Gobierno corporativo
| Miércoles 17 noviembre, 2010
Gobierno corporativo
Como producto de una investigación sobre el tema de gobierno corporativo, hemos llegado a las siguientes conclusiones en síntesis.
Las buenas prácticas de gobierno corporativo son el elemento básico para la supervivencia de las empresas como medio para asegurar su continuidad con el propósito de seguir generando bienestar para los involucrados y su entorno.
En Costa Rica los valores para desarrollar con éxito este principio se basan en tres componentes: las empresas que no lo practican porque no hay obligación de hacerlo, las que lo practican por un elemento regulatorio y las que lo practican de forma exitosa, debido a sus principios filosóficos y altos estándares de calidad empresariales.
Debemos dirigirnos hacia una concientización de las empresas sobre la vitalidad de ejercer buenas prácticas de gobierno corporativo con un solo código voluntario, similar al caso latinoamericano de Brasil, para buscar transparencia, equidad y competitividad.
Desde la década de 1990 varios países latinoamericanos han ido adoptando estas prácticas y este término ha alcanzado una mayor atención luego de que la crisis económica evidenciara fraudes en empresas que contaban con un gran prestigio como lo fueron Enron y World Com, entre otras.
En Costa Rica la implementación del buen gobierno corporativo se ha hecho de una manera exigida para un sector específico y expuesto de una forma voluntaria para empresas de otros sectores, con el fin de que incorporen las buenas prácticas de gobierno corporativo por convicción propia.
Se puede definir como un conjunto de políticas, normas, instancias y procedimientos internos, mediante los cuales se conduce y controla a una organización, incluyendo el manejo de la interrelación entre los socios, la junta directiva, los ejecutivos y las gerencias.
Las buenas prácticas conllevan a cumplir con una serie de requerimientos corporativos que tienen como fin aumentar el valor de la empresa, mejorar su rendimiento, facilitar el acceso al capital a costos más bajos y contribuir a la perennidad del negocio.
En 1995 se funda el Instituto de Gobierno Corporativo de Brasil con el objeto de ser el ente central regulador de ese país para desarrollar las buenas prácticas. Esa entidad marca el inicio de un ejemplar modelo latinoamericano donde las normas y procesos son de carácter voluntario. El caso de Brasil es el ejemplo más cercano de dónde deberíamos desear estar en Costa Rica.
En nuestro país el Instituto de Gobierno Corporativo da sus primeros pasos en 2009 estableciendo normas y estatutos de corte obligatorio y voluntario para los emisores de títulos valores regulados por el sistema financiero nacional. Desde esa perspectiva, empezamos con un sentido de obligatoriedad que puede tender a perder la verdadera naturaleza y razón de ser del concepto básico. No obstante, la iniciativa es saludable y representa un comienzo alentador para mejorar la visión del país de nuestras empresas. Sin embargo, podríamos aspirar a más.
Si nos preguntamos si tienen las empresas costarricenses buenas prácticas de gobierno corporativo sería injusto decir que no y pretencioso indicar que sí. Podríamos más bien decir que el tema es muy nuevo y que debemos hacer ajustes para enrumbarnos por el mejor camino. En Costa Rica existen personas que poseen un alto valor para sus organizaciones y abren sus puertas sin temor a comunicar sus criterios y conocimientos sobre la implementación y desarrollo de gobierno corporativo en las compañías, pero por otro lado existen empresas que abogan por no dar información sobre las prácticas de gobierno corporativo que aplican, como si se tratase de información sagrada de sus cuentas bancarias.
Francina Zúñiga, Gema Hernández
Karen Brenes y Wilbert Quesada
Estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica
Como producto de una investigación sobre el tema de gobierno corporativo, hemos llegado a las siguientes conclusiones en síntesis.
Las buenas prácticas de gobierno corporativo son el elemento básico para la supervivencia de las empresas como medio para asegurar su continuidad con el propósito de seguir generando bienestar para los involucrados y su entorno.
En Costa Rica los valores para desarrollar con éxito este principio se basan en tres componentes: las empresas que no lo practican porque no hay obligación de hacerlo, las que lo practican por un elemento regulatorio y las que lo practican de forma exitosa, debido a sus principios filosóficos y altos estándares de calidad empresariales.
Debemos dirigirnos hacia una concientización de las empresas sobre la vitalidad de ejercer buenas prácticas de gobierno corporativo con un solo código voluntario, similar al caso latinoamericano de Brasil, para buscar transparencia, equidad y competitividad.
Desde la década de 1990 varios países latinoamericanos han ido adoptando estas prácticas y este término ha alcanzado una mayor atención luego de que la crisis económica evidenciara fraudes en empresas que contaban con un gran prestigio como lo fueron Enron y World Com, entre otras.
En Costa Rica la implementación del buen gobierno corporativo se ha hecho de una manera exigida para un sector específico y expuesto de una forma voluntaria para empresas de otros sectores, con el fin de que incorporen las buenas prácticas de gobierno corporativo por convicción propia.
Se puede definir como un conjunto de políticas, normas, instancias y procedimientos internos, mediante los cuales se conduce y controla a una organización, incluyendo el manejo de la interrelación entre los socios, la junta directiva, los ejecutivos y las gerencias.
Las buenas prácticas conllevan a cumplir con una serie de requerimientos corporativos que tienen como fin aumentar el valor de la empresa, mejorar su rendimiento, facilitar el acceso al capital a costos más bajos y contribuir a la perennidad del negocio.
En 1995 se funda el Instituto de Gobierno Corporativo de Brasil con el objeto de ser el ente central regulador de ese país para desarrollar las buenas prácticas. Esa entidad marca el inicio de un ejemplar modelo latinoamericano donde las normas y procesos son de carácter voluntario. El caso de Brasil es el ejemplo más cercano de dónde deberíamos desear estar en Costa Rica.
En nuestro país el Instituto de Gobierno Corporativo da sus primeros pasos en 2009 estableciendo normas y estatutos de corte obligatorio y voluntario para los emisores de títulos valores regulados por el sistema financiero nacional. Desde esa perspectiva, empezamos con un sentido de obligatoriedad que puede tender a perder la verdadera naturaleza y razón de ser del concepto básico. No obstante, la iniciativa es saludable y representa un comienzo alentador para mejorar la visión del país de nuestras empresas. Sin embargo, podríamos aspirar a más.
Si nos preguntamos si tienen las empresas costarricenses buenas prácticas de gobierno corporativo sería injusto decir que no y pretencioso indicar que sí. Podríamos más bien decir que el tema es muy nuevo y que debemos hacer ajustes para enrumbarnos por el mejor camino. En Costa Rica existen personas que poseen un alto valor para sus organizaciones y abren sus puertas sin temor a comunicar sus criterios y conocimientos sobre la implementación y desarrollo de gobierno corporativo en las compañías, pero por otro lado existen empresas que abogan por no dar información sobre las prácticas de gobierno corporativo que aplican, como si se tratase de información sagrada de sus cuentas bancarias.
Francina Zúñiga, Gema Hernández
Karen Brenes y Wilbert Quesada
Estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica