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Las bibliotecas, ante el desafío del libro electrónico

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 04 junio, 2013


La BiblioTech en Texas, cuenta con 150 e-readers disponibles para que los usuarios los lleven a sus casas.INTERNET/LA REPÚBLICA


OREJA  10 mil títulos podrán llevar a casa los usuarios de la nueva biblioteca digital de Estados Unidos

LECTURA

Las bibliotecas, ante el desafío del libro electrónico

BiblioTech, es la primera biblioteca completamente digital de Estados Unidos, un centro con aspecto de tienda de Apple

Más de 500 años después de que la imprenta permitiera la proliferación de las bibliotecas públicas, el mundo del libro pasa por una nueva revolución, de tinta digital y pantallas táctiles, que desafía los pilares que sustentan el tradicional préstamo de obras.
Este año se estrenará en Texas la primera biblioteca totalmente digital de Estados Unidos, BiblioTech, un centro con aspecto de tienda de Apple sin espacio para tapas duras y hojas de papel gastado.
En su lugar, la instalación ofrecerá una colección de ordenadores y “e-readers”, que los usuarios se podrán llevar a casa para leer hasta 10 mil títulos almacenados en Internet, los cuales también serán accesibles vía web para quienes ya tengan dispositivos compatibles.
El ambicioso proyecto es visto por sus impulsores como un modelo que podría cambiar el aspecto de las bibliotecas para siempre. Para otros, es un experimento condenado al fracaso.

“No funcionará, no en este momento. La gente aún quiere libros impresos”, afirmó a Efe de forma categórica Carrie Russell, directora del Programa de Acceso a Información de la Oficina de Tecnología de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (ALA), la organización bibliotecaria más importante del país.
A pesar de su nombre vanguardista, BiblioTech no es el primer intento similar en ese país, aunque sí es el más mediático. Tanto en Newport Beach (California), como en Tucson (Arizona), se plantearon bibliotecas digitales, aunque terminaron por recuperar las habituales estanterías con libros ante las quejas de los usuarios, apegados al papel.
La fórmula, no obstante, sí ha prosperado en centros universitarios.
“Creo que mucha gente prefiere acurrucarse en la cama con un libro físico, le gusta la sensación de sostenerlo, pasar las páginas”, explicó Russell, que insistió en que las bibliotecas públicas siempre se han adaptado a los cambios tecnológicos, aunque no a toda costa.
Durante años, las editoriales han vendido libros a las bibliotecas que adquirían la propiedad sobre los ejemplares, que prestaban a su discreción. Con los “e-book”, al igual que ocurre con un “software” o la música digital, lo que se negocia son licencias de uso, que se renuevan anualmente.
“Estamos preocupados, no queremos tener que pagar una y otra vez”, comentó Russell, que señaló que no existe un consenso sobre cómo tratar el asunto, el cual se está negociando entre bibliotecas y editoriales.

Los Ángeles/EFE
 







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