La Liga ocupa saldar deuda con su frustrada afición
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 22 junio, 2022
Alajuelense no ha tenido la capacidad de derrotar al Saprissa en sus últimos diez enfrentamientos y esto, en la parte mental, también juega esta noche.
Si en los últimos clásicos, los manudos hubiesen sumado cuatro o cinco triunfos ante los morados, entonces sí se puede afirmar que con el empate 1-1 en el juego de ida, llegan con ventaja a La Catedral.
La Liga no ha podido doblegar por diferentes circunstancias, a una de las formaciones más débiles o menos poderosas que El Monstruo le ha parado enfrente. Tan cierto esto, que el Saprissa lo ha vencido en algunos partidos con un par de remates a marco o casi, sin rematar a puerta, como sucedió precisamente en este juego de ida de la semifinal terminado en empate.
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Resulta frustrante, para los seguidores del León, sentir que después de jugar mejor el clásico, lo ha perdido, incluso un campeonato, por no tener la capacidad de sostener ventajas mínimas y permitir que los cierres de los cotejos se vuelvan dramáticos, cuando los fanáticos manudos olfatean que va a caer el empate o la derrota. Queda el mal sabor en la boca, la duda y la incertidumbre, que si el juego de ida, dominado y mejor jugado por los pupilos de Alberth Rudé, se alarga cinco minutos más, lo pudo ganar el Saprissa.
La historia ha sido repetitiva y por eso El Monstruo, en cuanto a resultados, ha sido amo y señor de los últimos clásicos.
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¿Podrá cambiar el guion del clásico esta noche? La nómina de Rudé tiene la palabra.
Y, hablando de nóminas, el técnico del Saprissa, Jeaustin Campos, se da el taco de sentar en la banca a su mejor futbolista, Christian Bolaños, en partidos tan determinantes. Es evidente, aunque se trata de esconder, que la relación entre ellos está perforada, pero, la comparación que publicó el entrenador morado entre Bolaños y Mariano Rivera, para justificar porque lo mete de cambio es, por calificarla suavemente, ridícula.
Mariano Rivera fue un cerrador, el mejor de la historia y su nombre lo dice: le tocaba cerrar los juegos. ¿Cómo se va a molestar por entrar a lanzar en el último inning si ese es su trabajo?
Es como si un lanzador abridor se molestara por lanzar cada cinco días o el bateador designado se enojara porque solo batea y no juega.
Jeaustin es un técnico capaz y con suerte; y eso le ha tapado el problema que el mismo se ha creado de tener sentado a Bolaños. Puede que el libreto de esta cinta, también cambie esta noche.
gpandolfo@larepublica.net
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