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COLUMNISTAS


La Caja Costarricense de Seguro Social

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Martes 14 julio, 2020


En dos ocasiones, en el primer semestre de este año, un joven asistente de enfermería del EBAIS (Equipos Básicos de Atención Integral en Salud), tocó el timbre de varias casas en San Rafael de Escazú, para preguntar si había adultos mayores. Si la respuesta era afirmativa, entra a la residencia, toma el pulso y la presión, y hasta inyecta la vacuna contra la gripe a los residentes mayores de 60 años.

¿En qué países del mundo se recibe libre de costo, sin hacer citas, y en el domicilio, a un profesional en salud, para hacer un chequeo general y vacunar a los adultos mayores? Me atrevo afirmar que muy pocas naciones cuentan con este tipo de servicio de salud preventiva, como lo tiene Costa Rica.

Estoy consciente de que la Caja podría funcionar mucho mejor para frenar su deterioro en la eficiencia, reflejado por el aumento real del costo por consulta en la atención del primer nivel en los últimos años, su promedio de atención de consultas por hora y el difícil acceso para conseguir citas. Sin embargo, a pesar de estas debilidades que sabemos pueden corregirse con voluntad política, buena administración y sana gobernabilidad, la Caja coordina y ejecuta programas de prevención y de curación como pocos países en el mundo lo hacen, aún los desarrollados, abarcando a un gran sector de la población costarricense y atendiendo a una considerable población inmigrante que vive en el país.

Cuando oigo el nombre Caja Costarricense de Seguro Social, siempre pienso en las grandes obras que pueden hacer los ciudadanos y en la visión de la administración del presidente Rafael Ángel Calderón Guardia, al constituir una institución autónoma, destinada a la atención de la salud de población, mediante un sistema tripartito de financiamiento.

Su funcionamiento, apegado al sistema de salud universal, criticados por algunos durante esta pandemia, es la gran diferencia frente a países como los Estados Unidos, la principal economía del mundo, que prácticamente deja morir a los que no tienen dinero para pagar la atención médica.

El acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, implican que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad.

En estos momentos de crisis debido al Covid-19, en el que voceros del Ministerio de Salud y de la Caja instan a las personas con síntomas de esta enfermedad, a ir a los hospitales, no importan si están asegurados, “No se les cobrará” y se les atenderán, Costa Rica demuestra su apego al acceso y cobertura universal de salud, con la definición e implementación de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de atención con fundamento de un sistema equitativo.

Me siento segura y orgullosa de vivir en esta tierra, en donde mis nietas y nieto, no deberán sufrir la congoja de pensar que pueden morir por falta de atención médica. La Caja no es perfecta, tiene mucho que mejorar, pero es sin lugar a dudas, la institución pública más estimable de este país y la que mejor representa el sentido de inclusión y solidaridad que las naciones deben compartir como parte de su idiosincrasia y desarrollo humano.

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