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De salarios, libertarios y algunos medios

Alejandro Madrigal alejandro.madrigalrivas@gmail.com | Martes 04 agosto, 2015


Instituciones como la UCR, el ICE, la CCSS o la CNFL son perfectibles, con cuestiones salariales que revisar y ajustar, pero la solución a los problemas financieros del Estado no pasa por ahí

De salarios, libertarios y algunos medios

La polarización social y desvío de la atención que han generado el Movimiento Libertario y algunos grandes medios de comunicación, sobre el tema de salarios en el sector público han resultado sumamente efectivos y han dirigido la opinión pública para donde ellos quieren. Hacia sus objetivos:

1. Desviar la atención de sus negocios con los porteadores, por el alto malestar que estaban generando. Además de sus conflictos fiscales, deudas sociales, supuestas estafas al TSE y enorme aparente corrupción que tienen debajo de sus estructuras de organización, los cuales están empezando a destaparse.
2. Crear un culpable diferente para el tremendo déficit fiscal que ahoga al Estado y así las grandes corporaciones y empresarios que han logrado acumular millonarias utilidades siguen huyendo de dicha responsabilidad. Las gigantescas evasión y elusión que ocurren en este país en el sector privado son las principales responsables de un Estado con finanzas en rojo. Esto con la complicidad de partidos que no desean generar una estructura fiscal más progresiva ni mayor dureza contra los delitos fiscales, porque saben que su tajada será grande también.
3. Desviar la atención también sobre el alto incumplimiento del salario mínimo que ocurre en el sector privado. Uno de los mayores causantes de pobreza y desigualdad en el país. ¿Acaso nadie notó en las publicaciones de un medio de circulación nacional que la mayor parte de los salarios promedios en el sector privado están justo en el mínimo? Para que esto pase, sabiendo que muchos empleados ganan más que el mínimo, necesariamente también sucede que muchos otros ganan menos que el mínimo.
4. Debilitar y tratar de desmantelar eventualmente las instituciones públicas que impiden que negocios privados y amistades se adueñen completamente de actividades como la educación superior, la generación de electricidad, la telefonía o la gasolina, por ejemplo; las cuales pueden ser sumamente lucrativas y costosas para el consumidor si están en las manos equivocadas.
En tiempos como los de ahora, de alta polarización, baja tolerancia política, pocas (muy pocas) voces en los medios de comunicación y de alta agresividad de los grupos que han acumulado más poder económico, los ciudadanos debemos ser más críticos que nunca con la información que recibimos: recordar de dónde viene esa información, si ha sido manoseada de alguna forma, cuál es su objetivo, y el expediente aparentemente sucio de quienes publican estos datos.
El Movimiento Libertario es hoy el primer partido político en la historia del país en ser demandado por corrupción. La cantidad de evidencia es abrumadora. Sin duda sus intereses presuntamente están al margen del bien colectivo del país.
También debemos recordar la enorme herencia que significa tener instituciones tan robustas y consolidadas como la UCR, el ICE, la CCSS o la CNFL. Claramente son instituciones perfectibles, con cuestiones salariales que revisar y que ajustar, pero la profunda solución a los problemas financieros del Estado no pasa por ahí. Mucho menos las grandes disparidades de ingreso que hay con respecto a muchos trabajadores del sector privado.
Pasan por justicia y transparencia en el sistema tributario, por cumplimiento del pago de salarios mínimos y de tantas otras garantías laborales. Pasan por construir una sociedad menos egoísta y codiciosa, que ya no anteponga el beneficio de unos pocos a costa del de muchos.
 

Alejandro Madrigal

 

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