Consumidores temen ir al casco céntrico
El temor a los asaltos, las malas aceras que pueden provocar caídas, vendedores ambulantes y cortinas metálicas en vez de decorados, forman un ambiente que nadie quiere visitar en el casco cé
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 16 junio, 2010
A pesar de la repavimentación de ciertas calles, de la ornamentación en algunos lugares, de lo mucho que se intenta y se habla para que las personas vuelvan a caminar, disfrutar y hacer sus compras en el centro de la capital, esto no sucede.
La gente prefiere circular por los centros comerciales que les ofrecen seguridad además de espacios agradables y vidrieras siempre expuestas, no cubiertas con persianas de hierro para evitar los robos.
La razón la conocen todos. El temor a los asaltos, en primer lugar, las malas aceras que pueden hasta provocar caídas y accidentes, vendedores ambulantes que se adueñan del espacio donde hay para circular e incluso los mendigos, de los cuales ninguna institución se ocupa aunque sean ancianos o niños, forman un ambiente que nadie quiere visitar en el casco céntrico de la capital.
Algunos de los empresarios que tienen su negocio en esa zona ni siquiera se atreven a hablar del problema de la inseguridad porque temen las represalias de las que podrían ser víctimas por parte de los delincuentes que han tomado el centro de la ciudad y no encuentran freno a sus actos por parte de la policía.
Otros dueños de comercios sí han hablado con periodistas de este medio sobre la amenaza de los asaltos y de cómo esto pone en riesgo la vida de las personas e incluso han expresado ya que si esto continúa o empeora deberían cerrar su negocio, como se explica en una noticia que publicamos ayer.
El uso de cortinas metálicas se ha generalizado al punto de que quienes circulan después de las seis de la tarde por el centro de la ciudad lo que ven es un antiestético panorama plagado de hierro y candados.
Este no es el San José que puede atraer nuevamente visitantes a sus calles. Esto alejó ya a la gente y es posible que aleje también al comercio. ¿Quién estaría interesado en invertir en una nueva y atractiva fachada para su establecimiento, en decorar vidrieras e iluminar con sentido estético si no tendrá gente circulando como posibles consumidores de sus artículos?
Este es el verdadero reto de las autoridades locales y nacionales y mientras no se enfrente con soluciones reales, seguiremos perdiendo visitantes y con ello el resto de atractivos en el centro de San José.