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Los determinantes sociales y el dengue

María Luisa Avila avilaaguero@gmail.com | Jueves 11 julio, 2013


El comportamiento urbano del dengue tiene sus raíces en la falta de políticas sostenidas e integrales de planificación urbana, inadecuado abastecimiento de agua potable, inadecuado manejo de residuos sólidos, entre otros


Tricotomía

Los determinantes sociales y el dengue

Todo problema de salud debe ser analizado desde el punto de vista de los determinantes de la salud. La presencia de una enfermedad en una población depende del entorno y la protección social que el individuo y la colectividad tengan.
Una persona pobre está más expuesta a contraer ciertas enfermedades y es más vulnerable a sufrir las consecuencias de la misma.
En el caso del dengue las poblaciones sin abastecimiento de agua, sin canalización, sin sistemas apropiados de manejo de residuos sólidos, tendrán mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Por ello, con enfoque de Determinantes Sociales en Salud se debe analizar y documentar todos los problemas relacionados con la inequidad, ya que los riesgos y la vulnerabilidad no se distribuyen igual en un país.
La inequidad se puede visualizar incluso en la forma como se planifican y construyen las ciudades. El comportamiento urbano del dengue tiene sus raíces en el saneamiento ambiental, la falta de políticas sostenidas e integrales de planificación urbana, el inadecuado abastecimiento de agua para consumo humano, el inadecuado manejo de residuos sólidos, entre otros.
Es evidente que no podemos exigirle a una familia que elimine criaderos, cuando su principal preocupación es llevar comida a la mesa, o si vive en un tugurio en condiciones de precario sin los servicios básicos.
A pesar de la información, es común que al iniciar la temporada de lluvia, las comunidades exijan fumigaciones por parte del equipo de control de vectores, sin entender que esta es una medida poco eficaz, ya que lo más importante es actuar contra las larvas para que las mismas no se desarrollen, y esto se logra destruyendo criaderos, aplicando abate y otros controles biológicos. Lamentablemente la prensa contribuye con esta errónea percepción ya que sus notas las ilustran con funcionarios fumigando.
Finalmente el manejo de los pacientes en los centros médicos debe ser con calidad y oportunidad, siguiendo protocolos de manejo elaborados por especialistas, los cuales deben ser evaluados para conocer su eficacia.
El dengue requiere el concurso de muchas instituciones, con la participación de diversos actores sociales. Controlar el dengue es costoso y requiere fuerte inversión económica. La luz de esperanza al final del túnel, es la vacuna, la cual es posible que tarde dos años más en comercializarse.
Mientras tanto, actuemos en nuestro entorno laboral y familiar manteniéndolos libres de criaderos, fomentando ambientes saludables.
 

María Luisa Ávila

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