Monedas emergentes pasan por mal momento
Bloomberg | Viernes 10 julio, 2015
Monedas emergentes pasan por mal momento
Desde la crisis en Grecia hasta la mayor liquidación de acciones chinas en dos décadas, las monedas de los mercados emergentes no tienen respiro.
Un índice de paridades cambiarias de países en vías de desarrollo ha caído más de 5% desde mediados de mayo, a apenas 0,7% de un récord de marzo.
Todo parece indicar que las declinaciones continuarán, y los estrategas que consultó Bloomberg pronostican que todas menos seis de las 24 principales monedas de mercados emergentes se debilitarán hasta mediados del año próximo.
Si bien las declinaciones han contribuido a reducir el déficit comercial de países como Turquía y ex Sudáfrica, impulsan la inflación desde Brasil hasta Rusia, lo que podría afectar el crecimiento.
Morgan Stanley, que hace dos años acuñó la frase “cinco frágiles” para hacer referencia a las monedas de países en vías de desarrollo más vulnerables a una caída de la inversión extranjera, dijo esta semana que resulta “difícil de encontrar” el “lugar atractivo” cambiario entre los mercados emergentes.
Morgan Stanley sigue siendo bajista respecto de las monedas de mercados emergentes y dijo que el won de Corea del Sur es particularmente proclive al debilitamiento.
El término cinco frágiles era una referencia al real brasileño, el rand sudafricano, la rupia de Indonesia, la lira turca y la rupia india.
Las declinaciones a mayor plazo se vieron exacerbadas en América Latina luego de que una medición de Bloomberg de materias primas, las principales exportaciones de la región, llegara al nivel más bajo desde 2002.
El peso mexicano alcanzó un bajo nivel récord el martes; el peso chileno cayó al nivel más bajo en seis años y la moneda colombiana se negoció al nivel más débil en una década.
La caída de las monedas no ha afectado las economías de los mercados emergentes, y con $7,5 billones de reservas en moneda extranjera, un nivel cercano a récord, los países en vías de desarrollo tienen herramientas para controlar las declinaciones cambiarias.
Si bien una moneda más débil puede alentar la inflación al encarecer las importaciones, también puede impulsar las exportaciones al declinar el precio
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