¡Mejor encerrados, que enterrados!
Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 12 agosto, 2020
Pizarrón
La gran discusión en torno a los impactos de la Pandemia en los países, como Costa Rica, es cuánto se debe cuidar a las personas, para que no se contagien y mueran, sean niños, adolescentes, ciudadanos, adultos, adultos mayores, adultos de la tercera edad, los “de oro”, viejos para decirlo mejor, y viejos viejos como los hay en Costa Rica, mujeres, hombres y de cualquier género con que la persona se identifique. Todos los viejos desde los adultos mayores para arriba todos son considerados de “riesgo” y “de alto riesgo”, entre ellos el que esto escribe con sus 74 años.
La Pandemia está generada por un virus que apenas se está conociendo, y por ello, experimentando tratamientos para detenerlo en su expansión, y para evitar el aniquilamiento que produce sin distinción geográfica, sin distinción de países y sin distinción de sectores sociales, desde los más pobres, los más afectados, hasta los más ricos, quizá los menos afectados.
La afectación por sectores sociales no la conocemos estadísticamente. Los informes diarios que se dan no lo destacan, más que indirectamente, por la concentración de casos en poblaciones, cantones, o barriadas de gran densidad, donde a la fuerza se vive en condiciones limitadas de espacio, de hacinamiento, en tugurios, covachas, chinchorros, cuarterías, con malas, débiles, escasas y ausentes atenciones de servicios públicos, como electricidad, agua, alcantarillados, control de aguas negras y excretas, obligados a desplazarse más apretadamente en buses, por el control y la prohibición de movilización en autos, por la ausencia de espacios sociales para reuniones familiares o de amigos. Tampoco se destaca la composición geográfica de los extranjeros infectados en Costa Rica, para evitar quizá expresiones xenofóbicas, y eso está bien.
El esfuerzo supremo, a nivel mundial, es lograr la vacuna en el más corto plazo posible, y sabemos que esa vacuna en sus efectos reales puede llevarse varios meses, incluso varios años, más en producirse con todos los reconocimientos científicos y mundiales del caso. Varios países compiten en este esfuerzo. El Presidente Trump, en su delirio, ofrece comprar monopólicamente las primeras vacunas que se produzcan solo para la población de Estados Unidos…lo que parece más un discurso electoral hacia noviembre de este año. El Presidente Ruso, Vladimir Putin, ayer nos dio la noticia de que ya Rusia la desarrolló, y esta en su etapa final, habiéndola experimentado incluso con una hija suya.
Aún con vacuna no se va a detener el coronavirus…va a seguir conviviendo con nosotros en Costa Rica, y en todo el Planeta, como siguen existiendo virus, bacterias y otros micro organismos patógenos, para los cuales hay vacunas, y virus, bacterias y otros micro organismos para los que todavía no las hay, pero hemos aprendido a vivir con ellos, algunos como amigos y otros como enemigos de nosotros, los seres humanos.
En Costa Rica se hacen esfuerzos científicos muy importantes, con reconocido ámbito internacional, por parte de los trabajadores y científicos del Instituto Clodomiro Picado, de la Universidad de Costa Rica.
Parte de sus avances, 80 frascos producidos de este suero, ya se están usando, con resultados positivos, con enfermos a quienes se les están suministrando los avances de estas investigaciones, que es el suero equino desarrollado como un posible tratamiento contra el Coronavirus, lo que se probará en su eficacia, en 26 personas, para combatir este Coronavirus. De la eficacia de su resultado se aplicará a los pacientes hospitalizados con síntomas graves.
La investigación que se está impulsando en el Instituto es con dos tipos de sueros resultantes de cuatro proteínas del virus.
Mi merecido reconocimiento a los funcionarios, desde los que cuidan los caballos hasta los científicos del Instituto Clodomiro Picado, en el 80 aniversario de la fundación de la Universidad de Costa Rica, con más de 50 años de existencia del Instituto, oficialmente establecido el 13 de abril de 1970, pero que ya existía desde principios de los 60s. y gestado desde los trabajos realizados por el Dr. Clodomiro Picado Twight, cuando impulsaba sus estudios desde el Laboratorio Clínico del Hospital San Juan de Dios.
