Diputados salientes admiten deficiencia en diálogo y negociación

Insatisfechos con su propia labor

Plan fiscal y fertilización in vitro fueron las deudas

Al terminar sus labores mañana, los diputados dejarán grandes deudas pendientes y por ello, la insatisfacción será una de las cosas que tendrán que empacar antes de dejar la curul.

Aparte de la reforma fiscal y la fertilización in vitro que nunca se pudieron implementar, los cuatro presidentes de la Asamblea Legislativa de este periodo, concuerdan en que el gran lunar de este Congreso fue la falta de diálogo.
Sin importar que se aprobaron 394 leyes, los legisladores lamentan que la negociación fue la excepción y no la regla.
Ellos reconocen que la cantidad, no necesariamente significa calidad y que a final de cuentas, de todas esas normas que vieron la luz, tan solo un puñado de iniciativas tienen verdadera relevancia.
De esta forma, la calidad de negociación política evitó que grandes proyectos en temas de infraestructura, energía, política fiscal o derechos humanos llegaran a buen término.
La insatisfacción llega a ser tan grande en algunos casos, que apenas califican la labor grupal con un seis, reprobando de esta forma, el trabajo de todo el Congreso.
“Se quedó debiendo sin duda alguna, a pesar de que se aprobaron proyectos importantes como la ley antitabaco y el aumento de los recursos para la educación”, expresó Luis Gerardo Villanueva, presidente del Congreso en el periodo 2010-2011.
En ese sentido, el diputado verdiblanco es del criterio que en un contexto multipartidista como el actual, la única forma de forzar los acuerdos es por medio de una reforma al reglamento del Congreso. La idea es establecer plazos de votación para los proyectos de ley.
Esto, porque de acuerdo con su criterio, hay legisladores que aprovechando sus conocimientos y la norma interna, logran frenar deliberadamente los proyectos con centenas de mociones, sin importar que exista una mayoría de hasta 38 diputados o más a favor.

La posición de Villanueva es refutada por Juan Carlos Mendoza y Víctor Emilio Granados del PAC y el PASE respectivamente, quienes dirigieron la Asamblea Legislativa durante el segundo y tercer año de trabajo.
Para ellos, la mejor forma de impulsar proyectos es la negociación y no por medio de la imposición.
“En muchas ocasiones hemos probado que una buena negociación es la clave de todo. Así logramos proyectos importantes, sin importar su complejidad. Lo de la reforma del reglamento del Congreso no es la solución, esta Asamblea hubiera trabajado diferente, con un diálogo y un ministro de la Presidencia siempre presente”, agregó Mendoza.
Entre los proyectos más destacados que se aprobaron en estos cuatro años, se incluyen la nueva ley de licores y la ley de tránsito.
Asimismo, deben necesariamente destacarse la ley de recurso hídrico y la institucionalización como ley de la República de la Red de Cuido que inició Laura Chinchilla como programa.
Al volver la vista atrás, todos los expresidentes de la Asamblea concuerdan en que el gran error de estos cuatro años, fue sin duda el aumentazo salarial a inicios de la gestión.
En aquella ocasión los congresistas, tuvieron que echar atrás con un incremento cercano a los ¢2 millones mensuales, debido al repudio generalizado que significó esa decisión.
Paralelamente, ese fue también el primero y uno de los más grandes yerros de la mandataria Chinchilla, quien avaló el acuerdo.
Otro de los grandes fracasos de la Asamblea Legislativa, fue el haber negado la reelección como magistrado de la Sala IV a Fernando Cruz.
Este episodio generó marchas y críticas generalizadas contra el Congreso, por una supuesta intromisión del poder político en la Corte Suprema de Justicia.

 

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR