Istmo no sabe si defenderá uso de lugares como marca
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 03 octubre, 2008
Istmo no sabe si defenderá uso de lugares como marca
Israel Aragón
iaragon@larepublica.net
La posición que defenderá Centroamérica sobre el tema de indicaciones geográficas todavía no está del todo clara, pues aún existen en la región posiciones encontradas en torno a si se debe ser flexible o rígido al respecto.
Las indicaciones geográficas son parte del capítulo de propiedad intelectual y permiten usar comercialmente el nombre del lugar donde fue hecho el producto para distinguirlo de otros similares en aspectos como la calidad. Ejemplos de ello son los quesos Manchego, el Champagne, el turrón de Jijona o de Alicante o el jamón de Trevélez.
Tales denominaciones permiten incrementar el precio de los productos hasta en un 20%, como el caso del aceite de oliva italiano Toscano.
Mientras para productos especializados o propios de una zona geográfica, como el queso Turrialba o el café de Tarrazú, en el caso de Costa Rica, les interesa utilizar el lugar de origen como si fuera una marca para destacarlo del resto, otros sectores prefieren que estas indicaciones geográficas no sean protegidas de manera estricta en el acuerdo con Europa.
Los grupos menos interesados en que estas sean rígidamente protegidas son aquellos que podrían verse afectados por una prohibición del uso de indicaciones europeas muy populares en artículos como los quesos, embutidos, turrones o vinos.
En caso de que el acuerdo con Europa sea rígido en esta materia podría verse restringido en la región el uso de denominaciones como “Serrano”, para el jamón, o “Gouda” o “Roquefort” para los quesos.
“Debido a las diferencias Centroamérica es cauta y el objetivo es que la normativa con relación a las denominaciones de origen tenga el mismo ámbito de aplicación que las disciplinas que ya tenemos en la OMC” (Organización Mundial del Comercio), dijo Roberto Echandi, jefe del equipo negociador costarricense.
El problema es doble porque para utilizar las denominaciones de origen centroamericanas antes deben protegerse legalmente, lo cual aún no se da en la región.
Israel Aragón
iaragon@larepublica.net
La posición que defenderá Centroamérica sobre el tema de indicaciones geográficas todavía no está del todo clara, pues aún existen en la región posiciones encontradas en torno a si se debe ser flexible o rígido al respecto.
Las indicaciones geográficas son parte del capítulo de propiedad intelectual y permiten usar comercialmente el nombre del lugar donde fue hecho el producto para distinguirlo de otros similares en aspectos como la calidad. Ejemplos de ello son los quesos Manchego, el Champagne, el turrón de Jijona o de Alicante o el jamón de Trevélez.
Tales denominaciones permiten incrementar el precio de los productos hasta en un 20%, como el caso del aceite de oliva italiano Toscano.
Mientras para productos especializados o propios de una zona geográfica, como el queso Turrialba o el café de Tarrazú, en el caso de Costa Rica, les interesa utilizar el lugar de origen como si fuera una marca para destacarlo del resto, otros sectores prefieren que estas indicaciones geográficas no sean protegidas de manera estricta en el acuerdo con Europa.
Los grupos menos interesados en que estas sean rígidamente protegidas son aquellos que podrían verse afectados por una prohibición del uso de indicaciones europeas muy populares en artículos como los quesos, embutidos, turrones o vinos.
En caso de que el acuerdo con Europa sea rígido en esta materia podría verse restringido en la región el uso de denominaciones como “Serrano”, para el jamón, o “Gouda” o “Roquefort” para los quesos.
“Debido a las diferencias Centroamérica es cauta y el objetivo es que la normativa con relación a las denominaciones de origen tenga el mismo ámbito de aplicación que las disciplinas que ya tenemos en la OMC” (Organización Mundial del Comercio), dijo Roberto Echandi, jefe del equipo negociador costarricense.
El problema es doble porque para utilizar las denominaciones de origen centroamericanas antes deben protegerse legalmente, lo cual aún no se da en la región.