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(Otras) tres cosas que no sabías sobre China

Javier Adelfang. eleconomistaargentico@gmail.com | Sábado 28 julio, 2018


Techo de torre china en China
Imagen con fines ilustrativos. Shutterstock/La República


Beijing – Estar en China y recorrerla permite derribar mitos afianzados en occidente y descubrir cosas que jamás hubiéramos imaginado.

Desde la ausencia de religión hasta el combate a las drogas hace más de 100 años son parte de las curiosidades de hoy.

La mayor parte de la población es atea

Probablemente sea por la cantidad de templos que vemos en las películas que pensamos que la mayoría de los chinos son budistas. La verdad, está bastante lejos de ser esa. De hecho, la mayor parte de la población en China es atea.

Sólo uno de cada 13 chinos declara tener algún tipo de fe religiosa. Esto quiere decir que de los casi 1.400 millones de habitantes, solo 100 millones siguen alguna religión, según datos del Consejo de Estado de China.

Datos de otras fuentes señalan que el 81% de la población es atea o agnóstica, mientras que un 14% sería budista, 3% cristianos, 1% musulmán y 1% taoísta.

En esto, tiene que ver la revolución del año 1949, en la que se instaló el comunismo y se prohibieron lo cultos bajo el lema de que “la religión es el opio de los pueblos”. Sin embargo, desde 1982 la constitución garantiza la libertad de culto.

También influye que el confucionismo, la doctrina de pensamiento que ha tenido gran influencia en China, pone el énfasis en la educación, la moral y la confianza, y no almas y dioses.

El origen de las religiones en China se da con la ruta comercial de la seda, gracias a la que el budismo, el islam y el catolicismo ingresaron al país.

La única religión autóctona es el taoísmo.

Fue el primer país en combatir las drogas

A mediados de la década de 1820, el Reino Unido mantenía un significativo déficit comercial con China a causa de la alta demanda de té, seda y porcelana por parte de los británicos y la negativa del emperador chino de abrir el comercio de manera masiva.

A causa de ello y del gran negocio que implicaba, Gran Bretaña comenzó a exportar de manera ilegal opio a China para así poder contrarrestar su déficit.

Viendo el crecimiento del consumo y de los adictos el emperador Daoguang prohibió la venta en 1839 y expulsó a los comerciantes europeos.

Los comerciantes desterrados se quejaron ante el gobierno británico que, como consecuencia atacó a China, dando inicio a la Guerra del Opio.

La guerra finalizó con la derrota del país asiático y la firma del tratado de Nanjin en 1842, en que el perdedor aceptaba abrir sus puertos al comercio internacional y cedía Hong Kong al Reino Unido.

La mayoría de las empresas son privadas

La mayor parte de las empresas en China son privadas.

En 2015 había 12,6 millones de firmas, de las que 8,5 millones eran privadas, cifra que ha ido aumentando en los últimos treinta años por la apertura comercial.

Incluso la participación estatal en la producción industrial ha ido mermando con el correr del tiempo.

En 1998 las empresas públicas tenían el 50% de la producción industrial, mientras que en 2011 la cifra era de 26%. Además, la rentabilidad de las empresas privadas duplica a la de las empresas públicas.

La rentabilidad media de las empresas privadas chinas es de 12%, mientras que en las públicas es del 5%.

Por último, el sector privado es el mayor empleador en China, ya que es responsable de aproximadamente, el 80% de los puestos de trabajo.


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