El Tigre acecha de nuevo
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Jueves 12 junio, 2008
El Tigre acecha de nuevo
Su duelo ante Phil Mickelson despierta el interés en el mundo del golf
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
El Abierto de Estados Unidos se inicia hoy, devolviéndoles la pasión a los amantes del golf, no solo por el retorno al green del maestro de maestros, Tiger Woods, luego de una lesión que lo alejó durante dos meses de los campos, sino también por el impresionante mano a mano que se espera con Phil Mickelson.
Estos dos jugadores son, sin lugar a dudas, de lo más selecto del golf mundial y favoritos para hacerse con la victoria.
El torneo, que se realizará en el campo de Torrey Pines, en San Diego, California, y del que Mickelson es vecino, representa el segundo Grande de la temporada y encierra como gran incógnita el estado físico de Tiger tras permanecer inactivo desde el Masters de Augusta (abril) a causa de una operación en la rodilla.
La elección de campo favorecería a Woods, puesto que allí ha ganado cinco de las últimas seis ediciones del Buick Invitational, pero también Mickelson ha vencido en ese campo (dos veces el Buick) y además ahí se alimentará del apoyo incondicional del público.
Woods ganó por última vez este torneo hace seis años y, de sus 13 “Grandes” solo dos (2000 y 2002) pertenecen al Abierto estadounidense. El “Tigre” espera que el parón no le haya afectado su juego y pueda desquitarse de su “fallo” en Augusta, donde no tuvo opciones a la victoria. Así las cosas el californiano busca su tercera victoria, que se le atraganta desde hace mucho, y acercarse así a Jack Nicklaus, que posee 18 “majors” por 13 del actual número uno del mundo.
En segunda línea se sitúa el zurdo Mickelson, que tiene el añadido de jugar muy cerca de su casa ya que vive por el Rancho Santa Fe, en California, por lo que es buen conocedor de ese campo de golf, tal vez mejor que ningún otro jugador. Torrey Pines es el campo que alberga el prestigioso Buick Invitational, que ha conquistado Phil en las ediciones de 1993, 2000 y 2001.
Para Mickelson el US Open representa una espina clavada en su orgullo porque ha tenido que conformarse con ser segundo tres veces en las últimas siete ediciones y quiere quitarse eso de que nunca pudo con el Abierto de su país.
Sobre los europeos participantes pesa un dato histórico bastante fuerte, como es el hecho de que el último en ganar este torneo, el inglés Tony Jacklin, lo hizo en 1970. Esta vez, los españoles prenden velas por Sergio García, quien ganó The Players Championships hace un mes en Sawgrass, el llamado “Quinto Grande”, y hace pensar a los de la madre patria, que un ibérico podría asomar la cabeza entre el teórico duelo entre Woods y Mickelson, pese a que el español, tercero en 2005, no ha pasado el corte de este torneo en los últimos dos años.
Angel Cabrera y Andrés Romero, de Argentina, el colombiano Camilo Villegas y la presencia por primera vez de un salvadoreño, Fernando Figueroa, este último desde la fase de clasificación, serán los representantes iberoamericanos en el Abierto de Estados Unidos.
Woods, primero en el ranking mundial del Circuito PGA, su compatriota Mickelson y el australiano Adam Scott, tienen programado dar el primer golpe hoy en la ronda inaugural.
Cabrera, que es el campeón defensor del Abierto de Estados Unidos, integrará su grupo junto al irlandés Padraig Harrington —ganador del Abierto Británico— y el estadounidense Davis Love III, durante las dos primeras rondas.
El campo
Con la elección de Torrey Pines, la USGA dio la impresión de poner el pie sobre el acelerador con respecto a los dos últimos años, en su empeño de convertir el Abierto en un torneo salvaje y destinado a que su campeón lo ganara siempre sobre el par del campo (el argentino Angel Cabrera, hace un año, y el australiano Geoff Ogilvy, en 2006, ganaron con +5).
Torrey Pines, en ese sentido, dará un respiro. Aunque sus más de 6.800 metros a nivel del mar (par 70) otorgarán prioridad a los “pegadores”, las calles serán más anchas (entre 27 y 31 metros, por los 22 del año pasado), enmarcadas por un “rough” de corte progresivo y los “greens” alargados y estrechos serán más cómodos, lejos de los que tanto penalizaron en los dos últimos años con sus formas de caparazón de tortuga.
Los “drives” rectos y la precisión con los hierros largos y medios acercarán al título en Torrey Pines, que tiene un paradisiaco recorrido, con muchos hoyos con panorámicas vistas al Pacífico, estrechas calles, el posible impacto del viento y numerosos desafíos en forma de “bunker” o arboleda.
