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El efecto Lucifer II

Arturo Jofré arturojofre@gmail.com | Viernes 30 diciembre, 2011



El efecto Lucifer II


Un humilde policía nos regaló este año un acto heroico: tuvo la fortaleza de rechazar una oferta económica que podría haber cambiado su vida, pero no dudó y detuvo a los dos fugitivos de la justicia con su respectivo botín. Su heroísmo no es solo por el factor económico, es por haberse jugado la vida ante las fuerzas de los carteles de la droga. Este es un ejemplo de la otra faceta del efecto Lucifer.
En la columna anterior analizamos la facilidad con que las personas pueden pasar de buenas a perversas. Ese tipo de fenómenos, que van desde el “bullying” en los colegios a los crímenes masivos, han sido la preocupación científica del psicólogo social Phillip Zimbardo de la Universidad de Stanford. Este enfoque situacional, al que llamó efecto Lucifer, enfrenta a la tesis tradicional que ha puesto un mayor énfasis en los factores personales o enfoque de las “manzanas podridas” para explicar la causa de las disfunciones.
En palabras del doctor Zimbardo, la misma situación insana que puede despertar la “imaginación hostil” y la perversión en algunos de nosotros, en otros puede inspirar la “imaginación heroica”. El hecho de que en la sociedad encontremos gran cantidad de héroes anónimos, personas corrientes que realizan actos heroicos o acciones morales extraordinarias, muchas veces en el anonimato, es el otro aprendizaje que nos refuerza el efecto Lucifer.
Al conocer los factores que impulsan hacia la perversidad, se nos prepara para contrarrestarlos, es decir, para no caer en la trampa y evitar así pasar la línea divisoria entre la bondad y la maldad. El doctor Zimbardo señala que el efecto Lucifer “es una celebración de la capacidad humana para elegir la amabilidad y no la crueldad, el interés y no la indiferencia, la creatividad y no la destructividad y el heroísmo y no la infamia”.
¿Qué hacer? Desde la visión micro, enfocada a individuos concretos, se debe inculcar en las personas a verse como “héroes en espera”, especialmente a los hijos. Se debe enseñar a enfrentar las situaciones insanas con una actitud valerosa, fuerte, donde no tenga cabida la indiferencia ni la anuencia ante la presión del grupo o de la autoridad que se ha descarrilado.
Desde la visión macro la tarea es social. El “efecto Lucifer” muestra la relevancia de las situaciones sociales insanas como factores que engendran comportamientos perversos en personas normales. ¿En qué medida estamos creando condiciones que engendran demonios en nuestra sociedad? No hay que profundizar mucho para detectarlas.
También hay un desafío macro de orden educativo: hay que resaltar “la trivialidad del heroísmo”. Hay cientos de héroes anónimos que están actuando en la sociedad a diario, pero no nos damos cuenta ni se divulga este enorme aporte que fortalece nuestra sociedad. Es un trabajo de hormigas que contrarresta la maldad en una sociedad. Aquí la familia, la escuela, el colegio, los órganos de divulgación, tienen una gran tarea.
Un feliz Año Nuevo.

Arturo Jofré
arturojofre@gmail.com

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