En aquellos años de los 60s. recuerdo incluso un experimento que realizó un militar norteamericano, que colaboraba en ese Instituto, Herschel Flowers, Mayor del Ejército de los Estados Unidos, que mató a casi todos los caballos, percherones, que se tenían en el Instituto para la elaboración de los sueros. En la Universidad, cuando estudiaba, hicimos las protestas y denuncias del caso.
No solo sueros antiofídicos se producen en el Instituto Clodomiro Picado, que benefician hoy al país, a todo Centroamérica y a otros países del continente, y del mundo. Me consta. Cuando fui Embajador en la República Bolivariana de Venezuela desde el Instituto Clodomiro Picado se contribuía generosamente con instituciones como la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos Venezolano, especialmente del Estado de Zulia, con el envío de sueros, incluso especializados para Venezuela, no solo antiofídicos, sino también para atender picaduras de otros animales venenosos, arañas, alacranes etc. Igualmente, se realizan antivenenos que se envían a Papúa, al Africa subsahariana, a Taiwán, a Guinea y a Sri Lanka.
En el Instituto se reúne Ciencia, Tecnología, Pensamiento científico y salubrista nacional. Las picaduras de serpientes se consideran un serio problema de salud pública, que producen muerte o secuelas permanentes. Parte de la proyección del Instituto es también en el campo veterinario.
Con el desarrollo del Instituto también se ha contribuido notablemente en el estudio de las serpientes venenosas de Costa Rica, sobre la composición de los venenos, sobre su composición proteica, y sobre el aislamiento de las toxinas y sus mecanismos de acción. Mucho del trabajo se orienta a la búsqueda de las sustancias con capacidad de inhibir la toxicidad de los venenos de serpientes y de otros animales venenosos.
Entre las preocupaciones científicas que se atienden en el Instituto Clodomiro Picado están los estudios de los efectos de las toxinas producidas por bacterias como la Anaerobia Clostridium Perfringens, las de la Brucella, y recientemente se han avocado a ver como se detiene el Coronavirus COVID 19, en su infección patógena.
Los campos, entre otros, que se atienden en el Instituto Clodomiro Picado, para su trabajo científico, son los antivenenos, la inmunobiología, la microbiología, la biología tumoral, la biología molecular, el clonaje y la expresión de ADN que codifica toxinas de venenos, el cultivo de células, la bioquímica, la toxicología, las antitoxinas, el plasma equino y el humano, éste último con atención especializada hoy hacia el combate contra el COVID 19.
Se trabaja intensamente en la búsqueda de nuevos productos como vacunas, en el desarrollo de antitoxinas y derivados de plasma humano.
El equipo profesional del Instituto es de lo más destacado del país, con formación y experiencia internacional, hoy uno de nuestros baluartes más importantes, junto al Ministerio de Salud y la Caja Costarricense del Seguro Social, y su sistema hospitalario nacional, en la lucha contra el Coronavirus.
En esta lucha, el plasma contra el Coronavirus que se ha desarrollado en el Instituto señala que inhibe el virus, el Coronavirus SARS-COV-2, que produce la enfermedad de la llamada Pandemia del COVID-19, plasma que es desarrollado con sangre de caballo, a partir del plasma de caballos, hiperinmunizados con proteínas virales, lo que ha permitido obtener los anticuerpos equinos que neutralizan este agente patógeno, bloqueando la entrada del virus en las células humanas.
El Instituto ha señalado, hasta hoy, que el medicamento puede ser muy eficiente para tratar a los pacientes.
Desde que inició la Pandemia en Costa Rica, desde marzo, la Caja Costarricense del Seguro Social y la Universidad de Costa Rica, ambas instituciones creadas en la Administración Calderón Guardia, hace 80 años, unieron sus esfuerzos colaborativos e investigativos para atender esta emergencia nacional. A ellos se sumó el Centro Nacional de Defensa de Enfermedades Infecciosas de la Universidad George Mason de Estados Unidos, que tiene el instrumental científico de bioseguridad más alto de ese país, que apadrina los resultados logrados en el Instituto Clodomiro Picado.
