La épica del fútbol, del estadio a las pantallas de cine
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 18 junio, 2014
1988 es el año en se filmó la cinta colombiana "Golpe de estadio"
CINE
La épica del fútbol, del estadio a las pantallas de cine
La épica de este deporte ha seducido a cineastas que han introducido el deporte rey en su filmografía
Más allá del césped y las gradas de los estadios, como los que estos días acogen el Mundial de Brasil, la épica del fútbol ha seducido a cineastas como John Huston, Ken Loach, Michael Winterbottom o Wim Wenders que han introducido el deporte rey en su filmografía.
Cada uno a su manera, han contribuido así a resquebrajar el ya casi caduco tópico de que fútbol y cultura son como agua y aceite.
Eso sí, aunque hay jugadores cuyas caídas son dignas de Óscar y la mismísima Marilyn Monroe disparó en su momento el saque más glamuroso de la historia —Ebbets Field, Nueva York, 1957— no puede decirse que haya sido Hollywood el terreno más abonado para el juego del balón.
La excepción, la más mítica de todas, "Victory" (1981) de John Huston, porque combinaba el argumento futbolístico con la trama histórica, y porque a actores como Sylvester Stallone, Michael Caine o Max von Sydow se unieron fichajes como los de Pelé, Bobby Moore o Osvaldo Ardiles, estrellas del balón de la época.
Inspirada en un hecho real ocurrido en la Kiev ocupada por los nazis, la cinta de Huston eleva la épica deportiva al cubo al situar el partido en un campo de concentración: prisioneros de guerra contra soldados del régimen y la amenaza de muerte frente a la reivindicación de la dignidad.
Más estrictamente en lo futbolístico se mueve "The damned united" (2009), en la que Tom Hooper -director de "Les Misérables" o "The King's Speech"- exprime todo el jugo que rodea al deporte —rivalidades, lealtades, egos, soledad— y le inyecta una buena dosis de humor negro.
Otras veces, y con mayor frecuencia, el fútbol ha sido una excusa para abordar derivas sociales, cómicas o existenciales y, a menudo, para contar historias de perdedores o personajes marginados.
Es el caso de la alemana "Die Angst des Tormanns beim Elfmeter" ("El miedo del portero ante el penalti") (1972), opera prima de Wim Wenders con guión de Peter Handke que constituye toda una agria reflexión sobre la identidad humana.
El portero Josef Bloch (Arthur Brauss) pierde la concentración en un partido y falla al detener un penalti, por lo que es expulsado del campo. Confundido y angustiado, comienza a vagar por la ciudad, donde se produce un fatal encuentro con una taquillera de cine.
Madrid /EFE