El lugar para ser feliz
Costa Rica, calificada en varios rankings mundiales como el país de la gente feliz, estaría en la mira de muchos jubilados norteamericanos como destino para ubicarse
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 15 febrero, 2010
Un columnista del New York Times asegura que unos 30 mil jubilados norteamericanos vendrían al país, interesados en aprovechar las bondades costarricenses. No es extraño si se toman en cuenta las bellezas naturales y el clima de este país, sumado al hecho de que recientemente varios rankings mundiales aseguran que esta es la nación más feliz del Planeta. Curiosamente, a pesar de esto Costa Rica no tiene ninguna política nacional destinada a estimular este tipo de migración que puede traer bastantes beneficios Aunque el país tiene diversos planes enfocados a atraer inversión extranjera, esta porción de ese enorme queque no ha sido tomada en cuenta. Según informa una nota de este medio el viernes anterior, los pensionados que podrían estar interesados en ubicarse en territorio nacional lo harían, entre otras cosas, por varios informes aparecidos en los últimos tiempos que califican al país como uno en donde su gente está más satisfecha. Para asegurar esto evalúan el bienestar, que incluye los bienes relacionales como la familia, los amigos y la posibilidad de gozar de buena salud. Todo esto nos convierte en un destino muy atractivo para quienes, al llegar a la edad de jubilarse, pueden elegirlo como un sitio paradisiaco en donde vivir con el producto de sus pensiones que les permiten aquí una buena calidad de vida. Las parejas que en esa condición llegaran no solo invertirían en un condominio o una villa sino que adquirirían otros activos como muebles, electrodomésticos, vehículos y mucho más, aparte de consumir todo tipo de servicios. Dotar al país de buenas condiciones en general para atraer a este tipo de visitantes-residentes puede requerir inversiones en seguridad o infraestructura entre otros, pero esto es algo que debe hacerse de todos modos, aun si no vinieran los pensionados estadounidenses, canadienses o europeos. Cada posibilidad de atraer inversiones y oportunidades de crecimiento económico limpio, sin afectar los recursos naturales debe aprovecharse al máximo y el de los jubilados puede ser un buen ejemplo.