Repoblar con responsabilidad ambiental
Los planes para el ahorro de energía eléctrica, reciclado y adecuado tratamiento de la basura y las aguas residuales, entre otros, deben prevalecer en todo nuevo proyecto que se impulse
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 09 enero, 2010
El programa Repoblamiento Urbano busca aprovechar la infraestructura existente en la capital propiciando la construcción de torres para vivienda y volviendo así nuevamente la mirada de la gente hacia el centro de la ciudad o hacia la zona de la Sabana como lugares donde vivir. En efecto, esto puede contribuir al repoblamiento del centro de la ciudad y también a evitar el aumento del tráfico vehicular en la zona, debido a que muchas personas que en ella trabajan deben actualmente trasladarse todos los días a barrios alejados o, incluso, a otras provincias cercanas como Heredia, Cartago o Alajuela. Se supone que el estricto cumplimiento de las normas antisísmicas hace posible ahora las edificaciones altas sin riesgos, mas no se debe olvidar que ello depende siempre del control que se ejerza para verificar que esos códigos antisísmicos se respetan. En un país altamente sísmico como el nuestro esto es indispensable. Por otra parte, es bueno saber que la Municipalidad de San José, creadora de la iniciativa, cuenta con el apoyo de otras instituciones del Estado, pero suponemos que a ello deben sumarse las acciones correspondientes para garantizar el correcto manejo de los desechos líquidos y sólidos provenientes de esos edificios, de modo que los proyectos lleven ya incorporadas las buenas prácticas necesarias. Los planes para el ahorro de energía eléctrica, reciclado y adecuado tratamiento de la basura y las aguas residuales, entre otros, deben prevalecer en todo nuevo proyecto que se impulse en el país a la vez que se incorporen a las edificaciones antiguas existentes. Asimismo, deberá pensarse en dotar de seguridad a la zona. Este, en realidad, es un requisito que actualmente debe prevalecer en cualquier barrio o comunidad porque su sola ausencia puede tornar un lugar despoblado o inhabitable y desmotivar a los posibles compradores de viviendas, en cualquier espacio de la ciudad aun cuando estos son, generalmente, sitios donde se concentran los habitantes y se ubican otros múltiples servicios.