El alto precio que se paga por desconocer el Efecto Diderot
Gustavo Sáenz Herrera gsaenz@liber.la | Jueves 25 noviembre, 2021
Gustavo Sáenz H.
Liber Financultura
Escuela online de finanzas personales
Posiblemente más de una vez has caído en el Efecto Diderot. Compras iniciales que conducen a más compras relacionadas descontroladas.
Este concepto explica que una nueva posesión puede resultar en un proceso de consumo en espiral.
Denis Diderot fue un reconocido intelectual, escritor y filósofo del siglo XVIII, además de enciclopedista francés quien en un ensayo llamado ‘Lamentos por separarse de mi vieja bata’ describe cómo un obsequio muy elegante, fuera de lugar de su estilo de vida, le llevó a sentirse miserable.
La lógica fue que la elegancia de su nueva bata escarlata opacó las demás posesiones que por primera vez comenzó a ver viejas, baratas, de mal gusto y por esta razón se sintió insatisfecho, al grado de empezar a renovar su casa por lo que terminó arruinado y endeudado “por culpa de la dichosa bata” según él.
Un ejemplo típico de este efecto dominó es cuando una persona se cambia a vivir a un barrio de clase más alta.
Primero se cambia de casa, después siente la necesidad de cambiar el carro a uno más acorde con el de sus vecinos, para rápidamente deshacerse de sus antiguos muebles y comprar unos nuevos de diseñador.
Cuando se tiene conciencia de este concepto, puede frenarse rápidamente para que no que cause estragos, como una vez que andábamos de compras, mi esposa se probo unos zapatos altos amarillos lindisimos. Me pregunto, ¿qué me parecían? Y le respondí que estaban espectaculares.
Volvió a ver el precio y me pregunto ¿cuánto crees que es el precio?, yo le respondí $500.
Me dijo, jamás, ¿cómo decís eso? Son únicamente $100. A lo que yo volví a responder… ese es el monto de unos zapatos de un color que no tenes nada que le vaya, por lo tanto, si los compras, habrá que comprarle faja, cartera y demás accesorios que le hagan juego para usarlos, sino, no los vas a usar nunca.
Mari pensó unos minutos si estaba dispuesta a gastar ese monto de su presupuesto anual de ropa en ese artículo. Se respondió que no, los devolvió al escaparate y continuamos nuestro camino.
Es importante reconocer que las decisiones están llenas de una elevada carga emocional y que la única salida es enfriarlas con una alta racionalidad; es decir, reflexión, análisis y evaluación y hasta dejar unos cuantos días de tiempo antes de hacer la compra.
Hay quienes establecen para su presupuesto familiar que una decisión de cierto monto para arriba (relativo a los ingresos de cada quien), por ejemplo por encima de los $1000, debe ser pensada más de 3 días y tomada en conjunto con alguien más.
En cualquier caso, si querés evitar que te pase lo mismo que a Diderot, tenemos un truco muy fácil y que siempre surte efecto: PÁGUESE PRIMERO.
Toma cada vez que recibís tu ingreso un 10% o más del monto y hacé una transferencia a otra cuenta para invertirlo después (si podés automatizar el proceso, mejor).
Muy rápidamente te acostumbrarás y no te hará falta ese dinero y así evitarás que la espiral de gasto creciente mine tu capacidad de inversión a largo plazo.
Pagarte primero es el primer paso tangible hacia la libertad financiera.