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Niño travieso

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Lunes 13 agosto, 2012




Aumentará precio de electricidad, agua, y productos agrícolas
Niño travieso

Planificar uso de servicios básicos será vital

Un niño travieso será el culpable de afectar el bolsillo de los costarricenses.
La reducción de lluvias —de hasta un 30%— a causa de ese fenómeno climático, es el motivo de la preocupación.
Sin embargo, hay algunas medidas que pueden tomar los productores, así como los consumidores, ante el impacto climático.
En lo que al daño se refiere, desde junio de este año y hasta marzo de 2013, Costa Rica estará bajo la influencia del Fenómeno El Niño, un desorden atmosférico que se caracteriza por la reducción de las precipitaciones en todo el territorio, a excepción del Caribe donde hay un efecto contrario.
Los ciudadanos del Valle Central ya palpan parte del fenómeno.
Las tardes soleadas en pleno invierno son culpa de El Niño y aunque en principio son agradables, lo cierto es que pasarán la factura.
La sequía que se pronostica tiene el potencial de acabar con miles de hectáreas de cultivos, afectando la disponibilidad de la comida y por ende, empujando los precios al alza.
Asimismo, la falta de agua pone en peligro las fincas ganaderas, las cuales podrían ver fallecer a sus animales por falta de alimento, principalmente las ubicadas en el Pacífico Norte y en la Zona Norte.
Por si fuera poco, se prevé un aumento en la electricidad, ya que será necesario quemar más combustible para producir energía, mientras que la reducción de las precipitaciones también empujará el precio del agua al alza.
De enero a junio, el ICE invirtió poco más de ¢40 mil millones en compras de diesel y búnker para generar electricidad.
Esa cantidad duplica el monto para compras de combustible otorgado por la Aresep para este año.
De hecho, a finales de julio solicitó un aumento de tarifas del 15% para compensar los gastos en generación térmica.
Ahora bien, hay opciones que podrían aplicar los productores, así como los consumidores, para mitigar el impacto del niño travieso.
En el caso de los agricultores, la planificación es fundamental, así como un eficiente sistema de riego, que permita evitar el desperdicio.
Los ganaderos deberían mantener únicamente el número de animales que puedan mantener y vender el resto, de acuerdo con Erick Quirós, director de operaciones del MAG.
Asimismo, es importante conservar forraje alternativo para alimentar el ganado.
Por su parte, los consumidores pueden cocinar en horarios nocturnos cuando la energía es más barata, así como racionalizar el consumo de agua en la casa.
Otra opción sería reducir el número de aparatos electrónicos conectados.
Se está desarrollando también el uso de paneles solares, que pueden reducir a prácticamente cero la tarifa de luz, aunque el costo de este tipo de dispositivos todavía es alto en muchos casos.
La última vez que Costa Rica se vio afectada por los efectos de El Niño fue entre junio de 2009 y abril de 2010.
En aquella ocasión las pérdidas para el agro ascendieron a ¢3.200 millones, principalmente por los estragos que causó en los cultivos de arroz y caña de azúcar en Guanacaste.
Por su parte, el sector ganadero perdió alrededor de ¢400 millones.
El Niño es un fenómeno que acompaña al país. Desde 1950, al menos 19 veces el país se ha visto afectado por esta situación, lo único que se puede hacer es “tratar de mitigar y seguir adelante”, indica Alvaro Sáenz, presidente de la Cámara de Agricultura.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net






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