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COLUMNISTAS


La economía informal; ¿Mala para Costa Rica?

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 24 noviembre, 2021


Se estima que un 45-50 por ciento de la economía costarricense opera y florece en la informalidad. Hay un poco de todo – ventas de autos usados, reparación de refrigeradoras, ventas de helados y pupusas caseras, fontanería realizada en los hogares, auto mecánica y esta es apenas una pequeña muestra de los servicios disponibles. Hay fábricas de zapatos, de ropa, de joyería artesanal, de pinturas, de muebles y de ropa interior exótica que también producen empresarios en la informalidad. Hay buses “pirata” y ni hablar de los taxis.

El Banco Central reporta un Producto Interno Bruto PIB en 2020 de $100.25 mil millones, pero esto no incluye el sector informal; si se agrega toda la actividad informal la verdad es pudiera ser el PIB real más cerca a los $150 mil millones y el ingreso per cápita cerca de $30 mil anuales. Esto no incluye las actividades ilícitas como venta y compra de drogas, tráfico de personas, y lavado de dinero.

Cabe preguntar—¿es bueno o malo tener tanta actividad económica en la informalidad? Desde la perspectiva del Ministerio de Hacienda es negativo el sector informal; salivan cuando piensan en lo que pudieran cobrar a todo lo que se transa donde no hay “factura electrónica” y donde no hay controles de salarios, de seguro social u otros que caracterizan a la economía formal.

Lamentablemente el gobierno ha levantado una estructura de impuestos, de trámites, de controles de un tipo u otro que, para emprender organizando una empresa formal, es tan costoso en tiempo y dinero que la mayoría arranca en la informalidad. Después si tienen éxito pueden poco a poco ir tramitando escrituras, patentes, permisos de salud y otros que exigen las leyes tributarias.

Por un lado, el gobierno y los políticos anuncian que quieren apoyar y promover la formación de nuevos emprendimientos, pero por otro lado para realmente ayudar con esto sería necesario aplicar el machete a los reglamentos y los impuestos. ¡¡Jamás aceptan recortar!! Ofrecen capital, pero normalmente es caro y lento el proceso – es muchas veces más accesible usar recursos propios o acercarse a los prestamistas informales. Cobran estos últimos muchos intereses, pero son eficientes.

La ironía de la situación es que la salida económica de la pandemia es la aparición de muchos nuevos emprendimientos, no solo en el sector turismo, si no también en el mundo de programas y software nacional para atender a la demanda. A demás siempre hay oportunidades en el mundo de los restaurantes – conozco a por lo menos dos restaurantes dentro de un kilómetro de donde vivo que operan en casas de habitación. Comida deliciosa sin el cobro del 23 por ciento sobre el total de lo consumido.

Los socialistas como los del PAC dirán que hay que sacar la policía a la calle para detectar toda esta actividad donde el gobierno no recibe una tajada. Claro para hacerlo tendrá la policía que abandonar la detección y supresión de los delincuentes para abocarse a cerrar estos negocios de gente que solo quiere trabajar.

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