La democracia debemos fortalecerla
| Viernes 19 febrero, 2010
La democracia debemos fortalecerla
Cómo fortalecer los sistemas democráticos de Latinoamérica si la mayoría de los ciudadanos de nuestra región no saben exactamente lo que es la democracia, y si organizaciones como la OEA no pueden tan siquiera aplicar la Carta Democrática a países como Venezuela y otros que no cumplen con ella.
La respuesta debería ser una nueva materia (la democracia) en el sistema educativo actual, esa podría ser la solución. Existe un proyecto denominado Educar para la Democracia, que fue propuesto en la UNESCO hace ya algunos años y que por esas cosas que no entendemos está “congelado”.
El último Informe del Latinobarómetro 2009 nos indica que solamente el 8% de las personas responde correctamente todas las preguntas sobre lo que entienden de democracia. La mayoría de las personas relacionan la democracia con el derecho de ir a votar, pero desconocen lo que representa en realidad.
Robert Dahl, el teórico de la democracia, nos dice que desde hace 2 mil años esta no ha sido totalmente definida. Esto sin duda es el problema más grande porque muchas personas interpretan su significado de acuerdo con sus propios intereses y a las propias debilidades de las democracias emergentes.
Sin embargo “la pista” para una respuesta más clara la encontramos en los países más desarrollados donde han consolidado el derecho al voto para elegir a sus representantes, el respeto a los derechos humanos en su totalidad, el respeto a las instituciones, a la libertad de expresión y a las libertades políticas y económicas. Estos podríamos afirmar son los bastiones de la democracia moderna y han sido los pilares del progreso.
En el tanto en que alguno de estos fundamentos no esté vigente o sea violado, esa democracia se verá debilitada. El informe antes citado nos dice que los países menos demócratas con una calificación del uno al diez son Cuba con un cuatro, seguido de Paraguay con un 5,4, Perú con un 5,7 y Bolivia con un 6% y en el otro extremo nos encontramos que las naciones más democráticas son Uruguay con una calificación del 8,4, Costa Rica 8 y la gran sorpresa —al menos para mí—Panamá un 7,7 y Venezuela obtiene un 7.
Como algo positivo, el mismo informe nos dice que la democracia ha evolucionado y que el promedio ha venido subiendo desde 2005 situándose en un 6,7 del grado de democracia, en contraste con el 5,8 que se reflejaba en 1997.
Es importante señalar que este tipo de mediciones debería estudiarse y analizarse en instituciones como la OEA, pues precisamente de este tipo de organizaciones podrían salir directrices y respaldo a programas como el arriba señalado que ha sido propuesto en la UNESCO.
Otros datos que aparecen en el Latinobarómetro y que políticos con pretensiones autoritarias como Chávez y Ortega deberían tomar en cuenta son que más del 70% de la población rechaza los gobiernos militares, el 75% de los ciudadanos está en contra de la censura a los medios de comunicación y la imagen que se tiene de los jefes de estado valorados del uno al diez así lo confirman. Veamos, en primer lugar aparece el presidente de Estados Unidos Barack Obama con un 7, seguido de Lula de Brasil con un 6,7, Oscar Arias de Costa Rica con un 5,7, Daniel Ortega de Nicaragua con un 4,3, Fidel Castro de cuba con un 4 y en el último lugar con la más mala imagen el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías con un 3,9.
Carlos Vílchez Navamuel
Consultor de Bienes Raíces
Cómo fortalecer los sistemas democráticos de Latinoamérica si la mayoría de los ciudadanos de nuestra región no saben exactamente lo que es la democracia, y si organizaciones como la OEA no pueden tan siquiera aplicar la Carta Democrática a países como Venezuela y otros que no cumplen con ella.
La respuesta debería ser una nueva materia (la democracia) en el sistema educativo actual, esa podría ser la solución. Existe un proyecto denominado Educar para la Democracia, que fue propuesto en la UNESCO hace ya algunos años y que por esas cosas que no entendemos está “congelado”.
El último Informe del Latinobarómetro 2009 nos indica que solamente el 8% de las personas responde correctamente todas las preguntas sobre lo que entienden de democracia. La mayoría de las personas relacionan la democracia con el derecho de ir a votar, pero desconocen lo que representa en realidad.
Robert Dahl, el teórico de la democracia, nos dice que desde hace 2 mil años esta no ha sido totalmente definida. Esto sin duda es el problema más grande porque muchas personas interpretan su significado de acuerdo con sus propios intereses y a las propias debilidades de las democracias emergentes.
Sin embargo “la pista” para una respuesta más clara la encontramos en los países más desarrollados donde han consolidado el derecho al voto para elegir a sus representantes, el respeto a los derechos humanos en su totalidad, el respeto a las instituciones, a la libertad de expresión y a las libertades políticas y económicas. Estos podríamos afirmar son los bastiones de la democracia moderna y han sido los pilares del progreso.
En el tanto en que alguno de estos fundamentos no esté vigente o sea violado, esa democracia se verá debilitada. El informe antes citado nos dice que los países menos demócratas con una calificación del uno al diez son Cuba con un cuatro, seguido de Paraguay con un 5,4, Perú con un 5,7 y Bolivia con un 6% y en el otro extremo nos encontramos que las naciones más democráticas son Uruguay con una calificación del 8,4, Costa Rica 8 y la gran sorpresa —al menos para mí—Panamá un 7,7 y Venezuela obtiene un 7.
Como algo positivo, el mismo informe nos dice que la democracia ha evolucionado y que el promedio ha venido subiendo desde 2005 situándose en un 6,7 del grado de democracia, en contraste con el 5,8 que se reflejaba en 1997.
Es importante señalar que este tipo de mediciones debería estudiarse y analizarse en instituciones como la OEA, pues precisamente de este tipo de organizaciones podrían salir directrices y respaldo a programas como el arriba señalado que ha sido propuesto en la UNESCO.
Otros datos que aparecen en el Latinobarómetro y que políticos con pretensiones autoritarias como Chávez y Ortega deberían tomar en cuenta son que más del 70% de la población rechaza los gobiernos militares, el 75% de los ciudadanos está en contra de la censura a los medios de comunicación y la imagen que se tiene de los jefes de estado valorados del uno al diez así lo confirman. Veamos, en primer lugar aparece el presidente de Estados Unidos Barack Obama con un 7, seguido de Lula de Brasil con un 6,7, Oscar Arias de Costa Rica con un 5,7, Daniel Ortega de Nicaragua con un 4,3, Fidel Castro de cuba con un 4 y en el último lugar con la más mala imagen el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías con un 3,9.
Carlos Vílchez Navamuel
Consultor de Bienes Raíces