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Código Verde: Lapas pondrían rojo el bosque verde

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 03 febrero, 2012





Lapas pondrían rojo el bosque verde

Las lapas rojas son de los animales con mayor peligro de desaparecer en el país

La población de lapas en Costa Rica ha disminuido tanto por la caza ilegal para su comercialización, como por la retención doméstica.
Para evitar que estas aves, que forman parte de las especies en mayor peligro de extinción en el país, desaparezcan, la Convención Internacional del Comercio de Especies de Flora y Fauna Amenazadas, con siglas en inglés CITES, se dio a la tarea de establecer reglamentos que prohíban la explotación de las especies amenazadas, así como su compra y venta sin autorización o regulación.
La CITES separó el grado de vulnerabilidad de las especies en tres apéndices. “El apéndice uno califica a las que están en peligro de extinción, el apéndice dos establece a las vulnerables y el tres, las protegidas que necesitan apoyo de otros países para su preservación”, explicó Allan Fernández, biólogo de Zoo Ave.
La lapa roja se encuentra en el primero, por lo que es ilegal su compra, venta y exportación.
“No hay estudios poblacionales de animales en peligro en el país porque son muy caros”, aseveró José Joaquín Calvo, encargado de Vida Silvestre en el Sistema Nacional de Areas de Conservación. La institución espera que organismos internacionales o las universidades públicas emitan informes, pues el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet) no tiene un ente investigador para dicha tarea.
En la actualidad se ha logrado mantener la cantidad de lapas rojas gracias a programas de reproducción privados. Por ejemplo, el Zoo ave fundó en 1998 el Centro de Reproducción de Aves en Vías de Extinción (Crave).
“En playa San Josecito tenemos un recinto gigante para la liberación de esta especie, donde las lapas son trasladas para que se aclimaten a la zona que va ser su ultimo hábitat”, afirmó Fernández. En estos espacios de entrenamiento aprenden técnicas de vuelo y supervivencia.
“Antes de liberarlas se marcan para darles un seguimiento y asegurarnos de que el animal se adaptó”, continuó Fernández. El Crave libera aproximadamente 15 lapas rojas por año. Se han puesto en libertad a más de trescientas desde 1998, cuando fue fundado el centro.

Luis Diego Coronado
lcoronado@larepublica.net






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