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Danza de millones a la espera de apertura celular

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 25 febrero, 2010




Casi $1.000 millones estarían invirtiendo las empresas interesadas en ingresar al mercado local de telefonía móvil
Danza de millones a la espera de apertura celular
Competidoras se mantienen pendientes de las fechas y condiciones del cartel de licitación
ICE desaprovecharía el tiempo adicional que tendría como competidor único en el mercado

El baile de millones que debió ser 2010 a costas de la inversión que harían las grandes telefónicas está a merced de una serie de procesos legales que llevan un lento avance.
En mayo, cinco empresas con interés en el mercado se iban a disputar los tres espacios para competir en materia celular contra el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE); pero un proceso legal tiene la danza demorada.
Este proceso hubiera generado al menos $1.000 millones en inversión para el país —siendo el propósito más conservador—; sumada una cantidad de plazas de trabajo en diversas áreas que variarían entre los 6 mil y 8 mil empleos.
Las semanas avanzan, y la falta de noticias enfría a quienes pretendían, con un tanto de efervescencia publicitaria, calentar el mercado celular.
Por su parte, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) suma unos días a su favor como competidor único, aunque sin lograr golpes contundentes.
Actualmente, la mayoría de las empresas tienen un desgaste de recursos humanos, materiales y económicos, que bien podrían afectar el interés y la disponibilidad presupuestaria para invertir en el país.
Esta inactividad pondría en remojo los presupuestos, que debieran contemplar al menos una inversión anual inicial de $300 millones para marcar el inicio de su aventura de negocios en el país.
“En la medida en que el proceso se atrasa, las empresas deben mantener activa esa capacidad instalada por más tiempo, lo que desde luego lleva aparejado un esfuerzo económico relevante”, dijo Roberto Mendoza, director ejecutivo de asuntos corporativos de Cable & Wireless en Panamá.
La única razón para la persistencia de estas empresas es que Costa Rica es un mercado virgen, con una cobertura de apenas la tercera parte de la población, y con el mejor ingreso en el área; reconoció Luis La Rocca, vicepresidente de Desarrollo Corporativo de Digicel Centroamérica en entrevista concedida a este diario el año anterior.
Esta empresa invirtió unos $350 millones entre mayo y diciembre de 2008 en Panamá, mientras que la inversión en Honduras llegó a los $450 millones.
La bondad de estos números sin embargo, podría venirse a menos; esto por cuanto el rezago permite al ICE mejorar su posición en el mercado, y la espera podría motivar a las telefónicas a invertir en otras latitudes donde resulta más sencillo.
“La imagen que estamos dando es muy peligrosa, porque es inversión extranjera decepcionada con la seguridad jurídica del país. En tres meses cumplimos dos años de haber aprobado la apertura del mercado, y no hay competidores”, lamentó Juan Manuel Campos, abogado de la firma Ciber-Regulación.
Por eso, el criterio es que las empresas mantendrán su interés no como un favor, sino como una demostración de que el país les sigue siendo rentable.
A criterio de especialistas, la decisión de apertura debe tomarse este año o se enfrentaría un daño grave.
“Las empresas estarán ahí hasta que el costo de una indecisión de nuestras autoridades sea tan alto que decidan mejor retirarse. Nuestro país es un candidato interesante por
la penetración móvil baja, un buen ingreso promedio y eso no deja de tentar a los inversionistas; este tiene que ser el año”, reflexionó Carlos Gallejos, consultor de Deloitte.
Aunque ha sido un tema ajeno al ICE, lo cierto es que esta demora les ha resultado beneficiosa para mejorar su posición de mercado mientras se encuentren solos, consideró Luis Amón, vicepresidente de la Cámara de Tecnologías de la Información.
“Veo que aún no han definido un modelo de negocios; lo que uno percibe es que apelarían a cerrarse y desaprovechar la oportunidad de alquilar su plataforma a otros competidores. Ese modelo pudiera ser útil al inicio, pero quizá no sea sostenible en el tiempo”, agregó.
El tiempo que dure la investigación para determinar si el proceso de licitación de las frecuencias celulares es indefinido, e igualmente el tiempo de espera, reconoció George Miley, superintendente de Telecomunicaciones, quien aseguró que esperarán el veredicto “en aras de la transparencia del proceso”.
La reprogramación de las fechas para abrir el concurso no existe, y será posible trazar una nueva ruta hasta que la Contraloría y la Procuraduría se pronuncien al respecto.



Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net






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