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Viernes, 26 de abril de 2024



EDITORIAL


¿Podemos hacer carreteras? ¡Sí!

| Martes 11 marzo, 2014




Hay diferentes formas de continuar progresando. La única condición ineludible es que aquella que se adopte se realice bien y beneficie a todos


¿Podemos hacer carreteras? ¡Sí!

Un considerable rezago en materia de infraestructura vial, que frena o demora y encarece en alguna medida el desarrollo, pareciera deberse a que Costa Rica se agita desde hace años entre fuerzas o decisiones aparentemente contradictorias, a veces incomprensibles.
Podría ser importante un rápido recuento de lo ocurrido para buscar una salida. Las soluciones están. Solo faltan la voluntad y energía política para ponerlas en marcha.
Veamos. Se hizo lo necesario para producir una casi total apertura comercial con el resto del mundo, pero se había ya condenado al sector productivo exportador e importador a bregar con una infraestructura vial insuficiente y deteriorada.
Cuando se tomó la desacertada decisión de cerrar los ferrocarriles, no se adoptó medida alguna para asegurar, al menos, una red de carreteras capaz de soportar el tránsito de mercaderías que, ya sin trenes, debía hacerse por medio de pesados vehículos de carga.
Se tomó la medida sin importar que ya en ese momento nuestras carreteras estaban desgastadas y sin haber recibido el mantenimiento adecuado.
Por otro lado, se dejó de lado la posibilidad de que el MOPT construyera la red vial necesaria, pasando al modelo de concesiones.
Esto podría haber sido una buena solución si la firma y posterior administración de los contratos se hubiera hecho bien, por parte de Costa Rica, con beneficio razonable para ambos interesados: país y firma concesionaria.
Esto requería un planteamiento transparente y comprensible hacia la población, en cada caso, sobre la forma y los costos de cada negociación. Después de todo, se trataba y se trata de inversiones públicas grandes.
Se hubieran evitado así posteriores oposiciones a los proyectos, cuya disolución cuesta a los costarricenses millones de dólares.
Por todo lo anterior, pareciera que si no había conocimiento o voluntad para manejar correctamente las concesiones, hubiera sido mejor permitir que el MOPT, como lo hizo en otras épocas, se encargara de construir y mantener la red vial que el país necesitaba.
Pero esto tampoco se hizo a pesar de contar con ingenieros, técnicos y trabajadores en general en el MOPT, en planillas que todos debemos pagar.
Es decir, que hay diferentes formas de continuar progresando. La única condición ineludible es que aquella que se adopte se realice bien y beneficie a todos.
 







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