Defina su cuadrante
| Jueves 25 febrero, 2010
Defina su cuadrante
La calidad de la contribución de los miembros a su equipo de trabajo puede evaluarse considerando dos dimensiones: su productividad o resultados y sus comportamientos conforme a los valores e ideales del equipo.
El rendimiento en cada dimensión puede ser evaluado como alto o bajo, conformándose entonces cuatro cuadrantes, comúnmente mencionados por analistas de organizaciones de alto desempeño.
Quienes se distinguen por su alta orientación a resultados y alto cumplimiento de valores, son llamados estrellas. Su actitud siempre es positiva, se esfuerzan al máximo para lograr los objetivos del equipo y son verdaderos modelos de la cultura deseada en él. Son consistentes en ambas dimensiones por lo que ofrecen la contribución más valiosa a sus compañeros.
En segundo lugar, están quienes exhiben alta orientación a resultados pero bajo cumplimiento de los valores colectivos. Son los individualistas que se interesan por sus metas, imagen, recompensas, o por el provecho que pueden sacar para su propio beneficio. Generan dudas sobre sus egocéntricas intenciones y no suelen ser ejemplos de compañerismo.
En tercer lugar encontramos a los miembros con baja preocupación por los resultados pero alta orientación hacia los valores. Son intachables en sus conductas aunque carecen de vocación por alcanzar metas. Su aporte es incompleto en resultados, por eso algunos autores los denominan moralistas, pese a no ser un término exacto, pues hay algunos que han logrado alto impacto en bien de la humanidad.
Finalmente, están los que exhiben baja orientación a resultados y bajo cumplimiento de valores. Son los boicoteadores que obstruyen el éxito. Sus discursos no son creíbles porque no los respaldan con conductas constructivas y en cualquier momento atentan contra la cohesión, la estabilidad, y la disciplina en el equipo.
Los cuatro tipos se ponen en evidencia cuando hay que “dar la milla extra” por el equipo; allí se separan quienes están dispuestos a darse por el equipo y los que solo buscan algo para sí mismos. Las personas “estrellas” son leales, defensoras de los compañeros, dispuestas a confrontar la mediocridad y luchan por lo que consideran justo y honesto para el equipo. Los otros tres tipos, tarde o temprano, se quedan sin maquillaje porque les cae la lluvia de la verdad y suelen ser los responsables de los fracasos en las organizaciones.
¿Y usted, en cuál cuadrante está? ¿Cómo le clasificarían sus compañeros? ¿Y usted a ellos?
German Retana
german.retana@incae.edu
La calidad de la contribución de los miembros a su equipo de trabajo puede evaluarse considerando dos dimensiones: su productividad o resultados y sus comportamientos conforme a los valores e ideales del equipo.
El rendimiento en cada dimensión puede ser evaluado como alto o bajo, conformándose entonces cuatro cuadrantes, comúnmente mencionados por analistas de organizaciones de alto desempeño.
Quienes se distinguen por su alta orientación a resultados y alto cumplimiento de valores, son llamados estrellas. Su actitud siempre es positiva, se esfuerzan al máximo para lograr los objetivos del equipo y son verdaderos modelos de la cultura deseada en él. Son consistentes en ambas dimensiones por lo que ofrecen la contribución más valiosa a sus compañeros.
En segundo lugar, están quienes exhiben alta orientación a resultados pero bajo cumplimiento de los valores colectivos. Son los individualistas que se interesan por sus metas, imagen, recompensas, o por el provecho que pueden sacar para su propio beneficio. Generan dudas sobre sus egocéntricas intenciones y no suelen ser ejemplos de compañerismo.
En tercer lugar encontramos a los miembros con baja preocupación por los resultados pero alta orientación hacia los valores. Son intachables en sus conductas aunque carecen de vocación por alcanzar metas. Su aporte es incompleto en resultados, por eso algunos autores los denominan moralistas, pese a no ser un término exacto, pues hay algunos que han logrado alto impacto en bien de la humanidad.
Finalmente, están los que exhiben baja orientación a resultados y bajo cumplimiento de valores. Son los boicoteadores que obstruyen el éxito. Sus discursos no son creíbles porque no los respaldan con conductas constructivas y en cualquier momento atentan contra la cohesión, la estabilidad, y la disciplina en el equipo.
Los cuatro tipos se ponen en evidencia cuando hay que “dar la milla extra” por el equipo; allí se separan quienes están dispuestos a darse por el equipo y los que solo buscan algo para sí mismos. Las personas “estrellas” son leales, defensoras de los compañeros, dispuestas a confrontar la mediocridad y luchan por lo que consideran justo y honesto para el equipo. Los otros tres tipos, tarde o temprano, se quedan sin maquillaje porque les cae la lluvia de la verdad y suelen ser los responsables de los fracasos en las organizaciones.
¿Y usted, en cuál cuadrante está? ¿Cómo le clasificarían sus compañeros? ¿Y usted a ellos?
German Retana
german.retana@incae.edu