Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 23 julio, 2008
Jairo Valverde Bermúdez es un costarricense radicado en Japón, que tuvo la oportunidad de presenciar a la “patética selección Sub-17 de Costa Rica caer goleada 7-2 ante su similar de Japón”.
Comenta Valverde que desconoce si esa selección, que recibió 16 goles en tres partidos, tuvo alguna preparación antes de viajar a Japón, porque “en lugares en donde la seriedad de la cultura deportiva hace que se tomen los partidos amistosos con un espíritu competitivo, papelones como el de esta pobre selección lo único que logran es que una futura invitación sea menos factible”.
Y agrega el compatriota: “lo que me sorprendió fue ver que estos jovencitos tienen los mismos malos hábitos de las dizque profesionales ‘estrellitas’ del fútbol costarricense. Pases a lo loco, tirando la bola a donde sea en un puro patadón. El equipo japonés goleó al tico sin siquiera sudar; parecía un estiramiento de piernas. De cuando en cuando alguien pegaba carrera y ¡pum! gol japonés. En uno de los goles, un japonés corrió hacia el marco con cuatro jugadores ticos de escolta, pues todos se atolondraron y nadie atinó a marcarlo o al menos estorbarle. Además, saben pasar la bola inmediatamente después de recibirla, sin tener que pararla y acomodarla primero antes de hacer el pase, como es habitual en los nuestros”.
Y, sigue Valverde: “en cuanto al entrenador, no fue sino hasta el quinto o sexto gol japonés que salió a pedirles a los jugadores que le pusieran ganas. Parece que lo hizo cuando le informaron que había una bandera tica en el estadio.
De todo lo que vi, lo que más me desagradó fue el desgano y la displicencia de gente tan joven. Desconozco si en el equipo tico hay muchos muchachos de familias acaudaladas que pueden viajar a cualquier parte del mundo cuando así se les antoja, o si les sobran las oportunidades de jugar con frecuencia en estadios de primera, con canchas perfectas y ante un público respetuoso, que les aplaude aun cuando no han hecho la mejor presentación. Dudo que todos vengan de los estratos más adinerados del país. Aun si todos fueran de clase media, vendrían de familias para las que no es tan fácil viajar por antojo a un lugar caro como Japón en cualquier momento y por cualquier capricho.
En fin, lo que puedo decir, es que mientras en todo el mundo el fútbol parece avanzar y cambiar, en Costa Rica se mantiene estancado o va en retroceso. El equipo mayor está mal y los que vienen atrás no pintan como para tener esperanza de un fútbol mejor”.
El comentario de don Jairo resume los tumores del fútbol costarricense: chineo a jugadores adolescentes; muchachos sin hambre de gloria; cero técnica y directores técnicos entusiastas, más amigos con rol de padre de familia de los jugadores, que de maestro orientador y formador.
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