Fisioterapia oncológica previene efectos secundarios del cáncer de mama

El cáncer de mama es uno de los padecimientos más comunes, con un 16% de todos los casos; por lo que la fisioterapia oncológica podría ser un factor clave en el diagnóstico, prevención y tratamiento para evitar efectos secundarios.

En Costa Rica, aproximadamente 1.3OO mujeres de cada 100 mil habitantes son diagnosticadas al año con cáncer de mama.

Sin embargo, en las últimas décadas los avances en la detección temprana, las técnicas quirúrgicas, la radioterapia y quimioterapia han permitido que aumente la sobrevida de las pacientes diagnosticadas con esta enfermedad.

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“No podemos perder de vista que tanto la cirugía como la radioterapia y quimioterapia pueden generar una serie de efectos secundarios a nivel físico y emocional. Estos efectos pueden impactar de manera negativa la funcionalidad y la calidad de vida de las pacientes durante el tratamiento y en años posteriores; por eso es que recomendamos la fisioterapia oncológica”, destacó Gabriela Chinchilla, fisioterapeuta especialista en Rehabilitación Vascular y Oncológica de la Clínica Bíblica. 

Un programa supervisado del ejercicio cardiovascular ayuda a disminuir los efectos secundarios de los medicamentos, mejorando síntomas como la fatiga, debilidad y la depresión, incidiendo de forma positiva en la calidad de vida de los pacientes.

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La incorporación de la terapia física como parte del tratamiento desde el momento del diagnóstico brinda educación al paciente y su familia, involucrándolos para que formen parte activa de este proceso, tomando las medidas adecuadas en cada etapa para evitar que se presenten o minimicen algunos de los efectos secundarios.

Los efectos secundarios varían de una persona a otra, aún entre individuos que reciben un mismo tratamiento y aunque algunos de los efectos generados no tienen cura, su atención temprana evitará que estos se conviertan en secuelas que limiten la calidad de vida de los pacientes a mediano y largo plazo. 

La terapia física cuenta con opciones de tratamiento como la “terapia compleja descongestiva" (que incluye el drenaje linfático manual, medios de compresión, ejercicios y cuidados de la piel) para padecimientos en los que no existen medicamentos, como es el caso de la linfedema.

 El lindefema se da cuando existe una acumulación de líquido, puede llegar a provocar hinchazón, no tiene cura, pero tiene tratamiento y las personas se pueden llegar a sentir mucho mejor.  

 Implementar un protocolo de ejercicios acorde a cada paciente y etapa de tratamiento permitirá el fortalecimiento muscular para tratar efectos como la escápula alada y las alteraciones posturales. 

 La mejora de la condición cardiovascular mediante el ejercicio es fundamental para disminuir los efectos tóxicos de los medicamentos, además de contribuir en el control del peso, la fatiga y la ansiedad. 

 “Para concluir, es necesario decir que la prevención siempre es la mejor arma, ya que un diagnóstico en etapas tempranas de la enfermedad se logra a través del escaneo periódico de las mamas mediante la realización de un ultrasonido o mamografía. Esto mejorará el pronóstico de sobrevida y permitirá que las intervenciones sean menos invasivas, disminuyendo los efectos secundarios”, concluyó Chinchilla.