El plasma obtenido en Costa Rica de caballos es 100 veces más potente que el plasma de humanos. Merecen, me parece, gran reconocimiento nuestros caballos, seis, y el cuido que se tiene de ellos, que se han usado para este fin, así como la sangre de caballos, trabajada en el Instituto. Esperemos, que en este momento, no se vuelva a producir otra tragedia como la que ocasionó el Mayor Flowers.
Hasta ahora se avanza con bastante seguridad en este éxito científico costarricense, de las inmunoglobulinas equinas, tratando de garantizar el control de su calidad.
Lo que en el Instituto se ha logrado no es una vacuna, es un producto que contribuirá a bajar la carga viral para superar el contagio, es un fármaco que baja la efectividad del virus en el cuerpo de quienes se han contagiado, con mayor posibilidad de salvar sus vidas.
El avance científico logrado en el Instituto Clodomiro Picado ha sido declarado, como correspondía, de interés público y nacional por el Presidente Carlos Alvarado Quesada, que compromete también a INCIENSA, en “desarrollar, producir y validar la efectividad terapéutica de dos medicamentos para el tratamiento de pacientes con COVID19 y mejorar la atención de la pandemia que afecta la salud de la población costarricense”.
Por su parte, la Ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, Paola Vega Castillo, señaló que “el Covid-19 nos recuerda que poner los ojos en la búsqueda de soluciones a través de la ciencia, es ponerla al servicio de la humanidad. Nuestros científicos han demostrado que la mejor decisión que el país puede tomar hoy es tomar la ciencia para luchar contra esta pandemia”.
Mientras tanto, ¿qué hacer?, ¿qué medidas tomar frente a la Pandemia?
Hay que atender con la mayor rigurosidad, disciplina y voluntad posible las instrucciones que da permanentemente el Ministro de Salud Pública, Dr. Daniel Salas, y los altos funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social, especialmente su Presidente el Dr. Román Macaya, en correspondencia con las directrices internacionales de la Organización Mundial de la Salud, que recoge a la vez la experiencia de muchos países, y sobre la base de nuestra propia práctica social y experiencia que vamos desarrollando en la lucha contra el Coronavirus.
Las medidas que se deben atender y seguir, de carácter general, las básicas, son:
1.- cubrirse siempre la boca y la nariz, con pañuelos desechables al toser o estornudar.
2.- no escupir
3.- botar en los recipientes de basura los pañuelos desechables
4.- usar “bozales” de tela, o mascarillas que tapen la boca y la nariz al estar siempre en sitios públicos.
5.- guardar distancia “social”, de 1.8 metros respecto a otras personas
6.- lavarse las manos cada vez que se tocan sitios públicos que pueden haber sido tocados por otras personas, entre ellos objetos de uso colectivo, carritos de cargar mercaderías en supermercados o tiendas.
7.- usar viseras o anteojeras
8.- usar mascarillas que tapen bien la cara, en boca, nariz y barbilla
9.- guardar las mascarillas en bolsas plásticas cuando no se usen
10.- lavar la mascarillas con agua y jabón o detergentes
11.- no usar mascarillas que dificulten la respiración
12.- no compartir mascarillas con otras personas
13.- evitar los saludos dándose la mano, dándose un beso, abrazándose
14.- saludar gestualmente con las manos o tocándose con los codos
15.- buscar atención médica si se tiene fiebre, tos o dificultad para respirar
16.- frente a los encierros solicitados o impuestos por las autoridades sanitarias hay que desarrollar comprensión, tolerancia y atención a todo el conjunto familiar
17.- explicarle a las personas dentro del hogar el significado e importancia de las medidas que se están tomando, y asumirlas como hábitos de comportamiento
18.- lavarse las manos después de tocar animales o mascotas
19.- no ponerle a niños menores de dos años mascarillas
20.- evitar estar en aglomeraciones o concentraciones humanas o en espacios cerrados con muchas personas
21.- proteger a las personas mayores y a los viejitos de todas las familias
22.- ir a los centros hospitalarios o de salud solo en caso necesario
23.- acudir a los EBAIS y clínicas de salud inmediatamente ante sospechas de tener síntomas del Coronavirus
24.- limpiar regularmente en las casas, y sitios públicos, todas las superficies de contacto frecuente, mesas, perillas de puertas, inodoros, teléfonos etc.
