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COLUMNISTAS


La pandemia de la incompetencia

| Jueves 23 junio, 2011



La pandemia de la incompetencia

Es indudable que el caos, la incertidumbre, la desconfianza, la falta de soluciones, la falta de obras, la falta de ideas y de objetivos, se puede explicar de varias maneras, desde los análisis tradicionales hoy bastante fuera de lugar hasta las más modernas y contemporáneas, que anulan a las personas como protagonistas principales de las soluciones y las trasladan a las tecnologías y sistemas virtuales, ignorantes de las realidades de la vida diaria.
El Principio de Peter explica con suficiente claridad como las personas vamos ascendiendo en los niveles jerárquicos de la organización a la que pertenecemos, hasta alcanzar nuestro propio nivel de incompetencia.
Hoy el Principio de Peter es muy conocido pero se oculta en razón de que no conviene al concepto político-administrativo y político-económico con que se manejan las actuales estructuras de la administración del estado y de muchas de las organizaciones privadas.
La costumbre actual de la operación a base de teorías de la acción, que para muchísimas personas representa un modus vivendi bastante exitoso, se caería en el momento en que se exija la competencia (Principio de Peter), y se acabaría el negocio de miles de dirigentes que viven de este quehacer, aunque este negocio hoy cause una de las más grandes tragedias que está viviendo el mundo actual.
Pero lo más sorprendente es que basados en estas teorías, pueden subsistir miles de dirigentes de organizaciones públicas y privadas, y políticos que ocultan su incompetencia en la aplicación de dichas teorías, que por no tener un sistema de rendición de cuentas o un sistema de responsabilidad personal, permiten crear daños sin asumir responsabilidades.
Así comienza a fortalecerse la cultura de la queja, de la búsqueda de culpables y de la excusa permanente para no cumplir el deber: “la cultura del no se puede”.
Así aparece que los costarricenses nos hemos vuelto inútiles, tontos, pobretes, incapaces de nada, ignorantes, por lo que debemos permitir que otros nos hagan el trabajo y llegar a ser esclavos dependientes del “gamonal de turno”.
Este ha sido el gran aporte de los incompetentes para poder seguir subsistiendo y como resultado final, continuar destruyendo el país.
Nos hemos acostumbrado a convivir con ellos y no es fácil revertir el proceso de la gran destrucción que nos han causado y que nos siguen causando.
Como es un fenómeno globalizado que controla los sistemas económico-políticos, la forma que han encontrado en otras latitudes es la protesta civil pacífica, convocada a través de las redes sociales, instrumento que ha demostrado su eficacia y que pronto podría ser usado en nuestro país como medio para frenar la destrucción nacional.
Con solo exigir que se coloquen funcionarios públicos y privados, competentes, la recuperación está garantizada.
Es una esperanza que la protesta efectiva de algunos grupos de ciudadanos disgustados, haya tenido su aparición y de continuar estas acciones, la posibilidad de una Costa Rica mejor, está mucho más cerca de lo que pensamos.

Juan Fco. Montealegre Martín
Ingeniero

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