Su duelo ante Phil Mickelson despierta el interés en el mundo del golf
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
El Abierto de Estados Unidos se inicia hoy, devolviéndoles la pasión a los amantes del golf, no solo por el retorno al green del maestro de maestros, Tiger Woods, luego de una lesión que lo alejó durante dos meses de los campos, sino también por el impresionante mano a mano que se espera con Phil Mickelson.
Estos dos jugadores son, sin lugar a dudas, de lo más selecto del golf mundial y favoritos para hacerse con la victoria.
El torneo, que se realizará en el campo de Torrey Pines, en San Diego, California, y del que Mickelson es vecino, representa el segundo Grande de la temporada y encierra como gran incógnita el estado físico de Tiger tras permanecer inactivo desde el Masters de Augusta (abril) a causa de una operación en la rodilla.
La elección de campo favorecería a Woods, puesto que allí ha ganado cinco de las últimas seis ediciones del Buick Invitational, pero también Mickelson ha vencido en ese campo (dos veces el Buick) y además ahí se alimentará del apoyo incondicional del público.
Woods ganó por última vez este torneo hace seis años y, de sus 13 “Grandes” solo dos (2000 y 2002) pertenecen al Abierto estadounidense. El “Tigre” espera que el parón no le haya afectado su juego y pueda desquitarse de su “fallo” en Augusta, donde no tuvo opciones a la victoria. Así las cosas el californiano busca su tercera victoria, que se le atraganta desde hace mucho, y acercarse así a Jack Nicklaus, que posee 18 “majors” por 13 del actual número uno del mundo.
En segunda línea se sitúa el zurdo Mickelson, que tiene el añadido de jugar muy cerca de su casa ya que vive por el Rancho Santa Fe, en California, por lo que es buen conocedor de ese campo de golf, tal vez mejor que ningún otro jugador. Torrey Pines es el campo que alberga el prestigioso Buick Invitational, que ha conquistado Phil en las ediciones de 1993, 2000 y 2001.
Para Mickelson el US Open representa una espina clavada en su orgullo porque ha tenido que conformarse con ser segundo tres veces en las últimas siete ediciones y quiere quitarse eso de que nunca pudo con el Abierto de su país.
Sobre los europeos participantes pesa un dato histórico bastante fuerte, como es el hecho de que el último en ganar este torneo, el inglés Tony Jacklin, lo hizo en 1970. Esta vez, los españoles prenden velas por Sergio García, quien ganó The Players Championships hace un mes en Sawgrass, el llamado “Quinto Grande”, y hace pensar a los de la madre patria, que un ibérico podría asomar la cabeza entre el teórico duelo entre Woods y Mickelson, pese a que el español, tercero en 2005, no ha pasado el corte de este torneo en los últimos dos años.
Angel Cabrera y Andrés Romero, de Argentina, el colombiano Camilo Villegas y la presencia por primera vez de un salvadoreño, Fernando Figueroa, este último desde la fase de clasificación, serán los representantes iberoamericanos en el Abierto de Estados Unidos.
Woods, primero en el ranking mundial del Circuito PGA, su compatriota Mickelson y el australiano Adam Scott, tienen programado dar el primer golpe hoy en la ronda inaugural.
Cabrera, que es el campeón defensor del Abierto de Estados Unidos, integrará su grupo junto al irlandés Padraig Harrington —ganador del Abierto Británico— y el estadounidense Davis Love III, durante las dos primeras rondas.
El campo
Con la elección de Torrey Pines, la USGA dio la impresión de poner el pie sobre el acelerador con respecto a los dos últimos años, en su empeño de convertir el Abierto en un torneo salvaje y destinado a que su campeón lo ganara siempre sobre el par del campo (el argentino Angel Cabrera, hace un año, y el australiano Geoff Ogilvy, en 2006, ganaron con +5).
Torrey Pines, en ese sentido, dará un respiro. Aunque sus más de 6.800 metros a nivel del mar (par 70) otorgarán prioridad a los “pegadores”, las calles serán más anchas (entre 27 y 31 metros, por los 22 del año pasado), enmarcadas por un “rough” de corte progresivo y los “greens” alargados y estrechos serán más cómodos, lejos de los que tanto penalizaron en los dos últimos años con sus formas de caparazón de tortuga.
Los “drives” rectos y la precisión con los hierros largos y medios acercarán al título en Torrey Pines, que tiene un paradisiaco recorrido, con muchos hoyos con panorámicas vistas al Pacífico, estrechas calles, el posible impacto del viento y numerosos desafíos en forma de “bunker” o arboleda.