La multimillonaria competencia por diseñar los zapatos más feos
Bloomberg | Jueves 22 septiembre, 2016 12:00 a. m.
Los estadounidenses están enamorados de los zapatos feos.
Por un lado, Zara vende unas extrañas sandalias de piel a rayas y unas zapatillas elásticas en color plata. Por el otro, celebridades y editores de moda lucen unas toscas chancletas en blanco y negro de Adidas. Gucci diseñó unas desconcertantes zapatillas forradas con peluche. Incluso Chanel intentó vender unas incómodas zapatillas de plataforma curva de corcho. Pareciera que existe una competencia para ver quién diseña los zapatos más feos.
Y el viernes, Ugg y Teva se jugaron el todo por el todo en el mundo del calzado poco estético. Al parecer, se trata de una estrategia en marcha.
Estas marcas, ambas propiedad de Deckers, presentaron un híbrido entre sandalia y bota que fue considerado tan grotesco que las publicaciones de moda lo proclamaron como el zapato más feo de todos los tiempos. Uno de los modelos aparenta ser una sandalia, pero con un extraño trozo de piel de oveja en la parte superior. La versión de media bota es quizá aún más desconcertante, se trata de una tosca bota revestida en lana con inexplicables aberturas en la planta y punta del pie -sí, similar a las botas ortopédicas que uno utiliza cuando se fractura un pie.
Algunos han sido incapaces de aceptarlo. Racked los llamó "una abominación, por supuesto". Huffington Post los apodó "material de pesadillas". Glamour quedó completamente desconcertada: "No podemos siquiera imaginar un escenario en el que serían adecuados estos zapatos". ¿Son para los meses fríos o para los cálidos? Si su función es protegerte los pies del frío, entonces, ¿por qué los dedos quedan expuestos? ¿Dónde podrías usarlos?
Por extraño que parezca, parece ser que los consumidores en Estados Unidos tienen una fascinación por los zapatos horribles. Ellos han ayudado a construir dos bastiones para el calzado prácticamente absurdo: las botas Ugg y los suecos Crocs. Ugg obtiene más de $1.500 millones en ingresos anuales, mientras que Crocs factura $1.100 millones al año.
A pesar de que ambos se han expandido a otros modelos de zapatos, de plataformas a mocasines, sus modelos clásicos, y feos, siguen siendo los más vendidos.
Los conocedores de moda también están confundidos. Pareciera que los editores de Vogue no pueden ocultar su afinidad por los tacones transparentes, extraños y de mal gusto, que se encuentran en Yandy.com o por las contorneadas sandalias de corcho de Birkenstock. El diseñador Christopher Kane incluyó Crocs de goma en su pasarela en la Semana de la Moda en Londres. Preen by Thornton Bregazzi, otra firma londinense, colaboró con Ugg para hacer un modelo de zapatillas.
¿Qué está pasando? Jennifer Baumgartner, sicóloga clínica y autora de You Are What You Wear: What Your Clothes Reveal About You, sugiere que los compradores quizá están más abiertos a probar zapatos nuevos y extraños porque -según ella- ahora existe menos presión social en los pies. Quienes los usan están menos interesados en tratar de halagar, ocultar o hacer que sus pies se vean mejor. Eso es contrario al temor que sentimos en relación a la ropa debido al estigma que rodea al tipo y tamaño del cuerpo, especialmente en una época en que somos bombardeados con imágenes en el internet y las redes sociales.
Por su parte, los ejecutivos en la empresa matriz de Ugg y Teva sostienen que sus últimas ofertas son "únicas y vanguardistas" y que estas "celebran la expresión de la libertad" y el "arte en el diseño de calzado".
La ironía se ha abierto paso en la moda en los años recientes con estilos subversivos y que van en contra del sistema. Quizá todos quieren reírse de sus pies, y eso podría aliviar la ansiedad que sentimos en relación con nuestra apariencia.
"Una de las formas de hacer eso es burlándonos de lo que usamos", dijo Baumgartner. "Por supuesto que esas imágenes podrían ser dolorosas a la vista, pero hay algo gracioso en eso, en usar esos zapatos deliberadamente horribles".