Hollande aún no define su candidatura para 2017
Jeffry Garza jeffrygarza.asesor@larepublica.net | Jueves 08 septiembre, 2016 12:00 a. m.
Ahora que la clase política de París vuelve a trabajar luego del receso de verano, los contendientes que participan en la elección presidencial del año próximo aceleran la marcha. Con una notable excepción.
El ex presidente Nicolas Sarkozy lanzó su candidatura el mes pasado acusando al gobierno de ser blando con los terroristas y el ministro de Economía, Emmanuel Macron, abandonó el gabinete diciendo que no era un obstáculo para resolver los problemas de los votantes, pero el presidente François Hollande todavía no ha dicho si se presentará siquiera.
Algunos de los asesores que han permanecido junto a Hollande a lo largo de su desventurada presidencia están instando a su jefe a utilizar su primer gran discurso en el nuevo semestre este jueves para dar una señal clara de que piensa buscar un segundo mandato para reafirmar su relevancia en el debate nacional. El primer ministro Manuel Valls dijo esta semana que su jefe necesita establecer su rumbo y explicar “que cinco años más con la Izquierda tendrían sentido”.
El presidente los decepcionará, según tres personas al tanto de sus planes. Lo que proyecta, en cambio, es una reflexión de estadista acerca de cómo los valores democráticos de Francia pueden fortalecer su respuesta al terrorismo y vincular sus diferentes tradiciones.
Mientras la campaña electoral va adquiriendo impulso a su alrededor, Hollande trata de mantener la cabeza a flote en tanto los aliados lo abandonan, su partido busca candidatos alternativos y las encuestas lo muestran como el líder más impopular en la historia francesa. Los asesores más prudentes que han prevalecido hasta el momento quieren que se abstenga de hacer un anuncio formal hasta diciembre para poder mantenerse por encima de la refriega y capitalizar el prestigio de ser jefe de Estado.
“Hollande sigue siendo demasiado impopular como para ser un candidato presidencial promisorio”, dijo esta semana en una nota de investigación Holger Schmieding, economista jefe en Berenberg Bank de Londres.