Multitudes siguieron a Chinchilla
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 08 febrero, 2010
Durante las 12 horas previas al cierre de urnas
Multitudes siguieron a Chinchilla
Sus visitas a Desamparados, Heredia y Alajuela ocasionaron grandes tumultos y roces entre militantes
Silvia Pardo
spardo@larepublica.net
Villa Bonita de Alajuela fue la última visita que realizó Laura Chinchilla, candidata liberacionista, donde fue recibida entre bombetas y botellas de champaña, estas últimas transportadas en uno de los 4x4 que movilizaban a Chinchilla por el país.
La actividad fue de las más tradicionales del día, de contacto personal, como ha sido usual en el pasado.
Repartiendo los últimos besos de la jornada y saludando a los niños, se preparó para ir a su casa a descansar, de cara al conteo que definiría si iba a ser o no, la nueva presidenta de la República.
Por un momento, tuvo que detenerse dentro del garaje de una familia, para atender los llamados de los niños que vivían en esa casa.
La actividad terminó a las 6 p.m., justo a tiempo para el cierre de las urnas electorales.
El camino hacia Alajuela mostraba un gran apoyo liberacionista, con familias que saludaban desde las rejas de sus casas con afiches y banderas.
Un joven se le acercó en un momento y le gritó “No al TLC” y se alejó lanzando consignas en contra de Chinchilla y su partido.
De todas las actividades públicas que realizó Laura Chinchilla, la visita a la Escuela Rafael Moya, al costado sur del Palacio de los Deportes en Heredia centro, fue la más activa.
La espera de unos 30 minutos debido al atraso de Laura Chinchilla (colaboradores de su campaña explicaron que a causa al tránsito) no desanimó a quienes la esperaban en los alrededores de la Escuela Rafael Moya.
Payasos, muchachas en pantalones cortos, animadores y una buseta con altoparlantes se encargaron de armar una fiesta y baile en media calle.
Al ritmo de una charanga, los asistentes repetían “Pepe, Pepe” y varios “Se oye, se siente, Laura presidente”.
La escena asombraba a los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos, (OEA), que no podían dar declaraciones a la prensa, pero tampoco ocultar su sonrisa.
Una situación bastante similar pero más folclórica ocurrió más temprano, a las 9:20 a.m., cuando Chinchilla se presentó a ejercer su voto en la Escuela Joaquín García Monge, en Desamparados centro.
Con cimarronas, gigantas, hombres en zancos, y música popular, el voto de Chinchilla también atrajo una fuerte cantidad de personas ansiosas por saludar a “doña Laura”.
Los medios y la multitud arrastraron a la candidata hasta la escuela, donde tardó unos diez minutos en cumplir con su deber del sufragio.
Al salir, tiraba besos y siempre, durante todo el día, enfatizó la importancia de salir a votar.
Durante la mañana, Laura estuvo acompañada de su esposo y su hijo de 13 años, ambos llamados José María Rico.
A lo largo de la jornada, Chinchilla mantuvo una imagen femenina en vez de los “pantalones bien puestos” que usó durante la campaña.
Con un vestido verde y sandalias color arena, la candidata corrió para poder presentarse a todas las actividades.
El cabello suelto y un maquillaje más fuerte, la acompañaron y se mantuvieron impecables a pesar de los abrazos, besos y empujones que llenaron un caluroso día.
Siempre mantuvo una actitud alegre y no confesaba estar cansada aunque las actividades del día empezaron con la misa de las 7 a.m. en la Catedral Metropolitana.
Multitudes siguieron a Chinchilla
Sus visitas a Desamparados, Heredia y Alajuela ocasionaron grandes tumultos y roces entre militantes
Silvia Pardo
spardo@larepublica.net
Villa Bonita de Alajuela fue la última visita que realizó Laura Chinchilla, candidata liberacionista, donde fue recibida entre bombetas y botellas de champaña, estas últimas transportadas en uno de los 4x4 que movilizaban a Chinchilla por el país.
La actividad fue de las más tradicionales del día, de contacto personal, como ha sido usual en el pasado.
Repartiendo los últimos besos de la jornada y saludando a los niños, se preparó para ir a su casa a descansar, de cara al conteo que definiría si iba a ser o no, la nueva presidenta de la República.
Por un momento, tuvo que detenerse dentro del garaje de una familia, para atender los llamados de los niños que vivían en esa casa.
La actividad terminó a las 6 p.m., justo a tiempo para el cierre de las urnas electorales.
El camino hacia Alajuela mostraba un gran apoyo liberacionista, con familias que saludaban desde las rejas de sus casas con afiches y banderas.
Un joven se le acercó en un momento y le gritó “No al TLC” y se alejó lanzando consignas en contra de Chinchilla y su partido.
De todas las actividades públicas que realizó Laura Chinchilla, la visita a la Escuela Rafael Moya, al costado sur del Palacio de los Deportes en Heredia centro, fue la más activa.
La espera de unos 30 minutos debido al atraso de Laura Chinchilla (colaboradores de su campaña explicaron que a causa al tránsito) no desanimó a quienes la esperaban en los alrededores de la Escuela Rafael Moya.
Payasos, muchachas en pantalones cortos, animadores y una buseta con altoparlantes se encargaron de armar una fiesta y baile en media calle.
Al ritmo de una charanga, los asistentes repetían “Pepe, Pepe” y varios “Se oye, se siente, Laura presidente”.
La escena asombraba a los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos, (OEA), que no podían dar declaraciones a la prensa, pero tampoco ocultar su sonrisa.
Una situación bastante similar pero más folclórica ocurrió más temprano, a las 9:20 a.m., cuando Chinchilla se presentó a ejercer su voto en la Escuela Joaquín García Monge, en Desamparados centro.
Con cimarronas, gigantas, hombres en zancos, y música popular, el voto de Chinchilla también atrajo una fuerte cantidad de personas ansiosas por saludar a “doña Laura”.
Los medios y la multitud arrastraron a la candidata hasta la escuela, donde tardó unos diez minutos en cumplir con su deber del sufragio.
Al salir, tiraba besos y siempre, durante todo el día, enfatizó la importancia de salir a votar.
Durante la mañana, Laura estuvo acompañada de su esposo y su hijo de 13 años, ambos llamados José María Rico.
A lo largo de la jornada, Chinchilla mantuvo una imagen femenina en vez de los “pantalones bien puestos” que usó durante la campaña.
Con un vestido verde y sandalias color arena, la candidata corrió para poder presentarse a todas las actividades.
El cabello suelto y un maquillaje más fuerte, la acompañaron y se mantuvieron impecables a pesar de los abrazos, besos y empujones que llenaron un caluroso día.
Siempre mantuvo una actitud alegre y no confesaba estar cansada aunque las actividades del día empezaron con la misa de las 7 a.m. en la Catedral Metropolitana.