Menores de edad sufren consecuencias de estrés que viven teletrabajadores

Los menores de edad están sufriendo las consecuencias del estrés laboral que viven sus padres o cuidadores.

Y es que, al desarrollarse el teletrabajo en las empresas e instituciones públicas, crece de manera proporcional la negligencia en el cuido de niños, según el Departamento de Trabajo Social del Hospital Nacional de Niños.

Para el primer semestre de este año ya se registraron 580 situaciones que ameritaron una intervención, lo cual, representa un incremento de 100 casos en relación con el mismo periodo del 2019.

Mordeduras de perros, la mala administración de los tratamientos para las enfermedades crónicas y un bajo rendimiento escolar, son las principales consecuencias.

También se mencionan intoxicaciones, quemaduras por líquidos calientes, accidentes de tránsito, así como caídas, heridas por armas de fuego o arma blanca, y niños prácticamente ahogados.

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“Hemos tenido un volumen de trabajo enorme, donde sigue siendo la población de uno a cinco años la más vulnerable”, detalló Sindy Mora, jefe del Servicio de Trabajo Social.

Pero además de las situaciones de negligencia, se contabilizan aumentos en abusos a menores de manera emocional, física, prenatal y sexual. En años anteriores, como en 2019, se registraron 1.382 situaciones atendidas por Trabajo Social, con una disminución de 218 casos para 2020.

“Esto se debió a la incertidumbre que causó el inicio de la pandemia, más que todo en consultas, pero de igual forma recibíamos muchos menores con necesidad de hospitalización”, agregó Mora.

Para los especialistas, la salud mental llegará a ser la protagonista a tratar después de que el país se normalice y adapte una vida postcovid. Por eso, Max Figueroa, especialista en psiquiatría infantil, asegura que los menores de edad se han visto impactados severamente por la pandemia, y el teletrabajo de sus cuidadores.

“En el momento que dictan medidas se disparan los casos de quemaduras, abuso sexual, abuso físico, violencia, pero mucho, en números que no veíamos hace años”, indicó Figueroa.

A nivel de percepción, la complejidad de los casos también ha aumentado. El Centro Nacional de Control de Intoxicaciones registró de 2019 a 2020, un aumento del 35% en menores de edad, algunas registradas como intoxicaciones voluntarias.

Esta modificación en la complejidad clínica mantiene como principales causas de consulta la ansiedad, las enfermedades físicas no explicadas, y las ideas de autoeliminación.

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“Ya después tenemos las que habitualmente veíamos, como déficit de atención, problemas de aprendizaje, concentración, y conducta, pero se han corrido mucho en la lista por las otras condiciones mencionadas”, enfatizó el especialista.

A todo esto, Mora concluyó que el común denominador de cualquier situación que se de dentro de los hogares, es que los chicos tienen una limitada supervisión, y más ahora donde “todos cuidan, pero nadie cuidó realmente”.