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Financiar el déficit con deuda externa limita nuestro crecimiento

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 29 febrero, 2016


 El costo es el bajo crecimiento del PIB que a partir de 2013 se ha mantenido muy por debajo de su tendencia anterior

Financiar el déficit con deuda externa limita nuestro crecimiento

Muchos lo celebraron como “la gran salvada”. Por cuatro años podríamos colocar $1.000 millones en bonos del gobierno en el extranjero. $4 mil millones. Ocurrió de 2012 a 2015. Algunos señalamos que la ganancia era muy poca: solo el valor del menor riesgo que afecta la tasa de interés cuando se endeuda afuera el gobierno, en lugar de un agente privado.
Además, de fines de 2012 a fines de 2015 los bancos aumentaron su endeudamiento externo en $2.807,5 millones. De ese monto, $1.754,4 millones corresponden a los bancos comerciales estatales que en 2012 tenían deudas con el exterior por un 55% de las de los privados, y hoy prácticamente los igualan (un 95%). No es de extrañar que las reservas netas hayan aumentado en ese periodo en casi $3.500 millones.
Durante esos años las tasas internacionales de interés han sido muy bajas. Pero ese endeudamiento externo no se ha hecho sin costo. El costo es el bajo crecimiento del PIB que a partir de 2013 se ha mantenido muy por debajo de su tendencia anterior. Y ese bajo crecimiento se refleja en el alto desempleo en ese mismo periodo, el más alto desde nuestra gran crisis de inicios de los ochenta según las encuestas de hogares.
Ese ingreso alto de dólares ha provocado una importante apreciación del colón, que disminuye la capacidad para competir a nuestros exportadores y a los productores que enfrentan bienes importados en el mercado local. Eso, a su vez, disminuye las inversiones y la consiguiente generación de empleo. Los sectores tradicionales agrícola e industrial son los que generan mayor proporción de empleo para trabajadores con poca calificación, que son quienes padecen mayor tasa de desempleo y se ubican principalmente en las familias pobres. Y el PIB agrícola ha disminuido un 0,2% y el industrial solo ha aumentado un 0,3%, en promedio anual de 2012 a 2015
Además, de nuestro no muy abundante ahorro nacional, el gobierno consume un 57% en gasto corriente, o sea, lo “desahorra”.
Claro que la solución real a esta muy negativa circunstancia es resolver la situación fiscal con una combinación de límites a los disparadores del gasto y al monto del mismo, con mayores ingresos tributarios y con reglas fiscales (garantías económicas) que nos aseguren que la situación actual no se repita en poco tiempo. UCCAEP al aceptar discutir conjuntamente estos temas, ha abierto una puerta para que el presidente Solís lidere a los jefes de fracción del Congreso, a sindicatos y a empresarios en acordar una solución.
Si no se aprovecha esa oportunidad, la falta de autorización para colocar “eurobonos” y la negativa de China a financiarnos parecían señalar que se tendría que recurrir a colocaciones en el mercado interno. Como la tasa de interés en colones no ha bajado lo suficiente, ante la colocación mayor de bonos no tendría que subir tanto. Y la falta de ingreso de divisas por endeudamiento público, llevaría a un alza natural en el tipo de cambio que sería ventajosa para el aumento de la inversión, la producción y el empleo.
Pero el gobierno puede simplemente colocar bonos en dólares en el mercado local, y los bancos comerciales aumentar su endeudamiento en esa moneda sin que el BCCR esterilice esos ingresos. Seguiríamos en una situación similar al endeudamiento con “eurobonos.” Se seguirían posponiendo los efectos más visibles de la crisis fiscal, pero a costa del crecimiento, el empleo y la pobreza.

Miguel Ángel Rodríguez
Disyuntivas

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