Ministro solicita al Congreso aprobar proyectos prioritarios
Manuel Tovar: “Los aranceles en EE. UU. solo agravan el problema que existe por la falta de reformas estructurales”
Se requiere la ratificación de jornadas laborales más flexibles, armonización eléctrica y la reforma del Instituto Nacional de Aprendizaje

La decisión de Estados Unidos de aplicar un arancel del 15% a productos provenientes de Costa Rica agrava aún más el clima de negocios del país, por lo que se requiere que los diputados aprueben reformas estructurales urgentemente, aseguró Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior.
La imposición del arancel se da en un contexto global donde las reglas del comercio han cambiado radicalmente, incluso para potencias como la Unión Europea, Corea del Sur y China.
En este escenario, insiste, las pequeñas economías como la costarricense deben apostar por competitividad real y eso solo se logra con reformas estructurales profundas y una estrategia clara de diversificación.
¿Cómo interpreta el gobierno esta decisión arancelaria de Estados
Unidos?
Nosotros lo vemos diferente, pero ellos han tomado esta decisión que genera una presión adicional a la que ya tenemos.
Costa Rica atraviesa enormes retos, no solo externos, sino también internos. Tenemos reformas estructurales pendientes que deberían mejorar la economía: jornadas excepcionales, armonización eléctrica, reforma del INA. Todas ellas son imperativas para la competitividad del país.
¿Qué acciones ha tomado Costa Rica para revertir o frenar esta medida?
Hicimos una solicitud formal al secretario de Comercio de Estados Unidos para que pusieran en pausa este arancel, mientras continuábamos las rondas de diálogo. Ya habíamos tenido dos reuniones previas antes del anuncio.
Lo que pedimos es tiempo, porque el contexto ha cambiado: todos los países añadidos a esa lista tienen déficit comercial con Estados Unidos, y eso incluy a Costa Rica. Sin embargo, nosotros tenemos dos años de tener un superávit
debido a una mayor inversión extranjera directa y eso nos puso en una posición complicada.
¿Qué le responde a quienes dicen que faltó cabildeo o no se negoció bien?
La negociación no ha terminado. Me parece incorrecto que se diga que la discusión ha sido débil.
Este arancel se calculó considerando los países que tienen déficit con Estados Unidos, como Nicaragua, Colombia y otros, y aun así se les mantiene en el 10%.
Que se diga que las negociaciones han fracasado no es solo injusto, sino impreciso. La realidad es que el mundo cambió y las reglas del juego también.
Eso afecta incluso a economías grandes como la Unión Europea, Japón o China.
¿Cuál es el camino para enfrentar este nuevo entorno económico?
Más allá del tema arancelario, es impostergable que los diputados aprueben reformas estructurales que venimos postergando por años. Sin esas reformas, simplemente no podemos competir. Esto no es culpa solo del comercio exterior si no hay condiciones internas que respalden la productividad y la eficiencia. Es momento de ver esto como una llamada de atención para mejorar, y rápido.
¿Qué tipo de gestiones diplomáticas y cabildeo seguirán adelante?
En este momento, el Congreso estadounidense está en receso de verano, pero esperamos que, más adelante, podamos reactivar las reuniones con las autoridades.
Además, esperamos un mayor apoyo de las cámaras empresariales. Lo importante es dejar claro que esto no es un tema personal con Estados Unidos.
Seguimos siendo aliados estratégicos: somos receptores de inversión extranjera directa, de turismo, y trabajamos juntos en temas sensibles como la lucha contra el narcotráfico.
¿Qué se ha hecho desde el Gobierno para mejorar el clima de inversión?
Hemos trabajado en modernizar los puestos fronterizos, en fomentar encadenamientos productivos, en apoyar la internacionalización de las pymes, en fortalecer el bilingüismo y eliminar cuellos de botella. Pero somos realistas: estas medidas son positivas, pero no sustituyen las reformas estructurales. Los
diputados deben actuar con más decisión.
¿La solución está en diversificar mercados?
Absolutamente. Este tipo de situaciones nos confirma la necesidad de no poner todos los huevos en la misma canasta. Hemos venido insistiendo en la diversificación de mercados, en buscar nuevos acuerdos comerciales y en eliminar las disrupciones que aún persisten en las cadenas de suministros. No podemos depender de un solo socio comercial. Ese es el camino hacia una economía más resiliente.
La medida tomada por Donald Trump entraría en vigencia el 7 de agosto y forma parte de un paquete más amplio de ajustes arancelarios que afecta a más de 70 países y territorios.