El Giro llora muerte de Weylandt
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 10 mayo, 2011
El Giro llora muerte de Weylandt
Luto empañó victoria del español Vicioso
El Giro pasó de la fiesta al luto en unas horas, de la gran despedida de la carrera en Reggio Emilia, al llanto en Rapallo, a donde llegaron contundentes las palabras del doctor Giovani Tredici confirmando la muerte del belga Wouter Weylandt, de 26 años, tras sufrir una estremecedora caída en pleno descenso del Passo di Bocco, a 25 kilómetros de la meta.
Wouters se fracturó el frontal del cráneo y las primeras imágenes del corredor de Gante en medio de un charco de sangre indicaron lo peor. Enseguida entró en paro cardiorrespiratorio, cuando aún seguían bajando corredores entre las curvas del puerto. Algunos no quisieron “ni mirar”, porque sabían que “aquello era muy grave”, como el ciclista del Euskaltel Jorge Azanza.
Cuando llegaron los médicos, con el doctor Tredici al frente, ayudado por su colega del Garmin, la suerte estaba prácticamente echada. Los masajes de reanimación, mientras llegaba el helicóptero que debía trasladar a Weylandt al Hospital de Génova, no sirvieron de nada.
Mientras Weylandt agonizaba en la carretera, todo el Giro contenía la respiración y bajaba la mirada. La etapa se convirtió en un asunto secundario, sin importancia, aunque con la carrera lanzada se disputó el triunfo de etapa.
Atrás había quedado la escapada del día y se había formado otra aprovechando una pequeña subida cercana a meta, el Passo della Madonna delle Grazie, donde se metieron tres españoles, Angel Vicioso, Pablo Lastras y Dani Moreno, junto al británico David Millar y al francés Le Mevel. Disputaron el sprint y Vicioso se mostró como el más fuerte. Pocas opciones de celebrarlo, pues la meta no estaba para fiestas. Le siguió Millar y luego Lastras.
David Millar (Garmin) se convirtió en la nueva “maglia” rosa, seguido en la general por Vicioso a siete segundos y por el bielorruso Konstantin Sivtsov a nueve.
Rapallo, Italia/EFE
Luto empañó victoria del español Vicioso
El Giro pasó de la fiesta al luto en unas horas, de la gran despedida de la carrera en Reggio Emilia, al llanto en Rapallo, a donde llegaron contundentes las palabras del doctor Giovani Tredici confirmando la muerte del belga Wouter Weylandt, de 26 años, tras sufrir una estremecedora caída en pleno descenso del Passo di Bocco, a 25 kilómetros de la meta.
Wouters se fracturó el frontal del cráneo y las primeras imágenes del corredor de Gante en medio de un charco de sangre indicaron lo peor. Enseguida entró en paro cardiorrespiratorio, cuando aún seguían bajando corredores entre las curvas del puerto. Algunos no quisieron “ni mirar”, porque sabían que “aquello era muy grave”, como el ciclista del Euskaltel Jorge Azanza.
Cuando llegaron los médicos, con el doctor Tredici al frente, ayudado por su colega del Garmin, la suerte estaba prácticamente echada. Los masajes de reanimación, mientras llegaba el helicóptero que debía trasladar a Weylandt al Hospital de Génova, no sirvieron de nada.
Mientras Weylandt agonizaba en la carretera, todo el Giro contenía la respiración y bajaba la mirada. La etapa se convirtió en un asunto secundario, sin importancia, aunque con la carrera lanzada se disputó el triunfo de etapa.
Atrás había quedado la escapada del día y se había formado otra aprovechando una pequeña subida cercana a meta, el Passo della Madonna delle Grazie, donde se metieron tres españoles, Angel Vicioso, Pablo Lastras y Dani Moreno, junto al británico David Millar y al francés Le Mevel. Disputaron el sprint y Vicioso se mostró como el más fuerte. Pocas opciones de celebrarlo, pues la meta no estaba para fiestas. Le siguió Millar y luego Lastras.
David Millar (Garmin) se convirtió en la nueva “maglia” rosa, seguido en la general por Vicioso a siete segundos y por el bielorruso Konstantin Sivtsov a nueve.
Rapallo, Italia/EFE