Eli Feinzaig: “Nos está agarrando tarde para mitigar los efectos económicos del Coronavirus”

Para enfrentar la crisis económica que se avecina por el Coronavirus, al gobierno de Carlos Alvarado le está agarrando tarde, considera Eli Feinzaig, presidente Partido Liberal Progresista.

Enfrentar el pago de vencimiento de la deuda y al mismo tiempo, hacerle frente a la emergencia que ha generado el Covid-19, no se podrá hacer con los recursos que hoy tiene el Estado, por lo que se debe negociar un crédito por miles de millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

¿Cree usted que el gobierno está haciendo una buena labor para contener el contagio del Coronavirus?

Creo que las medidas que ha tomado el gobierno son efectivas para evitar un crecimiento acelerado de la curva de contagio, lo cual, ha permitido que los servicios de salud hayan respondido adecuadamente sin saturarse y no rechazar personas.

En ese sentido, se ha hecho una buena labor.

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¿Qué hace falta?

Tenemos que considerar ya cuáles serán las medidas después de la cuarentena.

¿De qué manera vamos a salir de la cuarentena? y ¿cuáles sectores de la economía vamos a echar a andar primero?.

Para esa discusión ya nos está agarrando tarde.

¿Qué decisiones deberían tomarse para mitigar el impacto de la pandemia en la economía?

El presidente debería nombrar a un equipo de trabajo, que pueden ser ministros o no, para que piensen con visión estratégica cómo enfrentar la emergencia económica.

En estos momentos no hay estrategia clara, hay ocurrencias como subir impuestos a través de una contribución solidaria, o cobrar más cara la gasolina para pagar subsidios.

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Pienso que a esta altura, el gobierno de Carlos Alvarado no está viendo el panorama completo.

Vienen vencimientos enormes de la deuda pública que se mantendrán hasta 2023, la recaudación va a caer drásticamente por el parón económico, y el desempleo y la pobreza se van a disparar.

Por otra parte, pienso que el país ya debería estar sentado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para negociar un crédito grande, de varios miles de millones de dólares, para honrar la deuda pública y paliar los efectos de la crisis.

Es obvio que este empréstito vendría con un programa de ajuste estructural, el cual, garantizaría al FMI que va a recuperar el dinero.

Tenemos que reconocer que en estos momentos, o pagamos la deuda, o enfrentamos la crisis que viene, pero las dos cosas no las podemos hacer sin un crédito grande.

Como parte de ese ajuste estructural, hay que ver el rol del estado costarricense, cuáles instituciones se pueden mantener, cuáles no tienen que estar en el sector público y revisar las remuneraciones de los empleados públicos, entre otras cosas.

¿Hasta cuándo se debe mantener el cierre de fronteras?

La decisión de hasta cuando mantener las fronteras cerradas, o a partir de qué momentos abrirlas, depende de criterios sanitarios.

Desde la perspectiva económica, entre más rápido se puedan abrir las fronteras para el tránsito de personas es mejor.

Sin embargo, la decisión debe tomarse basado en criterios sanitarios, de no poner en riesgo la salud de los costarricenses y la capacidad de los servicios de salud de atender a la población enferma.

¿Teme usted que el sistema de salud costarricense pueda colapsar por la emergencia del Coronavirus?

Si crece la curva de contagio, si empezamos a importar casos, se puede superar la capacidad máxima de la Caja.

Mi preocupación es que la capacidad de la Caja es corta, se ha hablado de 140 camas de cuidados intensivos, de las cuales, un 80% se mantienen siempre ocupadas por personas con otras patologías, accidentados o víctimas de balaceras, por lo que al final quedan unas 28, si considerados el 20%.

Si ya tenemos 13 ó 14 personas en cuidados intensivos, no estamos lejos de colapsar ese servicio.

Es importante no bajar la guardia en estos momentos.

En días pasados autoridades del Ministerio de Salud señalaron que Costa Rica está ganando la batalla contra el Coronavirus, ¿cree usted que la aseveración es correcta?

Es un poco temprano para decir que estamos ganando la batalla. La batalla se gana cuando se termina. Los partidos se ganan cuando se terminan y no con el marcador del medio tiempo.

Las medidas tomadas hasta el momento nos ha permitido que la curva no haya crecido y que el sistema de salud no colapse, pero no estamos para triunfalismos.