Rotación reveladora
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 09 febrero, 2008
Diez años se van a cumplir de la creación del Consejo Nacional de Concesiones, sin que a la fecha se haya logrado mantener un jerarca en el puesto por un plazo promedio superior a los dos años.
La elevada rotación en esta dependencia, la cual tiene el gran potencial de sacar al país del subdesarrollo en infraestructura, posiblemente es reflejo de lo complicado que ha resultado conseguir que la agenda de concesión de obra pública prospere en Costa Rica.
En 1998, cuando se creó este nuevo modelo de contratación administrativa, figuraban unas 20 obras que podrían llegar a materializarse por medio de dicho mecanismo.
A la fecha son solo dos los proyectos (la carretera a Caldera y el puerto de Caldera también) los que han logrado ver la luz y después de atravesar un espinoso camino.
En esta oportunidad es Luis Diego Vargas quien deja el cargo y con él ya son seis las personas que se retiran de un puesto que, en teoría puede ser desafiante, pero en la práctica ha demostrado ser desgastante.
Curiosamente los seis profesionales que han desfilado por el Consejo Nacional de Concesiones tienen un perfil de personas capaces y experimentadas en los negocios o la administración pública, sin embargo al llegar a esta entidad es poco lo que han logrado concretar.
Resulta entonces reveladora la salida de personas competentes considerando también que se trata de una entidad clave para el futuro del país.
Mientras en otras naciones como Panamá la concesión de obras ha sido un aliado para el desarrollo, en Costa Rica no se ha sabido sacar provecho de lo que este sistema puede ofrecer.
El paso efímero de jerarcas que posiblemente dejan el cargo frustrados por la maraña de trámites y apelaciones, tampoco es un buen mensaje para el inversor que debe estar cambiando constantemente de interlocutor.
La negociación de contratos para obras públicas y proyectos ambiciosos es una responsabilidad compleja que ha de tener un buen clima, caso contrario de lo que ocurre en Costa Rica en donde se debe lidiar con obstáculos y enemigos a lo interno del propio país para llegar a acuerdos.