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Neurocompensación: La herramienta olvidada por el Gobierno

| Jueves 26 enero, 2017


Neurocompensación: La herramienta olvidada por el Gobierno

El Gobierno enfoca sus esfuerzos en la búsqueda de una solución viable para reducir el déficit fiscal siendo los salarios públicos el componente más importante en los debates. Son varias las propuestas y proyectos enfocados en cumplir con este desafiante objetivo; sin embargo, son pocas las iniciativas concretas y de impacto que se han planteado; el Proyecto de Ley de Empleo Público es señalado como la más importante. La gran cantidad de pluses salariales complica alcanzar una solución, pues estos se han instalado en el sistema de reconocimientos como la divina panacea motivacional. El cuestionamiento de la ciudadanía es que a pesar de las grandes erogaciones no se logra un servicio público de excelencia. ¿Será que estamos errando en los verdaderos motivadores de las personas?
Si bien es cierto el aspecto salarial tiene gran influencia en la motivación de las personas se ha comprobado que también estas valoran incentivos y recompensas psicológicas; por sobre las económicas. Entre ellas se destacan: las oportunidades de desarrollo, ascensos, especialización, liderazgos justos y desafíos personales; elementos que frecuentemente están ausentes en las estructuras públicas. Partiendo de este hecho, se puede afirmar que el gobierno ha gastado inútilmente durante muchos años recursos valiosos creando políticas salariales y sistemas de compensación variable tradicionales sin que estos produzcan los resultados esperados en cuanto al nivel de satisfacción y productividad de los funcionarios públicos.
Ante esta realidad es evidente que se requieren cambios inmediatos. Hay que romper con los paradigmas y proponer soluciones más efectivas en procura del bienestar socioeconómico del país. Por tanto, resulta necesario contar con una alternativa innovadora y estratégica que se ajuste realmente a nuestra situación. Precisamente mediante la neurocompensación se genera un verdadero cambio; logrando así combatir las frustraciones que tanto afectan al sector público.
El éxito de esta potencial herramienta no depende únicamente de sí misma, si no del compromiso de todos los líderes de la organización, así como del involucramiento de los departamentos de Talento Humano del aparato público en general.
La neurocompensación influye en la satisfacción laboral de los colaboradores del sector público e impacta directamente en la productividad, sin que ello represente nuevos retos económicos para la gestión fiscal. Tenemos frente a nosotros el nuevo paradigma de los profesionales en talento humano.
Los seres humanos somos personas con diferentes necesidades y motivaciones, según la etapa de vida en la que nos encontremos, por lo que se hace necesario analizar el nivel de satisfacción laboral con la finalidad de descubrir cuáles son los particulares, personales, distintivos, únicos e íntimos elementos motivacionales. A estas herramientas les llamaremos neurocompensadores, los que encuentran su fundamento en los recientes avances en la neurociencia. Los neurocompensadores buscan ser incentivos que producen cambios en la conducta del individuo. Este es un nuevo campo en el conocimiento humano el cual apenas se encuentra en sus inicios. Hay algunos avances.
Uno de los conceptos que ha desarrollado es el de salario emocional. Este busca satisfacer las necesidades que diferencian a cada individuo de las demás personas, basado en sus circunstancias personales, mejorando la calidad de vida, logrando un equilibrio personal y profesional, y fomentando la motivación del principal activo de las organizaciones: las personas.
Con esta innovadora herramienta, se incrementa la fidelidad y el compromiso, obteniendo como resultado mayor productividad y contribuciones a la organización. Lo que se requiere es cambiar malos hábitos por buenos y todo comienza en nuestro propio cerebro. Hay que activar nuevas redes neuronales que impulsen una efectiva motivación laboral.
El rol de los profesionales en talento humano cambiará. Los recientes descubrimientos y aportes de la neurociencia traerán consigo nuevos retos lo que supone un cambio sobre las tradicionales formas de Gestión de Talento Humano. Habrá planillas, como las que conocemos hoy, para cubrir las necesidades de las personas, pero también en las nuevas estructuras de recursos humanos veremos nuevas profesiones como el encargado de la “nómina emocional”.
Este último concepto se refiere a todo un nuevo paquete de reconocimientos fundamentado en neurocompensadores, los cuales no necesariamente representan una erogación que comprometa la estructura presupuestaria de la organización.
Esto significa que desde la formación universitaria se deben realizar las modificaciones necesarias en los programas educativos para que se desarrollen los talentos, competencias y herramientas que requerirá el profesional en esta área.
Por su parte las empresas deben fomentar la transformación de las actuales estructuras con profesionales especializados en las nuevas tendencias.
Diversos organismos internacionales han advertido que nuestros hijos laborarán en puestos de trabajo que aún no han sido inventados. La Gestión de Talento Humano no escapa a esta tendencia.
Ante este resultado la neurocompensación se presenta como un valioso estandarte en el combate del déficit fiscal pero sus beneficios no son exclusivos del sector público sino que también están disponibles para las empresas privadas. Tienen la palabra las autoridades públicas, los empresarios, los sindicalistas, los líderes de recursos humanos, y por supuesto usted.

Firman:

Xiomara Herrera, Marvin Sibaja, Sharon Alvarado, Diana Campos
Estudiantes de talento humano Universidad Autónoma de Monterrey






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