oferta energética mundial y la creciente demanda de energía.
La transición energética es un proceso difícil y muy complejo en el cual pueden surgir también gran cantidad de eventos potenciales imprevistos.
Se estima que en el futuro surgirán muy posiblemente nuevas crisis energéticas de diversa índole, para las cuales los países deben irse preparando desde ahora.
1. Política energética nacional ineficaz
El sistema energético nacional no solamente no se está preparando para enfrentar las futuras crisis, como se está haciendo actualmente en muchos otros países, sino que más bien se está volviendo más vulnerable de lo que ya era antes.
La dependencia energética del exterior es actualmente muy elevada (64,5% del consumo total de energía del país), y lo más grave es que está aumentando, lo que incrementa continuamente la exposición a eventos externos.
Con respecto a la creciente exposición del país a eventos externos, y particularmente a los constantes aumentos en los precios de los derivados de petróleo importados, lo preocupante es que se dice que no se puede hacer nada al respecto a los crecientes costos de estos combustibles en el mercado internacional. O sea, se refiere a inacción y no la acción.
Esta inacción es una negación total de lo que debe ser una política energética apropiada. El país tiene muchas opciones para corregir esta seria situación.
La causa principal de esta negación de la realidad ha sido la política energética populista e ineficaz de los gobiernos de turno, la cual no ha estado basada en la realidad nacional e internacional, sino más bien en mitos y dogmas alejados.
Por falta de acción y por omisión se han venido creando importantes desajustes en el sector energético nacional que han provocado que el país sea hoy en día energéticamente más pobre, más vulnerable y más expuesto a los efectos nocivos de los factores externos, los cuales incluyen los costos de importación.
La política energética del país no ha tenido ningún impacto sobre la realidad energética nacional, la cual más bien se ha deteriorado con el tiempo por omisiones importantes y por acciones contrarias a los requerimientos que exige la realidad.
Si la verdadera realidad no tiene valor en la política energética nacional, no se dará ningún cambio relevante.
La situación actual de los altos y crecientes costos de la energía y de alta vulnerabilidad y la creciente dependencia de factores externos amenazan el desarrollo económico y social.
2. Falta de diversificación y restricciones impuestas a las opciones de la oferta de energía para evitar que el país tenga abundancia energética
Mientras que el mundo está buscando tener una creciente diversificación de las fuentes de energía que integran la matriz energética y una creciente abundancia de todas las fuentes de energía (renovables y no renovables) como parte de la transición, la política energética de Costa Rica ha evitado ambas estrategias.
La restricción de las opciones de la oferta energética para obviar la abundancia y la diversificación de las fuentes de energía en el país ha sido parte de la política de los gobiernos de turno.
Este ha sido uno de los principales factores que ha hecho que el sistema energético nacional se haya vuelto más caro y más vulnerable y expuesto a eventos internos y externos.
Pero adicionalmente, personas y políticos de turno, que inciden en la política energética, no han entendido todavía que no se puede realizar una transición restringiendo y no diversificando las múltiples opciones que tiene la oferta energética potencial del país.
Estas personas han hecho énfasis en poner únicamente a disposición del mercado las fuentes nacionales de energía que resultan ser de alto costo. El mercado termina rechazando estas fuentes nacionales de alto costo, el cual se ha orientado hacia fuentes importadas de energía.
Es por esta razón que el país ha venido aumentado sistemáticamente las importaciones petroleras en detrimento de las energías renovables nacionales, cuya participación en la matriz energética ha venido disminuyendo. No solamente no se ha dado ninguna transición energética, sino que más bien hemos ido en sentido contrario.
En varias columnas pasadas ha quedado demostrado, con datos oficiales, que los derivados de petróleo importados han venido desplazando las fuentes renovables de energía nacionales en todos los sectores de actividad económica (incluyendo el sector residencial).
La dependencia de los derivados de petróleo importados ha venido creciendo (y exponiendo cada vez más al país a altos costos de la energía), creando, entre muchas otras cosas, menor participación de las fuentes nacionales de energía, mayor pobreza energética nacional (al importarse más energía del exterior), mayores emisiones al ambiente, mayor exposición a aumentos abruptos y rápidos de los precios de la energía en los mercados internacionales, menor seguridad energética y menor crecimiento económico y social.
