iPad impulsó nacimiento de empresas en Japón
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 07 febrero, 2011
iPad impulsó nacimiento de empresas en Japón
Los 2 mil libros de Yusuke Ohki llenaban su apartamento de Tokio, de modo que los escaneó en un iPad de Apple Inc. Seis meses después, el joven de 28 años dirige un emprendimiento de 120 personas que hace lo mismo para sus clientes.
Las viviendas mínimas de Japón y la llegada del iPad en mayo han dado lugar a 60 compañías que ofrecen convertir los libros impresos en libros electrónicos dado que las editoriales se han mostrado lentas en lo relativo a proporcionar contenido a las nuevas lectoras electrónicas. Japán se ha rezagado respecto de los Estados Unidos en la introducción de libros electrónicos debido a un rígido sistema de precios, a la incertidumbre sobre la propiedad intelectual y a problemas para la reproducción de los caracteres japoneses en pantallas, dijo Toshihiro Takagi, un analista de la firma de análisis de mercado R&D en Tokio.
“La gente ha puesto manos a la obra porque las editoriales no cubren las necesidades del mercado”, dijo Takagi.
El mercado japonés de $24 mil millones de revistas y libros impresos, que es el mayor del mundo, puede presenciar una explosión de libros electrónicos a medida que la computadora tablet Galaxy Tab de Samsung Electronics Co. y las lectoras de Sharp Corp. y Sony Corp. adopten el iPad. Es probable que las ventas de libros electrónicos en el país crezcan a más del doble en los próximos tres años y lleguen a 153 mil millones de yenes ($1.900 millones), según Yano Research Institute Ltd., que tiene sede en Tokio.
Ohki y competidores como Denshika.com y Scan Honpo abordan esa demanda. Ohki fundó Bookscan en abril con un amigo de la infancia, Shinya Iwamatsu, y convierte los libros en archivos PDF que pueden leerse en el iPad, el iPhone, el Kindle de Amazon.com Inc. y el Nook de Barnes & Noble. La compañía cobra 100 yenes por libro por un servicio llamado “jisui”, o “cocinando para uno mismo”.
El mercado de libros electrónicos caseros seguirá existiendo mientras no se aborde la situación de la propiedad intelectual y la gente no pueda conseguir los libros que quiere en formato electrónico, dijo Masashi Ueno, un investigador del Instituto de Investigaciones Yano.
Tokio
Los 2 mil libros de Yusuke Ohki llenaban su apartamento de Tokio, de modo que los escaneó en un iPad de Apple Inc. Seis meses después, el joven de 28 años dirige un emprendimiento de 120 personas que hace lo mismo para sus clientes.
Las viviendas mínimas de Japón y la llegada del iPad en mayo han dado lugar a 60 compañías que ofrecen convertir los libros impresos en libros electrónicos dado que las editoriales se han mostrado lentas en lo relativo a proporcionar contenido a las nuevas lectoras electrónicas. Japán se ha rezagado respecto de los Estados Unidos en la introducción de libros electrónicos debido a un rígido sistema de precios, a la incertidumbre sobre la propiedad intelectual y a problemas para la reproducción de los caracteres japoneses en pantallas, dijo Toshihiro Takagi, un analista de la firma de análisis de mercado R&D en Tokio.
“La gente ha puesto manos a la obra porque las editoriales no cubren las necesidades del mercado”, dijo Takagi.
El mercado japonés de $24 mil millones de revistas y libros impresos, que es el mayor del mundo, puede presenciar una explosión de libros electrónicos a medida que la computadora tablet Galaxy Tab de Samsung Electronics Co. y las lectoras de Sharp Corp. y Sony Corp. adopten el iPad. Es probable que las ventas de libros electrónicos en el país crezcan a más del doble en los próximos tres años y lleguen a 153 mil millones de yenes ($1.900 millones), según Yano Research Institute Ltd., que tiene sede en Tokio.
Ohki y competidores como Denshika.com y Scan Honpo abordan esa demanda. Ohki fundó Bookscan en abril con un amigo de la infancia, Shinya Iwamatsu, y convierte los libros en archivos PDF que pueden leerse en el iPad, el iPhone, el Kindle de Amazon.com Inc. y el Nook de Barnes & Noble. La compañía cobra 100 yenes por libro por un servicio llamado “jisui”, o “cocinando para uno mismo”.
El mercado de libros electrónicos caseros seguirá existiendo mientras no se aborde la situación de la propiedad intelectual y la gente no pueda conseguir los libros que quiere en formato electrónico, dijo Masashi Ueno, un investigador del Instituto de Investigaciones Yano.
Tokio