La tentación de la pantalla pudo con los dos
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 26 enero, 2009
Precandidatos del PLN lanzaron campañas en TV
La tentación de la pantalla pudo con los dos
• TSE pide suspender emisiones hasta dos meses antes de elección
Eduardo E. Alvarado
ealvarado@larepublica.net
Es hora de escuchar, analizar o soportar — eso depende de quien lo vea— los primeros mensajes de aspirantes presidenciales que decidieron iniciar su carrera mediática obviando, intencionalmente, que la primera lucha es contra el compañero de partido.
Tanto Johnny Araya como Laura Chinchilla, dos de los precandidatos de Liberación Nacional invadieron oficialmente la privacidad de los hogares, mediante la pantalla chica con un discurso en el que se presentan como si ya fuesen el candidato del partido.
Araya asestó el primer golpe el martes con una campaña de expectativa lanzada en prensa escrita, anunciando el mensaje que pondría en televisión esa misma noche. Con un “Conozca lo que Johnny Araya no hizo en 17 años como Alcalde”, los estrategas del candidato lograron punzar la curiosidad del público.
Ya en la cadena televisiva quedaron claros al menos dos de los que probablemente serán sus ejes de propaganda: el distanciamiento del gobierno con frases como “nunca he sido diputado ni ministro” y la promesa de descentralizar el Estado para repetir el éxito que dice haber tenido en su gestión en la Municipalidad. “Aprendí que para hacer de Costa Rica un mejor lugar, hay que darle más poder a las personas, a las comunidades organizadas”, dice Araya en el spot.
Tan solo 24 horas después, justo a la misma hora, 8 p.m., la ex vicepresidenta Laura Chinchilla fue la que irrumpió en la tranquilidad de los hogares con un corto propagandístico con dos énfasis claros.
Por un lado deja ver que pretende llegar al poder enfatizando en la necesidad de forjar un país en el que reine la unión, por lo que no es casualidad que durante el mensaje mencionara cinco veces la palabra “unidos”, muy a tono con el slogan “Laura nos une” que pareciera será su principal caballo de batalla.
El otro aspecto notorio aunque menos evidente son los matices femeninos que, deliberadamente, palabras e imágenes sugieren. En un país como Costa Rica y sin entrar a discutir los porqués, un discurso que alude a “papá y mamá” en al menos dos frases se asocia más a una mujer que a un hombre.
También, atribuirse el ingreso de mujeres a la policía, envía el mensaje de Chinchilla como mujer que confía en las mujeres. Y el “tengo un hogar y soy madre” acompañado con tomas a la foto familiar pareciera servir no solo para apelar a ese doble trabajo que únicamente toca a las mujeres, sino de paso para aludir —de nuevo— a la importancia de la unión, en este caso familiar.
Una coincidencia se nota en los mensajes de Araya y Chinchilla, la misma que también se vio en los cortos de Fernando Berrocal en diciembre pasado: la (in)seguridad ciudadana, alusión previsible para cualquiera que aspire a la presidencia de un país en el que las encuestas reflejan que ese tema es una de las mayores preocupaciones que embarga a los costarricenses.
Por disposición del Tribunal Supremo de Elecciones, podría ser que por casi dos meses se suspendan los mensajes políticos, pero en apariencia tanto uno como la otra dejaron marcados los ejes con que regresarán a la televisión en cuanto se les permita. Para ellos estar en la sala de nuestras casas por un rato fue una cara visita. Cada minuto de cadena en un solo canal de televisión puede rondar, conservadoramente en ¢1,3 millones. En este caso los minutos fueron cinco y los canales cuatro.
La tentación de la pantalla pudo con los dos
• TSE pide suspender emisiones hasta dos meses antes de elección
Eduardo E. Alvarado
ealvarado@larepublica.net
Es hora de escuchar, analizar o soportar — eso depende de quien lo vea— los primeros mensajes de aspirantes presidenciales que decidieron iniciar su carrera mediática obviando, intencionalmente, que la primera lucha es contra el compañero de partido.
Tanto Johnny Araya como Laura Chinchilla, dos de los precandidatos de Liberación Nacional invadieron oficialmente la privacidad de los hogares, mediante la pantalla chica con un discurso en el que se presentan como si ya fuesen el candidato del partido.
Araya asestó el primer golpe el martes con una campaña de expectativa lanzada en prensa escrita, anunciando el mensaje que pondría en televisión esa misma noche. Con un “Conozca lo que Johnny Araya no hizo en 17 años como Alcalde”, los estrategas del candidato lograron punzar la curiosidad del público.
Ya en la cadena televisiva quedaron claros al menos dos de los que probablemente serán sus ejes de propaganda: el distanciamiento del gobierno con frases como “nunca he sido diputado ni ministro” y la promesa de descentralizar el Estado para repetir el éxito que dice haber tenido en su gestión en la Municipalidad. “Aprendí que para hacer de Costa Rica un mejor lugar, hay que darle más poder a las personas, a las comunidades organizadas”, dice Araya en el spot.
Tan solo 24 horas después, justo a la misma hora, 8 p.m., la ex vicepresidenta Laura Chinchilla fue la que irrumpió en la tranquilidad de los hogares con un corto propagandístico con dos énfasis claros.
Por un lado deja ver que pretende llegar al poder enfatizando en la necesidad de forjar un país en el que reine la unión, por lo que no es casualidad que durante el mensaje mencionara cinco veces la palabra “unidos”, muy a tono con el slogan “Laura nos une” que pareciera será su principal caballo de batalla.
El otro aspecto notorio aunque menos evidente son los matices femeninos que, deliberadamente, palabras e imágenes sugieren. En un país como Costa Rica y sin entrar a discutir los porqués, un discurso que alude a “papá y mamá” en al menos dos frases se asocia más a una mujer que a un hombre.
También, atribuirse el ingreso de mujeres a la policía, envía el mensaje de Chinchilla como mujer que confía en las mujeres. Y el “tengo un hogar y soy madre” acompañado con tomas a la foto familiar pareciera servir no solo para apelar a ese doble trabajo que únicamente toca a las mujeres, sino de paso para aludir —de nuevo— a la importancia de la unión, en este caso familiar.
Una coincidencia se nota en los mensajes de Araya y Chinchilla, la misma que también se vio en los cortos de Fernando Berrocal en diciembre pasado: la (in)seguridad ciudadana, alusión previsible para cualquiera que aspire a la presidencia de un país en el que las encuestas reflejan que ese tema es una de las mayores preocupaciones que embarga a los costarricenses.
Por disposición del Tribunal Supremo de Elecciones, podría ser que por casi dos meses se suspendan los mensajes políticos, pero en apariencia tanto uno como la otra dejaron marcados los ejes con que regresarán a la televisión en cuanto se les permita. Para ellos estar en la sala de nuestras casas por un rato fue una cara visita. Cada minuto de cadena en un solo canal de televisión puede rondar, conservadoramente en ¢1,3 millones. En este caso los minutos fueron cinco y los canales cuatro.