"Multilatinas" pujantes
| Miércoles 12 marzo, 2008
“Multilatinas” pujantes
Londres
EFE
El diario británico Financial Times saludó ayer la nueva pujanza de las que llama “multilatinas”, las multinacionales de la región latinoamericana, que dominan ya industrias globales, algo impensable hace sólo unos años.
Así, por ejemplo, la brasileña Vale es el mayor productor mundial de mineral de hierro y se ha estado diversificando durante los últimos años: si compra Xstrata, algo que no es aún seguro, la primera se convertiría en el mayor grupo minero del mundo.
Lo más sorprendente, según el FT, no es solo la magnitud de la transacción, sino el hecho de que, en medio de las actuales turbulencias de los mercados financieros y crediticios, Vale haya obtenido fácilmente un préstamo sindicado de $50 mil millones para financiar la operación.
Incluso si esa fracasa, Vale seguirá creciendo, y así proyecta invertir $59 mil millones en los próximos cinco años en Brasil y otros países.
Para Javier Santiso, jefe del centro de desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, lo que ocurre “es emblemático de una transformación estructural mucho mayor y que tiene profundas implicaciones. El centro es menos central de lo que era y la periferia, menos periférica”.
En los cuatro o cinco últimos años, los gigantes latinoamericanos se han dedicado también a comprar empresas extranjeras. Vale pagó $18 mil millones en 2006 por Inco, empresa canadiense de explotación del níquel, mientras que la cementera mexicana Cemex compró la británica RMC en 2005 y la australiana Rinker al año siguiente.
En 2006, un total de nueve empresas mexicanas o brasileñas figuraban en la lista de las 500 principales compañías del mundo que publica la revista Fortune, en la que también aparecían doce empresas surcoreanas, seis indias y cinco rusas.
Más de 40 compañías de México de Brasil y Chile, frente a treinta de la India, figuran en una lista más amplia de 2 mil empresas que publica la misma revista estadounidense.
Por otro lado, según el Boston Consulting Group, Vale genera mayores beneficios para sus accionistas que ningún otro grupo del mundo: una media del 64,3% anual entre 2002 y 2007, frente a un 62% de Apple, un 31,2% de BHP Billiton y solo un 12,8% de Toyota.
Según el FT, los expertos atribuyen ese éxito a la mejora de las perspectivas económicas latinoamericanas, que permiten a las empresas de la región conseguir créditos mucho más baratos.
Desde la crisis de la deuda mexicana y la devaluación del peso a finales de 1994, los gobiernos sucesivos de ese país han practicado una política fiscal y monetaria muy prudente, algo que puede decirse también de Brasil, que, tras haber estado al borde de la quiebra entre 1999 y 2002, ha conseguido estabilizar sus finanzas y reducir la inflación.
Desde enero, Brasil ha sido un acreedor internacional neto con reservas de $190 mil millones, lo que significa que su deuda exterior tanto pública como privada está más que compensada.
Durante los años ochenta y noventa, la mayoría de las empresas internacionales latinoamericanas tenían que pagar mucho más que sus rivales de otros países para financiar su expansión, pero esos costos se han reducido fuertemente desde entonces.
Según Héctor Medina, director financiero de Cemex, ésta tuvo que pagar alrededor de un 12% de interés por los bonos emitidos para financiar su primera expansión internacional a finales de los ochenta, y ahora puede financiar sus nuevos proyectos pagando sólo un 4%, igual o menos que sus rivales.
Gracias a todo ello, las empresas latinoamericanas han podido aprovechar el hecho de que sus márgenes operativos son con frecuencia más atractivos que los de otras compañías europeas o estadounidenses.
Así, según Cristiano Souza, de Dynamo, un fondo “hedge” basado en Río de Janeiro, las papeleras brasileñas, por ejemplo, operan con un resultado antes de impuestos, intereses y amortizaciones de un 40%, frente al 15% con el que operan sus rivales escandinavas.
Además de beneficiarse de sus fuertes lazos con los respectivos gobiernos, algunas multilatinas han demostrado ser buenas innovadoras, y así América Móvil, el brazo de telefonía móvil de Telmex, el grupo de Carlos Slim, expandió el uso de ese tipo de aparatos entre los mexicanos de bajos ingresos gracias a las tarjetas de prepago.