Una lectura minuciosa de los planes futuros de expansión de RECOPE y del ICE, muestra que la demanda futura de derivados de petróleo importados crecerá más rápidamente que la demanda de electricidad generada con fuentes renovables, lo cual es una tendencia que viene desde hace varios años.
A lo anterior se le suma el hecho que la participación de la biomasa en la matriz energética nacional continuará decreciendo rápidamente, lo que disminuirá aún más la participación de las fuentes nacionales renovables de energía en la matriz energética.
Consecuentemente, la petrolización con derivados de petróleo importados se acrecentará en el futuro si no se toman las acciones necesarias, ya que el desplazamiento paulatino en la matriz energética nacional de las fuentes renovables de energía por los derivados de petróleo importados continuará.
Esto es totalmente negativo y contrario a las tendencias mundiales y a lo que el país debiera de estar haciendo para poder desarrollarse.
La energía en el mundo va hacia la diversificación y la creación de abundancia energética. O sea, hacia un futuro multi energía en constante evolución. La realidad muestra que en Costa Rica no va en esa dirección.
3. Se evita crear abundancia energética en el país
En lugar de crear abundancia energética nacional con todas las fuentes de energía cuyo potencial se ha identificado en el país y en particular de aquellas de bajo costo y de mayor potencial, muchas de estas fuentes se restringen para que sobrevivan las fuentes de alto costo consideradas por varios políticos como “las buenas”.
En lugar de buscar la abundancia energética en el país, más bien se busca limitar la oferta disponible de energía. Como parte de esta política, en el país que busca evitar la abundancia energética de bajo costo. Como ejemplos se citan los siguientes:
• Cierre de plantas de generación eléctrica con energías renovables a través de la no renovación de los contratos de generación, las cuales tienen además costos mucho más bajos que la gran mayoría de las plantas del sistema eléctrico nacional.
• Se limita y obstaculiza el desarrollo de la energía eólica y la solar (a pesar de ser actualmente las fuentes de generación más baratas y de que el país tiene una radiación solar excepcional por estar localizado en los trópicos).
• Se prohibió por decreto el desarrollo del potencial nacional de gas natural que ha sido identificado por los resultados de los múltiples proyectos de exploración realizados en el pasado.
Esta riqueza potencial nacional ha sido también confirmada por expertos independientes, tanto internacionales y nacionales (incluyendo el Colegio de Geólogos de Costa Rica).
Este colegio profesional señaló, con respecto al decreto de moratoria de la exploración del subsuelo, que el Poder Ejecutivo promulgó este decreto sin “fundamento técnico y científico” y que la realidad iba a ser más bien “un rotundo Sí a los hidrocarburos importados”. El tiempo y la evidencia que muestra las crecientes importaciones petroleras y el desplazamiento progresivo de las fuentes renovables por estas importaciones petroleras le han dado totalmente la razón al Colegio de Geólogos.
A pesar de toda la contundente evidencia en contra de restringir la oferta energética potencial que el país tiene, el Gobierno pasado, varios diputados y varios políticos, presentaron un proyecto de ley, también sin ningún fundamento técnico, científico, económico y fiscal, para que esta prohibición quedara establecida en una ley de la República. Todavía hay fuerzas políticas que buscan esta prohibición a través de una ley sin que tenga ninguna base técnica y científica.
Lo anterior muestra que la política energética que se observa en el país, por acción e inacción y por errores de concepto, ha venido petrolizando cada vez más al país (con derivados de petróleo importados) a través de las restricciones y limitaciones que se han establecido a la oferta energética nacional, lo cual ha ido también en detrimento de las fuentes renovables nacionales de energía, tal como lo datos oficiales lo muestran.
4. Limitación a las tres principales fuentes de energía que están impulsando la transición energética en el mundo
Lo más grave de la política de restricción de las opciones de oferta energética nacional y de eliminación de la abundancia energética en el país es que esta política ha venido impidiendo que las tres fuentes de energía que están liderando la transición energética en el mundo (solar, eólica y gas natural) no tengan un impacto relevante en el país, y adicionalmente son las de menor costo.
Debido a las razones y acciones anteriores, entre otras, el sistema energético nacional se ha venido haciendo más costoso, más frágil, más dependiente del exterior, más expuesto a eventos externos sobre los cuales el país no tiene ningún control, más vulnerable y más fácil de ser desequilibrado de lo que era antes.
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