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Los economistas

Leopoldo Barrionuevo leopoldo@amnet.co.cr | Sábado 14 marzo, 2009


ELOGIOS
Los economistas

Leopoldo Barrionuevo

Uno sintoniza CNN y Padilla le presenta varios ejemplares rara avis diariamente que —por si las moscas lo aclara— es la opinión personal del invitado que predice, postula y arriesga opiniones sobre las economías de diferentes países, mediante cifras que dan la sensación de que el invitado sabe lo que dice porque nunca anticipa un crecimiento o caída de un 3% o 4 % sino del 3,7% (el decimal da la sensación del acierto). Lo lamentable es que tiempo después no lo invitan para que explique su error: el tiempo borra y barre las metidas de pata.
Escribir es más serio porque lo publicado no se puede borrar y aun así un cronista deportivo explica las posibilidades de ambos equipos antes de un encuentro pero aclara que el fútbol es impredecible de tal modo que cualquier cosa puede pasar. Desde ya, cualquier criatura de kínder puede hoy en día predecir lo que ya sucedió, para eso no se requiere ser economista.
Pero anticipar es poco menos que imposible, si así fuera no hubiera pasado todo lo que pasó y los economistas serían multimillonarios de tanto acertar en la Bolsa. Y yo me pregunto aquí: si en cualquier juego como por ejemplo el póquer, uno gana es porque otros pierden o al revés, no puede ser que todos pierdan y hasta en la ruleta con del doble cero no jugado la que gana es la banca, ¿no es cierto?
Yo preferiría que me explicaran dónde están los trillones, cuatrillones de dólares que se perdieron y que van a tener que pagar como siempre los de abajo, los sepultados por la caída de la clase media. ¿O es que aquí todos pierden? Por favor, no me crea tan pendejo.
¿Cuál es el remedio? No arriesgar y entonces llegan los financistas y ejercen el arte de la Reingeniería que se reconoce por la cantidad de rabos que cortan y como dice Prahalad “acaban por cortar el músculo y motor de las empresas” porque en su prédica justifican el hecho de que 400 despidos se efectúan porque era personal innecesario. Y nuevamente me pregunto: ¿y por qué lo tomaron? ¿Ahora de golpe se dan cuenta? ¿No son los príncipes de la predicción o están robando el no pequeño salario que se ganan, bonos aparte incluidos?
Viven en un mundo de robots en el cual el ser humano, tan imprevisible sigue las pautas de genios escondidos que procuran “salvar del ahogado, el sombrero” y se olvidan que todo lo que es ingreso de la empresa viene por ventas, lo único que puede contarse y que se traduce en reducción de inventarios (no de gente), de cuentas por cobrar y más ventas porque al tener que reducir los márgenes para mantenerse en el mercado necesitan rotar la mercancía a menos precio y ocuparse del cliente antes que se vaya con la competencia.
La conducta humana es la impredecible y todo puede darse si se toca el exacto botón, de ahí que no baste con la motivación que en realidad es automotivación: está en el individuo y solo él puede ponerla en marcha para sacudirse esta ola de pesimismo depresivo en que se empeñan los emisarios de las malas noticias (los griegos los ajusticiaban).
Es tan exacto escuchar a los economistas hoy como confiar en las predicciones de los horóscopos, en razón de lo que empezaré a creerles cuando se vistan como Walter Mercado.

leopoldo@amnet.co.cr

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