"No ha sido nada fácil"
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Martes 16 febrero, 2010
“No ha sido nada fácil”
Alejandra Ordóñez levanta la voz, un año después de convertirse en empresaria del fútbol
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Hace un año ella era conocida solo como la esposa de Adrián Castro, presidente del Puntarenas F.C., pero entonces la inesperada muerte de su marido le tiró a sus manos la brasa de un equipo con muchas dificultades; no obstante, la mujer no se arrugó y quienes creyeron y dijeron que era el principio del fin para los naranjas, se equivocaron.
Alejandra Ordóñez ahora mira hacia atrás y no se cansa de repetir que “no ha sido fácil, no es fácil manejar un club”, pero ahora su equipo es subcampeón y ella hasta se ha dado el lujo de alzar la voz y poner el dedo en la llaga, de lo que califica como un mal manejo de la Unafut, en el fútbol nacional.
“Soy una persona responsable y creo que para todo hay un propósito; he tenido la fortaleza y paz interna para hacer las cosas bien. Nadie nace aprendido y en esto se debe utilizar mucho el sentido común y saber asesorarse”.
Para ella lo más difícil ha sido tratar de convencer a la gente del proyecto que están llevando adelante. Dice que el fútbol es muy relativo porque siempre se hacen las cosas para salir bien, pero en ocasiones no resulta, aunque en otras se llega más allá de lo esperado.
“Sí, fue sorpresivo el subcampeonato, pero si uno cree en lo que hace, cosas como esa son la gran gratificación al esfuerzo de todos los que estamos metidos en esta empresa”.
Ella, lejos de pretender alejarse más bien se está involucrando más en los asuntos del fútbol porque considera que “esto es una pasión, pero también una empresa y las empresas deben funcionar como debe ser. De mí dependen cerca de 80 personas, por eso aquí no cabe la irresponsabilidad”.
Ordóñez se muestra como una mujer práctica. Ante la respuesta de Unafut sobre que ella nunca se ha hecho presente a una asamblea de esa organización no titubea en responder que “para eso tiene uno sus representantes” y luego les lanza un par de dardos “no me gusta perder el tiempo, me gusta buscar soluciones y hace un año hay muchas cosas pendientes” y remata diciendo que “el hecho de que uno pida cuentas no tiene que molestar a nadie”.
Alejandra afirma que en el fútbol hay muchas situaciones importantes de qué preocuparse y asegura que lo único que desea es que el fútbol nacional crezca.
“Todos deben concientizarse y pensar bien sobre lo que queremos; sostener el día a día en un club es una difícil tarea y los criterios no siempre hay que tomarlos desde una silla”.
Ordóñez le pide a la Unafut que rinda cuentas y aunque no dice abiertamente que deba desaparecer ese organismo, sí señala que “es algo que los presidentes debemos discutir en la mesa para hablar sobre qué queremos todos para el bien de esta empresa”.
Tenga razón o no, lo cierto es que Alejandra se salió de la fila para hacerse oír en un fútbol manejado por hombres, y en el que muchas veces pareciese que sobran las palabras y faltan muchas acciones.
Alejandra Ordóñez levanta la voz, un año después de convertirse en empresaria del fútbol
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Hace un año ella era conocida solo como la esposa de Adrián Castro, presidente del Puntarenas F.C., pero entonces la inesperada muerte de su marido le tiró a sus manos la brasa de un equipo con muchas dificultades; no obstante, la mujer no se arrugó y quienes creyeron y dijeron que era el principio del fin para los naranjas, se equivocaron.
Alejandra Ordóñez ahora mira hacia atrás y no se cansa de repetir que “no ha sido fácil, no es fácil manejar un club”, pero ahora su equipo es subcampeón y ella hasta se ha dado el lujo de alzar la voz y poner el dedo en la llaga, de lo que califica como un mal manejo de la Unafut, en el fútbol nacional.
“Soy una persona responsable y creo que para todo hay un propósito; he tenido la fortaleza y paz interna para hacer las cosas bien. Nadie nace aprendido y en esto se debe utilizar mucho el sentido común y saber asesorarse”.
Para ella lo más difícil ha sido tratar de convencer a la gente del proyecto que están llevando adelante. Dice que el fútbol es muy relativo porque siempre se hacen las cosas para salir bien, pero en ocasiones no resulta, aunque en otras se llega más allá de lo esperado.
“Sí, fue sorpresivo el subcampeonato, pero si uno cree en lo que hace, cosas como esa son la gran gratificación al esfuerzo de todos los que estamos metidos en esta empresa”.
Ella, lejos de pretender alejarse más bien se está involucrando más en los asuntos del fútbol porque considera que “esto es una pasión, pero también una empresa y las empresas deben funcionar como debe ser. De mí dependen cerca de 80 personas, por eso aquí no cabe la irresponsabilidad”.
Ordóñez se muestra como una mujer práctica. Ante la respuesta de Unafut sobre que ella nunca se ha hecho presente a una asamblea de esa organización no titubea en responder que “para eso tiene uno sus representantes” y luego les lanza un par de dardos “no me gusta perder el tiempo, me gusta buscar soluciones y hace un año hay muchas cosas pendientes” y remata diciendo que “el hecho de que uno pida cuentas no tiene que molestar a nadie”.
Alejandra afirma que en el fútbol hay muchas situaciones importantes de qué preocuparse y asegura que lo único que desea es que el fútbol nacional crezca.
“Todos deben concientizarse y pensar bien sobre lo que queremos; sostener el día a día en un club es una difícil tarea y los criterios no siempre hay que tomarlos desde una silla”.
Ordóñez le pide a la Unafut que rinda cuentas y aunque no dice abiertamente que deba desaparecer ese organismo, sí señala que “es algo que los presidentes debemos discutir en la mesa para hablar sobre qué queremos todos para el bien de esta empresa”.
Tenga razón o no, lo cierto es que Alejandra se salió de la fila para hacerse oír en un fútbol manejado por hombres, y en el que muchas veces pareciese que sobran las palabras y faltan muchas acciones.