Lección griega: quebraríamos de forma distinta
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 02 julio, 2015
ANÁLISIS
No es inminente, pero la crisis viene
Lección griega: quebraríamos de forma distinta
Sindicatos y sector privado todavía están lejos de un acuerdo fiscal
RESUMEN EJECUTIVO
Las consecuencias de la eventual quiebra costarricense serían distintas a las que enfrenta Grecia en este momento; sin embargo, serían igual de desagradables.
En nuestro caso, los principales perdedores serían los pensionados y los asalariados, cuyo poder adquisitivo sería erosionado por la inflación.
Un incremento en la cantidad de dinero disponible en el mercado sería una opción para cualquier Gobierno, que en el futuro no pudiera pagar lo que debe, ya que el grueso de la deuda es denominado en colones, que se pueden imprimir.
En cambio, Grecia debe euros, que no se pueden inflar.
Los favorecidos en una crisis costarricense serían los exportadores, ya que el tipo de cambio aumentaría, mientras los productos importados costarían más.
La crisis no es inminente, ya que el nivel de la deuda costarricense es menor que el griego.
No obstante, estamos lejos de una solución al problema de la deuda.
Las consecuencias de una eventual quiebra costarricense serían distintas a las que enfrenta Grecia en este momento; sin embargo, serían igual de desagradables.
Una de las principales diferencias entre los dos casos es que los perdedores costarricenses serían más que todo los que actualmente cotizan para su pensión, que son los principales acreedores del Gobierno.
También estarían afectados la gente ya jubilada, así como los asalariados, cuyo ingreso perdería valor con el incremento en los precios, que pagarían la cuenta mediante la inflación, que sería la solución más sencilla para un Estado que no puede cumplir con sus obligaciones.
Incrementaría también el tipo de cambio como resultado de una política inflacionaria, el cual impulsaría las exportaciones.
Por otro lado, el costo de los productos y servicios importados aumentaría.
La Administración puede solucionar su problema mediante la inflación, ya que casi el 75% de los bonos del Gobierno está emitido en colones.
La situación es distinta en Grecia, que tiene las opciones únicamente de llegar a un acuerdo con sus acreedores, o incumplir con sus obligaciones, ya que no puede emitir euros, mientras sus bonos son denominados en esa moneda.
En cuanto a la forma de llegar a una solución al problema de la deuda, Grecia este domingo tendrá un referéndum para que el público decida si prefiere pagar o incumplir.
La iniciativa popular no es una opción en Costa Rica, cuya constitución prohíbe el uso de esa figura para temas fiscales.
En este caso, sería cuestión de que los principales actores llegaran a un acuerdo sobre la forma de reducir la deuda nacional.
Por ahora, eso parece una posibilidad distante, ya que no hay ninguna disposición de hacer recortes en los salarios de los burócratas, de acuerdo con las declaraciones de esta semana de los sindicatos.
Por su parte, el sector privado no está dispuesto a pagar nuevos impuestos a un Estado que se considera ineficiente y gastón.
No estamos todavía en los mismos aprietos que Grecia, cuyo nivel de endeudamiento es no menos del 177% del valor de la producción nacional.
En Costa Rica, se trata del 44% del PIB para este año.
Sin embargo, hay menos tolerancia por parte de los acreedores para un mercado emergente como el costarricense.
Además, Costa Rica tiene uno de los déficits más grandes de Latinoamérica, el cual tarde o temprano nos llevaría a una situación parecida a la griega.
Fabio Parreaguirre
Colaboró Javier Adelfang