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El valor relativo

Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Martes 20 febrero, 2018


El valor relativo

En la discusión económica respecto de temas como empleo, déficit fiscal, participación sectorial de las actividades en la actividad económica, el valor de la deuda total del país, podemos caer en creer que las variables mejoran a pesar de que estas pueden tener una desmejora absoluta y solo es efecto del valor relativo, en especial en variables macroeconómicas.

Uno de los asuntos que hemos venido tratando de explicar por medio de las últimas columnas, es precisamente el tema del déficit fiscal. Este se mide normalmente como una proporción del producto interno bruto (PIB). Muchas de las discusiones que hemos visto se centran en el valor del ingreso fiscal, así como los primeros asomos serios de alguna discusión relativa a la cantidad y calidad de los gastos. Como definición del déficit tenemos que es la mera diferencia del ingreso y el gasto del Gobierno central. Cuando hablamos de este en términos relativos, entra un protagonista que enmudece en las discusiones que es el producto interno bruto.

El propósito de hoy es darles una perspectiva de la necesidad de darle la atención debida a esta variable para poder entender el fenómeno y buscar ahí también y principalmente, las soluciones del escandaloso 8% que rondaremos en este déficit si no hacemos cosas realmente sensatas.

El producto interno bruto es la suma de los valores de la producción de bienes y servicios, las relaciones comerciales con y desde el exterior, es decir, el valor de las exportaciones y las importaciones, para determinar el valor de dicho monto se toman valores de la economía que los recoge en forma sistemática el Banco Central de Costa Rica.

Este proceso de llevar la contabilidad de las cuentas nacionales tiene varios retos, que son comparables a los de la economía doméstica. Por ejemplo, si todos en la familia tenemos que aportar a los gastos comunes una parte proporcional al salario, pero alguno de los miembros no indica toda la verdad de sus ingresos, lo que ocurre es que ese valor del ingreso familiar, se recarga en forma proporcionalmente mayor entre los que indican el valor correcto de sus ingresos. Esto genera desviaciones que hacen que la familia —en este caso el país— vea signos externos de riqueza que no son consistentes con lo que sus miembros indican un ingreso menor, induciendo a error a los demás respecto de lo que es su ingreso. Es así como unos y otros sienten que la riqueza de un país si es vista desde la óptica de las manifestaciones externas de riqueza, son unas distintas al valor de la contabilización basada en lo que cada quien indica es su ingreso. Esto nos lleva a detectar el flagelo que significa el movimiento de las actividades ilícitas como la evasión fiscal y el contrabando, así como quienes se disfrazan de sistemas meritorios de tratamientos fiscales preferentes, bajo figuras de carácter impropio, estos son los mantenidos y holgazanes de la familia.

Por otra parte, es fundamental entender que, dentro de las soluciones al problema del creciente valor relativo del déficit fiscal, la deuda total del gobierno y otras variables, está precisamente dentro del ámbito de lo poco mencionado el tema del incremento del valor de la producción nacional, sea del Producto Interno Bruto. Ahora bien: ¿Cómo se pueden lograr acciones que estimulen el crecimiento de esta variable?

La primera respuesta es la certeza legal o jurídica, cuando los actores económicos conocemos de antemano y con confianza la forma en que se van a tratar los términos y condiciones de la inversión que se pretende realizar, simplemente esta se hará con base en la confianza que brinde el marco jurídico que asegurará y regirá la relación del Estado y los entes privados. La incertidumbre es parte del umbral de tolerancia del sector empresarial, pero la absoluta inseguridad de los términos y condiciones económicos y legales hacen que se desacelere y se distraiga, tanto el nivel de inversión local como el de la inversión extranjera. Es fundamental que hagamos el pacto de la protección de las certezas mínimas que requiere el sector empresarial, en lo económico, en lo político, en lo social, lo laboral, lo tributario, entre muchos otros. Este asunto no está resuelto y al no estarlo, solamente se propicia la contención de la inversión y los procesos de desinversión.

Por otra parte, aprovechar la coyuntura de una posible reforma fiscal para dejar claros temas que de manera temeraria han venido manejándose en Costa Rica como lo son los aspectos relativos al concepto de territorialidad en el impuesto sobre la renta, dejarnos de eufemismos llamando casos especiales de rentas de fuentes costarricenses, lo que en realidad son rentas extraterritoriales, aspecto que se reiteró en los últimos proyecto de ley de renta, sobre los que se denota una ampliación sin claridad al concepto de renta mundial.

Asimismo, mediante políticas fiscales, deducciones en base imponible, créditos fiscales especiales, temporales, decrecientes se puede llevar a motivar ciertas conductas que se planteen como estratégicas a la reactivación de la actividad económica. Por ejemplo, si logramos plantear un incentivo de exención en base imponible, o mediante la acreditación de una cuota por empleo nuevo generado, siempre que el mismo se mantenga por un periodo no menor a cierto número de años, es una manera de estimular una conducta conducente a dos vertientes de problema que tenemos que resolver: primeramente el alarmante nivel de desempleo abierto y el subempleo, así como la motivación de la movilidad laboral de los funcionarios que deberán dejar el sector público incentivando su inserción en el sector privado. Esto genera un dínamo positivo en el aumento de la producción nacional, ya que, al aumentar empleo, se aumenta consumo, este estimula la inversión, la mayor venta de bienes y servicios genera nuevas bases imponibles en impuestos indirectos tanto como en renta.

A la vez, debemos pensar en la estimulación de inversión en nuevas tecnologías limpias o uso de energías renovables, aspectos que si queremos cumplir con el objetivo de carbono neutralidad pueden usar una modelación de los mecanismos de deducciones especiales en el impuesto sobre la renta por ejemplo aspecto que mejoraría las condiciones de objetivos extrafiscales a través de políticas, ciertas, coherentes, racionales y conducentes al aumento de la riqueza que el país en su conjunto genere como resultado de una incardinada labor de acciones que a la vez tengan como guía la creación de un plan nacional de desarrollo económico, donde el rol del Estado se resuma en seguridad y políticas de estimulación a las conductas, tanto como la creación de tributos de nueva generación por conductas perniciosas tales como la contaminación y la destrucción de empleo, excepto que sean compensables en materia tecnológica que aumente el bienestar del conjunto económico.

Es por eso que este valor relativo que tanto nos preocupa, debe pasar por mejorar la diversidad de los ingresos y su calidad recaudatoria, así como la reducción de los costos de operar un Estado redundante e ineficiente. De igual manera las soluciones deben estimular la producción de bienes y servicios, así como la transparencia en la rendición de cuentas, tanto del sector público como del sector privado, para poder lograr bajar este pernicioso déficit, que siendo de valor relativo su afectación en las condiciones de bienestar de los habitantes es de carácter absoluto. El deber de probidad lo es del conjunto de los miembros del pacto social y no solo de algunos. La solidaridad nunca puede ser exigida, pero la falta de esta en una democracia moderna es intolerable.

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