25.- lavar bien la ropa
26.- atender, acatar y obedecer las instrucciones públicas del Ministerio de Salud relacionadas con la atención de actividades de concentración masivas, y de permisos sanitarios de funcionamiento de locales donde se atiende público
El uso de estos materiales y medidas está orientado a proteger e impedir la propagación del COVID-19. Cuando una persona se protege está protegiendo a las demás. El protegerse es una medida de prevención a favor de quien se protege, de uno mismo.
El Coronavirus es una enfermedad que ataca severamente las vías respiratorias, por eso las distancias de 1.8 metros. Este virus se propaga de persona a persona, por ello es el cuidado que hay que tener.
El Gobierno de la República hace bien en tratar de proteger la vida de todos los habitantes de Costa Rica. Nuestro sistema de Seguridad Social históricamente ha cubierto a la población más débil, económicamente más frágil.
Originalmente, a finales del siglo XIX, los seguros sociales se desarrollaron en Europa para atender y asegurar la salud y la vida de los trabajadores, para, igualmente, asegurar la reproducción de la fuerza de trabajo. De eso se trata en la actual Pandemia, asegurar la vida de los trabajadores, y de sus familias.
La atención de salud, en Costa Rica, no se le niega a nadie por su extracción popular. Los trasplantes de corazón aquí se han hecho a personas de escasos recursos, pobres, que en otros países hubieran estado condenados a morir por falte de ese trasplante. Pero sí se puede negar atención hospitalaria si el número de contagiados y personas en Unidades de Cuidados Intensivos sobrepasa la capacidad de atención que tiene el sistema hospitalario nacional. De esta posibilidad no escapan ni pobres ni ricos… si no hay campo hay que morir en la casa…así de simple. El que tiene plata y seguros médicos le atenderán en hospitales privados mientras la cobertura del seguro lo permita… así funcionan los seguros médicos.
La seguridad social en Costa Rica no es medicina exclusiva para ricos, al contrario es medicina para el pueblo, para los trabajadores y sus familias.
La Seguridad Social y la Salud Pública en esta lucha contra la Pandemia del Coronavirus es para proteger la salud de todos los costarricenses y de quienes habiten nuestro territorio nacional.
Cuando el Obispo de Tilarán clamó, no al cielo, y reclamó a los costarricenses, que no acatan las disposiciones sanitarias impuestas por las autoridades de Salud, hizo lo correcto. Su mensaje fue contundente, “si quiere matarse mátese, pero no mate a los demás”, señaló vehementemente que estamos en la obligación de cuidarnos para no contagiar o enfermar a otros… No fue una invitación al suicidio, fue un llamado a no matar personas…actuando como francotiradores…
Cuando las autoridades de salud convocan al encierro de las personas, y de las familias, nos mandan un mensaje también muy contundente: ¡es mejor encerrados, que enterrados!
La vida vale, la vida de un costarricense vale, la vida de todos los costarricenses es lo mejor y lo más preciado de Costa Rica. La vida de cada costarricense es una historia personal, familiar y social que debemos preservar, recordar.
La vida de los pueblos se mantiene con la memoria del recuerdo. Si recordamos no olvidamos. Recordar es volver a vivir. Por su origen latino el recuerdo se asocia al corazón, a tener a los seres queridos en el corazón. También a conocer el pasado, como memoria histórica, para mejorar el futuro.
Recordamos la endemias, las epidemias y las pandemias que han tocado, en el pasado, nuestro suelo patrio y nos sabemos vencedores de ellas. Así va a suceder con esta Pandemia del Coronavirus, pero tenemos que poner de nuestra parte lo que nos corresponde.
El Ministerio de Salud Pública, la Caja Costarricense del Seguro Social y el Instituto Clodomiro Picado velan por nuestra salud.
Bíblicamente hay tiempo para vivir y tiempo para morir.
Terrenalmente nuestro tiempo es para vivir y, ojalá, de la mejor forma posible.
A la Pandemia y al Coronavirus los derrotaremos, pero necesitamos la vida para lograrlo.
¡Es mejor encerrados, que enterrados!
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