Costa Rica, Trump, el cambio climático y el Impuesto al Carbono
| Martes 10 enero, 2017
Esta propuesta consiste entonces en reducir el Impuesto sobre la Renta de un 30% a un 25% a empresas carbono neutrales y establecer el Impuesto al Carbono. Es decir, un impuesto indemnizatorio por las emisiones de carbono de diferentes industrias y que la recaudación de este se destine a infraestructura y la producción de más energías renovables
Costa Rica, Trump, el cambio climático y el Impuesto al Carbono
Priscilla Sánchez Conejo
Abogada
El cambio climático es un inminente problema que afecta a todos, los de izquierda y derecha, sin excepción. El pasado 5 de enero, el canciller de la República, Manuel González, explicaba el impacto que Donald J. Trump (un escéptico del cambio climático) tendrá en el mundo en los próximos años. El Canciller terminaba su análisis afirmando que Costa Rica ha aprobado y “puesto en práctica el Acuerdo de París”.
Hoy le pregunto al señor Canciller: ¿Qué medidas ha tomado este gobierno frente al cambio climático? La pregunta anterior emerge a partir del sentido del Acuerdo de París, siendo que este no establece medidas, sino solamente el compromiso moral del país firmante de adoptar medidas para mitigar el cambio climático. Es cierto que la BBC destacó que “Costa Rica pasó 250 días sin combustibles fósiles para su electricidad”, pero ¿de quién es el mérito de esto?
Durante el gobierno de doña Laura Chinchilla, se iniciaron las obras del Proyecto Hidroeléctrico Reventazón y cinco proyectos más de esa misma naturaleza, cinco proyectos eólicos por una inversión de $325 millones y se presentó al Congreso el proyecto de Ley N°18860 Ley Marco de Cambio Climático, lo que hoy se traduce en energía renovable. El camino está trazado y ahora le corresponde a este gobierno entonces, establecer el Impuesto al Carbono.
Le propongo lo siguiente: El gobierno de Donald J. Trump necesariamente requerirá que nuestro país sea más atractivo para invertir y nuestro país necesita además, tomar medidas para demostrar el cumplimiento del Acuerdo de París. Esta propuesta consiste entonces en reducir el Impuesto sobre la Renta de un 30% a un 25% a empresas carbono neutrales y establecer el Impuesto al Carbono. Es decir, un impuesto indemnizatorio por las emisiones de carbono de diferentes industrias y que la recaudación de este se destine a infraestructura y la producción de más energías renovables.
Es cierto que todos los caminos llevan a Roma, pero en temas fiscales todos los caminos llevan a Irlanda. Este país redujo su Impuesto sobre la Renta a una tarifa del 12,5% e instauró el Impuesto al Carbono (eso explica por qué Apple y muchas más empresas tienen su domicilio fiscal en Irlanda). En este sentido, Frank Convery, economista de University College Dublin afirmó con respecto al Impuesto al Carbono: “Este impuesto nos ha permitido evitar aumentos en el Impuesto sobre la Renta, costos laborales y en consecuencia la pérdida de empleos”.
No estoy a favor de crear más impuestos, ni de incrementar los vigentes, pero sí estoy a favor de indemnizarle al planeta por mi huella de carbono. El impuesto al carbono no es una idea progresista de izquierda, sino más bien, como lo afirma el principal propulsor del Impuesto al Carbono, el profesor de Economía de Harvard, asesor republicano de Mitt Romney, N. Gregory Mankiw: “Necesariamente cuando ponemos un impuesto a algo, obtenemos menos de eso”. Podemos optar por tener menos ingresos, o por tener menos carbono.