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El ser humano es lo principal

Óscar Álvarez Araya oalvarezcocr@gmail.com | Lunes 08 mayo, 2023


El ser humano es lo principal.

El ser humano debe ser el centro, el sujeto y el objetivo de la vida social, económica y política. El ser humano debe ser el fin de las políticas públicas.

El estado, el mercado y la comunidad deben ser medios complementarios entre sí al servicio de la realización y el bienestar de los seres humanos.

Navegando en el siglo XXI el futuro del ser humano no parece estar en los fundamentalismos, sean estos de estado, de mercado, o de cualquier índole, sino en un humanismo pragmático.

Dicho humanismo debe estar dispuesto a contar tanto con el estado como con el mercado como medios para avanzar hacia el crecimiento económico, la generación de empleo, el bienestar social y en fin el desarrollo integral y sostenible de los seres humanos.

Hay que evitar la idolatría, tanto del estado como del mercado, promoviendo el equilibrio y la cooperación entre el estado, el mercado, la comunidad y las empresas.

Así también, las instituciones, creadas a lo largo de la historia humana, no deben verse como fines en sí mismas sino como medios al servicio de los ciudadanos, de los usuarios, en fin de los seres humanos.

La historia está repleta de casos de instituciones que se fundaron con ciertos objetivos y luego en el camino se fue produciendo la desviación de objetivos y las instituciones con los fines más nobles, justos y elevados se fueron degenerando hasta llegar a un punto en el que se hicieron irreconocibles. Algunas de ellas dejaron de ser un medio al servicio de las personas para convertirse en un fin en sí mismo o en un medio pero al servicio de alguna casta hegemónica y llena de privilegios.

Es necesario entonces estar evaluando permanentemente todas las instituciones para determinar si están cumpliendo con sus objetivos fundacionales, si ya los lograron o si se han desviado del camino originario.

Y sobre todo es esencial evaluar permanentemente a todas las instituciones para determinar si están sirviendo adecuadamente al bienestar y a la realización de los seres humanos.

Tanto el estado como el mercado nacieron con las primeras civilizaciones. En Sumeria, por ejemplo, nos encontramos con las primeras ciudades-estado y hasta con un estado centralizado, al mismo tiempo que una economía basada en la agricultura, la ganadería y el comercio, con mercados en cada ciudad-estado y una clase de mercaderes que practicaba el comercio entre las ciudades. Los sumerios nos ofrecieron también las primeras manifestaciones de la escritura y de los códigos de leyes.

Decir civilización es decir estados, mercados, escritura y códigos de leyes.

De manera que probablemente en el resto de nuestras existencias nos tocará contar y convivir con la presencia de estados, mercados, comunidades y empresas. Pero si es importante no perder de vista que dichas realidades sociales y económicas deberían tener como norte, como fin, la realización del ser humano, tanto en el ámbito material como en el plano cultural y espiritual.

Como escribió el florentino Giorgio La Pira:

“El ser humano no es un medio y la sociedad un fin, sino que el ser humano es un fin y la sociedad un medio.”

El ser humano debe ser el centro, el sujeto y el fin de las políticas públicas.

El ser humano es lo principal.

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