Londres
EFE
El diario británico Financial Times saludó ayer la nueva pujanza de las que llama “multilatinas”, las multinacionales de la región latinoamericana, que dominan ya industrias globales, algo impensable hace sólo unos años.
Así, por ejemplo, la brasileña Vale es el mayor productor mundial de mineral de hierro y se ha estado diversificando durante los últimos años: si compra Xstrata, algo que no es aún seguro, la primera se convertiría en el mayor grupo minero del mundo.
Lo más sorprendente, según el FT, no es solo la magnitud de la transacción, sino el hecho de que, en medio de las actuales turbulencias de los mercados financieros y crediticios, Vale haya obtenido fácilmente un préstamo sindicado de $50 mil millones para financiar la operación.
Incluso si esa fracasa, Vale seguirá creciendo, y así proyecta invertir $59 mil millones en los próximos cinco años en Brasil y otros países.
Para Javier Santiso, jefe del centro de desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, lo que ocurre “es emblemático de una transformación estructural mucho mayor y que tiene profundas implicaciones. El centro es menos central de lo que era y la periferia, menos periférica”.
En los cuatro o cinco últimos años, los gigantes latinoamericanos se han dedicado también a comprar empresas extranjeras. Vale pagó $18 mil millones en 2006 por Inco, empresa canadiense de explotación del níquel, mientras que la cementera mexicana Cemex compró la británica RMC en 2005 y la australiana Rinker al año siguiente.
En 2006, un total de nueve empresas mexicanas o brasileñas figuraban en la lista de las 500 principales compañías del mundo que publica la revista Fortune, en la que también aparecían doce empresas surcoreanas, seis indias y cinco rusas.
Más de 40 compañías de México de Brasil y Chile, frente a treinta de la India, figuran en una lista más amplia de 2 mil empresas que publica la misma revista estadounidense.
Por otro lado, según el Boston Consulting Group, Vale genera mayores beneficios para sus accionistas que ningún otro grupo del mundo: una media del 64,3% anual entre 2002 y 2007, frente a un 62% de Apple, un 31,2% de BHP Billiton y solo un 12,8% de Toyota.
Según el FT, los expertos atribuyen ese éxito a la mejora de las perspectivas económicas latinoamericanas, que permiten a las empresas de la región conseguir créditos mucho más baratos.
Desde la crisis de la deuda mexicana y la devaluación del peso a finales de 1994, los gobiernos sucesivos de ese país han practicado una política fiscal y monetaria muy prudente, algo que puede decirse también de Brasil, que, tras haber estado al borde de la quiebra entre 1999 y 2002, ha conseguido estabilizar sus finanzas y reducir la inflación.
Desde enero, Brasil ha sido un acreedor internacional neto con reservas de $190 mil millones, lo que significa que su deuda exterior tanto pública como privada está más que compensada.
Durante los años ochenta y noventa, la mayoría de las empresas internacionales latinoamericanas tenían que pagar mucho más que sus rivales de otros países para financiar su expansión, pero esos costos se han reducido fuertemente desde entonces.
Según Héctor Medina, director financiero de Cemex, ésta tuvo que pagar alrededor de un 12% de interés por los bonos emitidos para financiar su primera expansión internacional a finales de los ochenta, y ahora puede financiar sus nuevos proyectos pagando sólo un 4%, igual o menos que sus rivales.
Gracias a todo ello, las empresas latinoamericanas han podido aprovechar el hecho de que sus márgenes operativos son con frecuencia más atractivos que los de otras compañías europeas o estadounidenses.
Así, según Cristiano Souza, de Dynamo, un fondo “hedge” basado en Río de Janeiro, las papeleras brasileñas, por ejemplo, operan con un resultado antes de impuestos, intereses y amortizaciones de un 40%, frente al 15% con el que operan sus rivales escandinavas.
Además de beneficiarse de sus fuertes lazos con los respectivos gobiernos, algunas multilatinas han demostrado ser buenas innovadoras, y así América Móvil, el brazo de telefonía móvil de Telmex, el grupo de Carlos Slim, expandió el uso de ese tipo de aparatos entre los mexicanos de bajos ingresos gracias a las tarjetas de prepago.