Pragmatismo
| Lunes 22 junio, 2009
Pragmatismo
La posición de la actual candidata a presidenta del Partido Liberación Nacional, doña Laura Chinchilla, de declararse “pragmática” antes que social demócrata parece interesante y a la vez inquietante, pues si observamos lo que indica la Real Academia Española al respecto, notamos que su significado es: “movimiento filosófico iniciado en Estados Unidos por C. S. Pierce y W. James a fines del siglo XIX, que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de verdad en su eficacia y valor por la vida”. O sea, “… que consideran los efectos prácticos de una teoría como el único criterio válido para juzgar su verdad”, dice otra referencia en el WorlReference.com.
En lo particular me parece interesante apartarse de las tradicionales posturas importadas como social cristiano, social demócrata, liberal, comunista, socialista, o la misma a que hace referencia el PAC, pues aun esta que no se ha puesto en práctica en nuestro país, tiene de complicado que algunas veces va en contra de la razón práctica de llevar a cabo una acción política, y por ello no es de extrañar el porqué de que se haya dividido en la administración anterior la fracción legislativa.
Y ni que decir de las anteriores, pues en el mundo (del cual nuestro país no es una excepción) abundan los ejemplos de las acciones u omisiones de estas filosofías, pues en su nombre (o al menos con esa excusa) hemos notado los grandes niveles de corrupción que se han dado, y con ello a pesar de que predicaban acciones de bien común, más bien han ido en contra del pueblo que los eligió para ocupar el poder.
Poder que efectivamente alguien en nuestras sociedades debe ejercer, pues aunque hoy en día quizá los desilusionados representen el 50% de los electores, lo cierto es que se debe estar claro que toda sociedad exige que alguien ejerza la acción de gobierno y de toma de decisión que ello implica, para bien de la colectividad, aunque estas decisiones puedan ir en contra de algún grupo en particular. Lo que interesa al fin y al cabo es el bienestar de la colectividad.
En este sentido me parece que la filosofía social de mercado, promovida años atrás por la Fundación Conrad Adenauer, daba en el clavo de un verdadero accionar estatal, cuando promovía que las acciones de política se debían encaminar a que el Estado haga lo mejor que este pueda hacer y que sea el sector privado el que realice las acciones que mejor sabe hacer, acciones que resulten más eficientes desde el punto de vista económico y práctico realizar, ya sea por uno u otro sector en particular.
Sin embargo, si ser pragmático es buscar una base filosófica ajustada a la tica, para llevar a cabo acciones de política económica en nuestro país, bienvenida sea, si de ello se generan acciones prácticas para eliminar la ingobernabilidad que vivimos, para lo cual se deberán modificar algunas leyes primero; sin embargo, preferiría que se haga en el marco de que el Estado se enfoque en lo que es más eficiente y el sector privado, por su parte en hacer aquello en lo que es más eficiente, y no que sirva para que cualquiera haga lo que le plazca cuando le plazca pues, sin querer, podrían generarse efectos indeseados para la colectividad.
Randall Castro Vargas
Economista
La posición de la actual candidata a presidenta del Partido Liberación Nacional, doña Laura Chinchilla, de declararse “pragmática” antes que social demócrata parece interesante y a la vez inquietante, pues si observamos lo que indica la Real Academia Española al respecto, notamos que su significado es: “movimiento filosófico iniciado en Estados Unidos por C. S. Pierce y W. James a fines del siglo XIX, que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de verdad en su eficacia y valor por la vida”. O sea, “… que consideran los efectos prácticos de una teoría como el único criterio válido para juzgar su verdad”, dice otra referencia en el WorlReference.com.
En lo particular me parece interesante apartarse de las tradicionales posturas importadas como social cristiano, social demócrata, liberal, comunista, socialista, o la misma a que hace referencia el PAC, pues aun esta que no se ha puesto en práctica en nuestro país, tiene de complicado que algunas veces va en contra de la razón práctica de llevar a cabo una acción política, y por ello no es de extrañar el porqué de que se haya dividido en la administración anterior la fracción legislativa.
Y ni que decir de las anteriores, pues en el mundo (del cual nuestro país no es una excepción) abundan los ejemplos de las acciones u omisiones de estas filosofías, pues en su nombre (o al menos con esa excusa) hemos notado los grandes niveles de corrupción que se han dado, y con ello a pesar de que predicaban acciones de bien común, más bien han ido en contra del pueblo que los eligió para ocupar el poder.
Poder que efectivamente alguien en nuestras sociedades debe ejercer, pues aunque hoy en día quizá los desilusionados representen el 50% de los electores, lo cierto es que se debe estar claro que toda sociedad exige que alguien ejerza la acción de gobierno y de toma de decisión que ello implica, para bien de la colectividad, aunque estas decisiones puedan ir en contra de algún grupo en particular. Lo que interesa al fin y al cabo es el bienestar de la colectividad.
En este sentido me parece que la filosofía social de mercado, promovida años atrás por la Fundación Conrad Adenauer, daba en el clavo de un verdadero accionar estatal, cuando promovía que las acciones de política se debían encaminar a que el Estado haga lo mejor que este pueda hacer y que sea el sector privado el que realice las acciones que mejor sabe hacer, acciones que resulten más eficientes desde el punto de vista económico y práctico realizar, ya sea por uno u otro sector en particular.
Sin embargo, si ser pragmático es buscar una base filosófica ajustada a la tica, para llevar a cabo acciones de política económica en nuestro país, bienvenida sea, si de ello se generan acciones prácticas para eliminar la ingobernabilidad que vivimos, para lo cual se deberán modificar algunas leyes primero; sin embargo, preferiría que se haga en el marco de que el Estado se enfoque en lo que es más eficiente y el sector privado, por su parte en hacer aquello en lo que es más eficiente, y no que sirva para que cualquiera haga lo que le plazca cuando le plazca pues, sin querer, podrían generarse efectos indeseados para la colectividad.
Randall Castro Vargas
Economista